Brecha generacional y empleo joven: el desafío de conectar dos mundos
En el mundo laboral actual existe una brecha generacional evidente entre las empresas y los jóvenes que buscan insertarse por primera vez.
Esta distancia no es solo una cuestión de edad, sino una diferencia en la forma de entender el trabajo: mientras las organizaciones valoran la estabilidad y las habilidades blandas, los jóvenes priorizan la flexibilidad, el propósito y el crecimiento rápido.
La brecha se profundiza cuando hablamos de jóvenes en situación de vulnerabilidad, quienes no solo deben enfrentar la falta de experiencia, sino también la dificultad de acceder a redes de contacto y comprender los códigos del mundo corporativo. ¿Cómo lograr un encuentro real entre estos dos mundos que parecen hablar idiomas distintos?
Cerrar la brecha generacional es posible si se construyen puentes entre las expectativas de las empresas y las realidades de los jóvenes. La solución no está solo en que los jóvenes se adapten a las reglas del juego, sino también en que las empresas comprendan las nuevas dinámicas y generen espacios más accesibles y diversos. La experiencia muestra que el acompañamiento personalizado, la capacitación en habilidades socioemocionales y la articulación con el sector privado son claves para reducir estas distancias.
Para un joven en situación de vulnerabilidad, acceder a un primer empleo no es solo cuestión de voluntad. La falta de experiencia, la desconexión con las lógicas empresariales y las dificultades socioeconómicas crean un escenario adverso. Sin el debido acompañamiento, muchos jóvenes quedan fuera de las oportunidades laborales.
Por otro lado, las empresas buscan perfiles con habilidades blandas (compromiso, comunicación, resolución de problemas), pero muchas veces los procesos de selección no contemplan la diversidad de experiencias ni las realidades de los jóvenes, quienes por su parte no rechazan el esfuerzo ni el compromiso, aunque esperan mayor flexibilidad, reconocimiento y trayectorias claras de crecimiento. Ajustar los paradigmas es fundamental para captar talento joven.
Para superar la brecha es necesario un cambio de enfoque: no se trata de que una generación ceda, sino de encontrar un punto medio donde ambas partes se enriquezcan. Es clave que las empresas adapten sus procesos de selección, generen espacios de escucha activa y ofrezcan programas de acompañamiento que permitan a los jóvenes comprender las dinámicas laborales y, al mismo tiempo, enriquezcan las organizaciones con nuevas perspectivas.
Cerrar la brecha generacional en el empleo no es una responsabilidad exclusiva de los jóvenes. Las empresas tienen un rol activo en adaptar sus prácticas para generar oportunidades reales de inserción. La experiencia demuestra que cuando se crean espacios de encuentro y acompañamiento, el match entre generaciones es posible y beneficioso para ambas partes.
Con más de una década de experiencia siendo un puente entre los jóvenes y el mundo del trabajo, quedó demostrado que es posible cambiar trayectorias de vida y conectar realidades diferentes. Construir un futuro laboral más inclusivo es un desafío de todos.