¿Y después del egreso, qué?: el desafío de preparar a los jóvenes para la vida adulta
"¿Qué vas a hacer cuando termines el colegio?" es, quizás, una de las preguntas más recurrentes -y más difíciles- que reciben los adolescentes en los últimos años de la secundaria. A pesar de que la escuela es el espacio donde más tiempo pasan en su juventud, muchas veces no logran encontrar allí las herramientas necesarias para pensar seriamente en su futuro.
Hoy, en un contexto donde 9 de cada 10 jóvenes en Argentina tienen dificultades para insertarse en el mundo laboral formal (Junior Achievement Américas y ManpowerGroup, 2024), la escuela secundaria enfrenta un desafío central: acompañar a sus estudiantes en la construcción de un proyecto de vida que trascienda la cursada y les dé sentido a sus decisiones futuras.
En la Red Educativa Itínere venimos trabajando desde hace más de una década con una estrategia concreta para eso: el Proyecto Personal de Vida.
Esta propuesta busca que cada estudiante pueda vincular sus intereses, necesidades y aspiraciones con una mirada realista e informada sobre el mundo que lo espera al egresar.
Contempla espacios de tutorías personalizadas, paneles de profesionales, talleres de autoconocimiento, experiencias fuera del aula, proyectos interdisciplinarios, métodos de caso, experiencias entre estudiantes de diferentes grupos y edades con inquietudes en común, co-teaching, co-learning; y a través de la adquisición de microcredenciales y pasantías laborales, promovemos que cada joven pueda imaginar -y construir- su propio camino.
No se trata solo de elegir una carrera. Se trata de pensar cómo vivir, cómo proyectarse, cómo vincularse con los demás y con la sociedad, al mismo tiempo que conocer sus potencialidades, debilidades, intereses y caminos de autoconocimiento. Y hacerlo desde una escuela que debe dejar de ser una institución transmisora de contenidos, para convertirse en un espacio de orientación, conexión con otras personas, organizaciones, espacios y oportunidades, contención y descubrimiento.
Los datos nos animan a seguir por este camino: según un estudio realizado con egresados de nuestras escuelas en 2024, el 96% continúa alguna carrera universitaria, mientras que el 80% no cambió de orientación después de ingresar. Además, la mitad estudia y trabaja, un indicador clave del nivel de autonomía y organización con el que egresan.
"Pude adquirir muchas habilidades de cómo llevar un aula con niños y cómo concretar actividades. También entendí el trabajo que hay detrás de lo que antes veía solo como alumna", compartió una estudiante que participó como co-teacher de primaria en nuestras experiencias de prácticas profesionalizantes.
El Proyecto Personal de Vida forma parte de una visión educativa que se implementa desde hace 12 años, cuando se fundó el primer secundario de la red. Como toda transformación profunda, sus resultados no son inmediatos: requieren tiempo, coherencia institucional y una apuesta sostenida. Esta propuesta se complementa con el modelo pedagógico Ciudadanos, una experiencia innovadora y multicurricular organizada en torno a agrupaciones flexibles basadas en intereses.
En estos espacios conviven temáticas y competencias de distintas disciplinas, con docentes de diferentes asignaturas, especialistas invitados y estudiantes de diversas edades que comparten un objetivo común y producen un resultado colectivo. Algunos ejemplos son Ciudadanos Artísticos, Científicos o Emprendedores, donde los estudiantes son ciudadanos activos desde edades tempranas, capaces de construir con otros y tomar decisiones con sentido.
Por eso, si queremos formar estudiantes con capacidad de decisión, autonomía y visión de futuro, es urgente empezar a trabajar hoy en este tipo de estrategias.
¿Puede la escuela preparar para la vida? Estamos convencidos de que debe hacerlo. Pero para eso, necesitamos modelos pedagógicos que integren el conocimiento con sentido, que promuevan habilidades académicas junto con herramientas emocionales y sociales, y que abran preguntas más que cerrar respuestas.
Porque cuando los estudiantes reciben el título al egresar de la secundaria, comienza otra etapa, llena de oportunidades y de experiencias por descubrir y construir; y no deberían sentir que se enfrentan a un abismo.
*Darío Álvarez Klar es fundador de la Red Educativa Itínere y director ejecutivo de HUB Educación e Innovación.