Bonte 2030 motiva a inversores a cambiar la estrategia: qué títulos eligen ahora
El Bonte 2030 no para de subir desde su debut en el mercado secundario. Además, su presencia en la plaza bursátil está reordenando la preferencia de los inversores en moneda local: ahora, parecen inclinarse hacia títulos con vencimientos más largos, incentivados por la buena expectativa respecto al plan desinflacionario del presidente Javier Milei.
Desde la semana pasada, en medio de la puesta en marcha del nuevo título de deuda en el mercado secundario, los inversores empezaron a desarmar posiciones en instrumentos en pesos de vencimientos más cortos. El objetivo es colocar los fondos en papeles de plazos más largos, como el Bonte, que vence en 2030, o Lecap que caducan en 2026 y 2027.
Los títulos de deuda más cortos, que vencen en los próximos meses, están rindiendo alrededor de 30% nominal anual. Los más largos, en tanto, operan con tasas en torno al 25%, justificado por la expectativa que tiene el mercado respecto a la desaceleración de la inflación a largo plazo, por lo que los inversores exigen tasas más bajas en los instrumentos de mayor duración.
Más atractivo con más tiempo
"Los que pueden alargarse, venden las Lecap más cortas y se van a otras más largas para asegurar más ganancias en un escenario en el que las tasas de interés están tendiendo a bajar en el largo plazo. Si hoy compran un bono que asegura determinada tasa, mañana va a quedar por arriba cuando las tasas bajen", explica Juan Manuel Truffa, director de Outlier.
Truffa sostiene que la extensión de la duration incrementa la rentabilidad de la posición respecto a lo que se obtiene con los títulos de deuda más cortos. Estos últimos, a la vez, registran caídas en sus cotizaciones como consecuencia de las ventas de los inversores, tal como se observó en las últimas jornadas por la inclinación hacia los bonos más largos.
El asesor financiero José Ignacio Bano destaca que antes de la emisión del Bonte 2030 el título más largo era la Lecap a enero de 2027. Ahora, resalta, los inversores tienen la posibilidad de estar tres años más con una tasa de interés que fijan desde ahora. Por lo tanto, los que crean que la inflación seguirá cediendo por debajo del 2% mensual tiene la posibilidad de estar cinco años con un título que le ofrecerá rendimientos reales positivos.
"Todo aquel que esté haciendo un trade y crea que las tasas en la Argentina van a seguir bajando y, por lo tanto, estos bonos van a subir de precio, el más agresivo de todos, el de la mayor duration, es el Bonte 2030. Puede ser el más volátil, pero también es un lindo instrumento para que cuando crean que las tasas van a bajar, lo compren porque es el que más se tiene que mover para ajustarse a la curva", afirma.
Martín Genero, analista de Clave Bursátil, sostiene que la extensión de la duración es lógica: con la desaceleración de los niveles de inflación y la relativa estabilidad que se observa en el mercado cambiario, con tendencia a la apreciación, las tasas de entre 25% y 30% nominal anual que ofrecen los bonos más largos se vuelven más atractivas para los tenedores de instrumentos en pesos.
"El mercado lo ve atractivo porque se asegura esa tasa en pesos a largo plazo. Por ahora, no hay una tasa más alta. Y si hay un plazo más largo, allí irá el mercado. El Bonte influye en este movimiento porque no había ninguno más largo. Lo más largo era hasta enero de 2027. El Bonte permite alargar duration y con estas tasas se hace atractivo para los inversores", sostiene Genero.