El desafío del negocio lácteo de Argentina para proyectarse al mundo

La presión climática, los cambios en la demanda y las tensiones geopolíticas reconfiguran las reglas del juego. Para los productores y las cadenas de valor que logren innovar, buscar eficiencias y sinergias y, también, resolver las mayores exigencias ambientales y sanitarias, el contexto ofrece una ventana de crecimiento clara.

Argentina se encuentra entre un grupo selecto de naciones que desempeñan un papel crucial en el mercado lácteo global. Estimaciones recientes sugieren que la industria láctea cuenta con una capacidad instalada del 48%. Además, cuenta un gran potencial de desarrollo comparado con la industria láctea en Uruguay y Brasil.

En un escenario de volatilidad económica y cambio estructural en los hábitos de consumo, el mercado lácteo global atraviesa una etapa de transición clave. Según el último informe de la FAO (OECD-FAO Agricultural Outlook 2024-2033) la producción mundial de leche creció moderadamente en 2024, marcada por un repunte en Asia y Oceanía, y un leve retroceso en América Latina. Aunque la recuperación aún es frágil, se perciben señales de reactivación, tanto en la oferta como en la demanda global.

En cuanto al comercio internacional, tras dos años de caída las exportaciones de productos lácteos comenzaron a recuperarse lentamente en 2024, totalizando cerca de 85 millones de toneladas en equivalentes de leche. Este repunte se da en un contexto de fortalecimiento de precios, especialmente en categorías como manteca y quesos, con una tendencia alcista sostenida desde principios de año.

El mercado global

El tamaño del mercado lácteo a nivel mundial se estima en 649,9 mil millones de dólares en 2025, y se espera que alcance los 813,6 mil millones de dólares en 2030, creciendo a una tasa compuesta anual del 4,60% durante el período previsto (2025-2030).

Se prevé un fuerte crecimiento para los productos lácteos libres, incluido el yogur, en países desarrollados como Estados Unidos, Australia, el Reino Unido y Alemania. Los consumidores desean cada vez más productos con bajo contenido de azúcar, alto contenido de proteínas o fibra y azúcar nula o mínimamente procesada. Debido al creciente consumo per cápita de yogur, la producción también ha experimentado un crecimiento significativo.

Mientras crece la competencia por nuevos destinos, los mercados tradicionales (UE, EE.UU., Japón) tienden a una saturación y a una mayor sofisticación del consumo, lo que exige capacidades de innovación que no todos los actores poseen.

Argentina y los mercados emergentes

Para muchos, el futuro de la industria láctea se juega en los mercados emergentes: Asia, Medio Oriente y África lideran la nueva demanda. Argentina, con un rol destacado en la matriz sectorial, está llamada a tener buenas oportunidades. A partir de la revisión de la estructura de costos, que deben revisarse a la baja en una búsqueda de eficiencia, será más claro que nuestro país potencie las exportaciones de alimentos y abra una mayor puerta de entrada para divisas.

Uno de los principales vectores del crecimiento es la revalorización del consumo de proteínas animales, especialmente en países en desarrollo, donde el aumento del ingreso per cápita y la urbanización están impulsando el consumo de leche y sus derivados. En paralelo, los mercados más maduros muestran una preferencia creciente por productos diferenciados: funcionales, bajos en lactosa, orgánicos y de origen sustentable.

La industria lechera argentina procesa diariamente 27 millones de litros de leche y exporta aproximadamente 383.000 toneladas de productos lácteos a unos 90 países cada año. Brasil es el principal destino de las exportaciones, absorbiendo casi el 50 % del total, seguido por Chile, Argelia y, en menor medida, mercados como Rusia, Arabia Saudita, China y EE.UU.

Se destaca el interés del sector en diversificar aún más los destinos de exportación, fomentando el valor agregado, a partir de la participación de jugadores globales con marcada experiencia en alimentación, la nutrición y la salud que están en condiciones de aportar proyección en mercados internacionales.

¿Cómo sobrevivir y ser rentables?

Este escenario abre una ventana de oportunidad para empresas que logren combinar escalabilidad, innovación y sostenibilidad. Los especialistas destacan al menos tres vectores que caracterizan al nuevo ciclo: 

En este contexto de transformación, las fusiones y adquisiciones en el sector no sorprenden dado que buscan generar eficiencias, potenciar la sinergias de los equipos, consolidar volumen, optimizar operaciones y ganar competitividad frente escenarios volátiles y desafiantes que imponen una agenda urgente para crear valor y sobrevivir.

La industria en Argentina necesita de inversiones y de la gestión estratégica por parte de compañías con entendimiento la capacidad de adaptación. Sin duda, en la medida que se consolide la estabilización de la macroeconomía, se den pasos para la institucionalidad y un buen clima de negocios será posible plantear más inversiones.

Quienes tiene mayor músculo y flexibilidad para este entorno complejo, son aquellas compañías que ya tienen presencia industrial y marcaria en los mercados y que en términos logísticos pueden llegar a los más puntos de venta, a través de una capilaridad estratégica que requiere trazabilidad y cadena de frío para garantizar la seguridad alimentaria.

Del mismo modo, resulta pertinente contar con una visión y know-how sobre el concepto y el futuro de la alimentación, a partir de la innovación y de la percepción de cambio en la cultura de consumo de los consumidores, que apuestan y cambian hacia nuevas tendencias, siempre con mayor velocidad.

Así es como las leches de fórmula, el desarrollo de probióticos, los alimentos- medicamentos, alimentos funcionales y vegetales forman parte del portafolio innovador ineludible, tanto por valor agregado, como por exigencias de los nuevos consumidores. Por supuesto, en la góndola los productos premium deben convivir con los más tradicionales, como productos lácteos primarios, indispensables para el bienestar y la salud.

Las empresas con estrategias ambientales claras (reducción de emisiones, bienestar animal, uso de energías renovables) ganan reputación y acceso a mercados premium. Estar basados en ciencia, tecnología y contar con una mirada sustentable (por ejemplo, validada y por estándares internacionales reconocidos tales como la certificación como empresa B) forman parte de atributos diferenciados que resultan cada vez más valorados por las nuevas generaciones de consumidores.

El mercado lácteo global atraviesa un momento bisagra. Frente a un escenario de recuperación parcial e irregular, con precios volátiles, comercio levemente expansivo en algunos bloques y con una producción que crece de forma desigual, continúa generando oportunidades en materia de negocios.