Recomendaciones para quienes evalúan cambiar su carrera laboral
Elegir una profesión, conseguir un buen empleo y hacer carrera en una empresa hasta el final. Décadas atrás, esta era la trayectoria ideal para muchos profesionales. No obstante, gran parte de este aspiracional se fue rompiendo: ya son muy pocos los que se imaginan trabajando en una misma empresa toda la vida. Al contrario, muchos no lo ven tan desafiante, y las propias empresas son realistas y saben que retener a los mejores talentos no es tarea fácil. Sin embargo, todavía tenemos que acostumbrarnos a una realidad algo más profunda: cada vez son más las personas que cambian de lugar de trabajo, y también de roles o de profesión.
La realidad laboral actual es muy fluida; las empresas compiten en mercados globales. En América Latina y el Caribe, el panorama también refleja esta transformación acelerada. Según el Future of Jobs Report 2025, el 84% de los empleadores planea capacitar internamente a su fuerza laboral en los próximos cinco años, y el 51% considera necesaria una mayor inversión pública en programas de reconversión y capacitación.
Asimismo, la tecnología produce cambios en tareas y en profesiones, las fusiones entre compañías son más frecuentes, se buscan tercerizaciones de trabajos en mercados con paquetes de compensaciones más competitivos; los empleados capacitados sienten que tienen múltiples alternativas y el modelo de management que se promueve es de mayor horizontalidad, flexibilidad y adaptabilidad. La lista de cambios podría seguir, pero la tendencia pareciera ir hacia el mismo lugar: las estrategias de empleadores y empleados convergen en el diseño de carreras laborales mucho más cambiantes.
No sólo en Latinoamérica el crecimiento laboral de los últimos años se debe a empleos más flexibles. Esta transformación también es visible en los datos globales: según el Foro Económico Mundial, se crearán 170 millones de nuevos empleos hasta 2030, pero otros 92 millones serán desplazados. Por eso, más del 59% de los talentos a nivel global deberá actualizar o readaptar sus capacidades, y América Latina no es la excepción. La presión por adquirir nuevas habilidades es un fenómeno que también está afectando a profesionales en la región que ven en la reconversión una oportunidad, pero también una necesidad urgente.
El contexto deriva en preguntas específicas que mucha gente se hace: ¿mi posición puede ser reemplazado por IA? ¿Puedo reconvertir mis habilidades en algo que el mercado laboral valore más? ¿Estoy de acuerdo con los valores de mi empresa o sector? ¿Qué pasaría si la empresa se fusiona con otra de diferentes valores? ¿Puede ofrecer mi trabajo al exterior de manera remota? En un extremo, esto puede derivar en una pregunta cada vez más frecuente: ¿es momento de cambiar de carrera y apuntar a una que se ajuste más a mis aspiraciones?
Estas consideraciones sobre el futuro laboral se volvieron habituales. Tanto es así que ya podemos ensayar algunas recomendaciones para quienes estén evaluando cambios profundos en sus carreras. La más general es que a la hora de plantearse un cambio hay que usar tanto la intuición como la racionalidad. Romila Singh y Jeffrey Greenhaus dicen que una estrategia puramente intuitiva tiende a llevar a malas decisiones, mientras que una puramente racional puede bloquearlas. Prestar atención a cómo uno se siente con su carrera es tan importante como un análisis racional de por qué eso ocurre y qué podría modificarse si uno iniciara una trayectoria diferente.
Caroline Castrillon aporta varios consejos, entre los que destacamos estos tres: primero, hay que buscar el punto en el que convergen aquello que disfrutamos y aquello en lo que somos buenos. Segundo, hay que buscar ayuda de otras personas. Se puede consultar con profesionales (desde psicólogos, coaches, hasta expertos en recursos humanos), pero también conviene tomar contacto con personas que trabajen en las áreas o sectores en los que intuimos que podríamos insertarnos. Tercero, hay que desmenuzar el gran desafío de "cambiar de carrera" en pasos más concretos: ¿qué habilidades debería adquirir? ¿En qué redes me tengo que insertar? ¿A qué empresas debería apuntar?, etc.
Finalmente, Utarksh Amitabh ha planteado en Harvard Business Review algunas recomendaciones que surgen de su propia experiencia de haber cambiado de rubro. Primero, conviene dedicar algunas horas semanales -por más que no sean pagas- al nuevo tipo de trabajo al que se aspira cambiar. Trabajar realmente en el rubro aspiracional puede ayudar a saber si lo idealizamos o si realmente nos gusta. Segundo, hay que ser realistas y entender que hay ciertas necesidades básicas que tenemos que cubrir. Tenemos que tener un plan B de supervivencia por si el cambio de carrera no sale como lo planeamos. Tercero, es mejor contar con una línea de tiempo en la que se aspira a ir logrando el cambio de carrera. Fijar un calendario es útil para ir evaluando los progresos y para establecer objetivos.
Estos son algunos de los consejos más generales para alguien que quiere cambiar de carrera o profesión. Dado que este tipo de decisiones es cada vez más frecuente, necesitamos pensar más y mejor en cómo acompañamos a las personas que quieren hacer estas transiciones, de manera que puedan desarrollar un proyecto de vida adecuado a sus intereses y valores. Este ajuste entre intereses y tareas también hace más probable que puedan aportar un diferencial en sus trabajos.