De pasivo ambiental a oportunidad de negocios, el plan sustentable de Insud
Son cada vez más las empresas que buscan integrar la sustentabilidad de forma estructural a su gestión, no solo como una respuesta a la presión regulatoria o a las expectativas sociales, sino también como una estrategia de valor a largo plazo.
En sectores tan diversos como la energía, la salud, la alimentación o la industria forestal, el desafío pasa por traducir ese concepto en acciones concretas que puedan sostenerse en el tiempo y, a la vez, impulsar oportunidades.
En ese camino, Insud, un ecosistema de compañías presente en más de 50 países, con operaciones en salud, agronegocios, energías renovables, biotecnología y cultura, avanza fuerte en materia de sustentabilidad ya que es parte de su ADN.
"Nosotros no hablamos de sustentabilidad como un área aislada, sino como la forma en la que hacemos lo que hacemos", explicó Lucas López Laxague, líder de sustentabilidad de Insud. "Es un modo de gestionar los negocios desde el principio", aseguró.
Sustentables desde la cuna
El grupo busca integrar esta mirada que fue parte de su nacimiento en todos los verticales en los que se especializa. En salud, por ejemplo, mejorando el acceso a tratamientos; en el agro, diversificando la oferta alimentaria; en energía, apostando a fuentes no contaminantes y en cultura, fomentando el debate de ideas.
Pero más allá del impacto directo, el grupo empresario reconoce también una presión externa creciente: "Hoy es una demanda del mercado, de los talentos que se quieren incorporar, de las comunidades. La forma en la que nos vinculamos con el ambiente y con los otros define cómo somos percibidos como empresa", agregó López Laxague.
Esta mirada se replica en el interior de la compañía, sin importar la unidad de negocios que se trate. "Eso nos permite sentar en una mesa a gente muy distinta, desde científicos muy específicos que están trabajando para un tratamiento para una enfermedad que no tiene cura, hasta ingenieros que se dedican a la producción de energía renovable, y hablar el mismo idioma", señaló.
Además explicó que tiene una buena recepción por parte de los perfiles de liderazgo: "Cuando entienden que esa forma de trabajar tiene rédito en el negocio, es decir, genera valor, son permeables a compartir buenas prácticas, buscar oportunidades de mejora y medir lo que hacemos para seguir avanzando".
Convertir un pasivo en oportunidad
Uno de los ejemplos más claros de esa estrategia es Fresa, una compañía creada por Insud en 2020 para generar energía a partir de residuos forestales. La planta está ubicada en el norte del país, en una zona donde el descarte de subproductos de la industria maderera generaba un problema ambiental serio por su alto riesgo de autocombustión. Fresa convirtió ese pasivo en un recurso y, en paralelo, logró abastecer de energía a una región con baja infraestructura eléctrica, lo que facilitó la llegada de nuevas inversiones.
En la localidad donde opera, se instaló el aserradero austríaco-belga Acon Timber, que invirtió u$s 200 millones y hoy exporta a más de 80 países. De esta forma, lo que surgió como una incomodidad del dueño del holding, Hugo Sigman, se volvió un facilitador del desarrollo industrial. No solo resolvió un problema ambiental, sino que generó condiciones para que otras empresas se radiquen en la provincia.