A una semana del inicio del conflicto, qué está pasando entre Israel e Irán
Este viernes se cumplió una semana del inicio de la escalada entre Israel e Irán y mientras durante siete días los países de Medio Oriente intercambiaron ataques aéreos, misiles y drones, todos los ojos están puestos en la decisión que tome Estados Unidos en las próximas dos semanas.
Desde el 13 de junio, cuando Israel atacó un centenar de objetivos en Irán, los países de Oriente Medio ven como la región se sumerge en una aún mayor tensión e incertidumbre, unida a fuertes temores de una guerra regional.
Los ataques israelíes a Irán tomaron desprevenidos a los países de la región, que en los últimos meses habían intensificado sus esfuerzos para un acuerdo entre Estados Unidos e Irán sobre el programa nuclear del país persa.
De hecho, antes de los bombardeos estaba prevista una sexta ronda de conversaciones entre Irán y EE.UU., que quedaron canceladas tras los ataques. Ahora, los misiles y drones siguen cruzando los cielos del golfo Pérsico, Siria, el Líbano y Jordania, generando el pánico en una zona marcada por múltiples enfrentamientos.
Pese a la escalada bélica, Irán transmitió este viernes a los europeos su disposición a entrar en negociaciones sobre su programa nuclear y otros asuntos que preocupan en Occidente, según aseguró el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot. Esta iniciativa, añadió el funcionario, "debe abrir la vía a una negociación".
"(Irán) ha marcado su disposición a seguir la discusión sobre su programa nuclear y esperamos una apertura de la discusión, incluso con Estados Unidos", declaró al término de la reunión que mantuvo en Ginebra junto a sus homólogos de Alemania, el Reino Unido y la alta representante de la UE para Política Exterior, Kaja Kalla, con el ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí.
Irak y Jordania, los más afectados
Irak, país fronterizo con Irán y de mayoría religiosa chií, fue contundente en criticar la violencia israelí y presentó una queja oficial ante el Consejo de Seguridad de la ONU por la violación de su espacio aéreo, a raíz de la aviación enviada por el primer ministro Benjamin Netanyahu.
El Ejército iraquí dijo tener el "derecho" a defenderse ante "cualquier violación de la soberanía nacional por parte de cualquier parte", del mismo modo que lo dijeron el primer ministro, Mohamed Shia al Sudani, y el presidente, Abdelatif Rashid, que pidieron la unidad entre todas las fuerzas políticas y actores sociales del país.
Por su parte, la milicia iraquí proiraní Kataib Hizbulá amenazó con atacar "intereses y bases" de EE.UU. en Oriente Medio si interviene en el conflicto entre Israel e Irán.
Por su parte, el Gobierno de Jordania y el rey Abdalá II, afirmaron que no se posicionan con ninguna parte en el conflicto, y que sólo defienden su soberanía al interceptar proyectiles sobre su espacio aéreo, como ya hicieron en otras ocasiones.
El reino se responde así de las acusaciones que brotan por todo el mundo árabe de que Amán defiende a Israel al derribar los misiles y drones iraníes que sobrevuelan su territorio.
En Jordania, con frontera con Israel y la Cisjordania ocupada, han caído alrededor de un centenar de proyectiles y metralla en diversas zonas desde el inicio de la escalada.
Los temores del Líbano y Siria
También el espacio aéreo del Líbano y de Siria se vieron afectados por los ataques, provocando su cierre y sumado a caídas de proyectiles en sus territorios fronterizos con Israel.
El temor del Líbano se centra en evitar que el grupo chií libanés Hezbollah, aliado clave de Teherán, acabe involucrado en la escalada, mientras el país mantiene un frágil alto el fuego alcanzado hace seis meses con Israel.
El pasado jueves, el líder de Hizbulá, Naim Qasem, defendió que "no son neutrales" ante el conflicto y afirmó que "actuarán como crean oportuno ante esta brutal agresión", sin especificar sus movimientos al respecto.
El golfo, entre cautela y diplomacia
Por su parte, los países del golfo Pérsico, aliados de EE.UU., expresaron su condena a los ataques israelíes, y buscan impulsar una solución diplomática, mientras observan la reacción de Donald Trump con extrema atención.
El temor en estos países crece debido a que el país norteamericano tiene presencia militar en Baréin, Irak, Kuwait, Qatar y Emiratos Árabes Unidos (EAU), que podrían ser objetivos directos de represalias iraníes.
Arabia Saudita fue uno de los primeros en reaccionar, con una llamada del príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, a Trump el mismo día que comenzaron los ataques, a quien le trasladó "la importancia de la moderación, la desescalada y la resolución de todas las disputas por la vía diplomática".
EAU, que mantiene relaciones diplomáticas tanto con Israel como con Irán, intenta mediar y su presidente Mohamed bin Zayed Al Nahyan llamó a su homólogo iraní, Masoud Pezeshkian, a quien mostró su "solidaridad".
Qatar, sede de la principal base aérea estadounidense en la región (Al Udeid), tiene el mismo temor que sus vecinos, y este viernes advirtió a Israel de que no ataque instalaciones económicas iraníes porque "las repercusiones serían desastrosas para la región".