El Senado insiste con ampliar la Corte y el Procurador cobra protagonismo en la negociación por los jueces
A tan solo cuatro meses de las elecciones, en la cúpula judicial del Gobierno de Javier Milei tejen negociaciones para reactivar un acuerdo por las vacantes de la Justicia que no solamente involucra a los jueces de la Corte Suprema, sino también a las vacantes de la Justicia Federal y el Procurador General de la Nación.
"Todo es parte de la misma negociación", aseguraron fuentes judiciales del Ejecutivo. "El 80% de las vacantes ya están cerradas, pero hay que terminar de pulir el esquema", le anticiparon a El Cronista meses atrás.
La estrategia corre por parte del asesor presidencial Santiago Caputo, que trabaja con el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio. Luego de que en el Senado rechazaran los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, decidieron cerrar la persiana hasta después de octubre. "Nada hasta noviembre", fue la definición que pisó fuerte en la Casa Rosada en relación al más del 30% de vacantes judiciales.
Eduardo Casal, Procurador General
La avanzada del Sistema Acusatorio se convirtió en una carta pesada en este sentido. La implementación progresiva del Código Procesal Penal Federal -ya van 12 provincias- implica que los fiscales se empoderan en el rol de investigar a los delitos mientras que los jueces solo controlan el cumplimiento de las garantías constitucionales.
Según pudo reconstruir El Cronista de altas fuentes judiciales, desde el Gobierno lo que ponen sobre la mesa es apurar su ejecución a cambio de imponer a su propio Procurador, el jefe de todos los fiscales federales y nacionales. El rol implica, entre sus atribuciones de gestión sobre las fiscalías, fijar la política criminal.
La máxima autoridad del Ministerio Público Fiscal actualmente lo ocupa un hombre designado durante el macrismo, Eduardo Casal, quien asumió como interino tras la renuncia de Alejandra Gils Carbó en diciembre del 2017. Ella había sido puesta en funciones por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2012 y desde entonces ningún otro gobierno pudo cubrir esa vacante.
Los libertarios necesitan de dos tercios del Senado para hacerse de ese rol, al igual que para los jueces de la Corte Suprema. De hecho, con el CPPF implementado, su rol cobra aún más relevancia. Las fuentes aseguraron que están dispuestos a ceder incluso con la negociación del subprocurador para conseguirlo y colgarse la cocarda de cubrir el rol institucional vacante.
En el PJ, mientras tanto, continúan presionando para ampliar el máximo tribunal. La maniobra no es nueva, puesto que también fue lo que intentaron conversar cuando se debatía la postulación de Lijo y García Mansilla: la idea del peronismo era aprobarle los dos pliegos al Presidente a cambio de ampliar la Corte e integrar a una juez mujer del kirchnerismo. El nombre que en su momento promovían era la de María de los Ángeles Sacnun.
Desde Balcarce 50 pisaron firmes con la negativa. Si bien piensan promover una ampliación de la Corte eventualmente, la línea es que ese debate se de a posteriori de asegurarse los dos pliegos propios. Ese punto muerto sigue sin resolverse y desde el Senado decidieron impulsar la reforma judicial sin el aval del Ejecutivo.
La expresidenta condenada e inhabilitada a ejercer cargos públicos, por caso, encomendó a sus senadores en una reunión previa al fallo de la Corte que la ampliación de la Corte sea una de las prioridades en la agenda parlamentaria. Consecuentemente, este miércoles el plenario de Asuntos Constitucionales; Justicia y Asuntos Penales volverá a reunirse a las 11 para continuar ese planteo.
El proyecto con mayor consenso es el del salteño Juan Carlos Romero, que promueve una ampliación de 5 a 7 miembros y un 40% de representación femenina. El ahora líder del PJ y jefe del interbloque de UP, José Mayans, convalidó esa propuesta, pero también hay otras iniciativas para ampliar hasta 15 miembros.
El Gobierno por ahora descarta de cuajo esa iniciativa, aunque el proceso se cocinará lento en el Senado, ya que confía en que una mejor representación después del recambio legislativo tendrá más cintura para aprobar a sus candidatos. De todos modos, lejos van a quedar de los dos tercios necesarios para impulsar un Supremo o el Procurador y será inevitable acordar con el kirchnerismo.