Si la consulta del conseller Rovira sobre la lengua base en que recibirán la educación los alumnos de Infantil, Primaria y ESO ha sido, pese al empeño de la Generalitat, una carrera de obstáculos en la que, quién sabe si por este u otros motivos, más de un 40 % de los padres no han participado, el tramo final del proceso no está siendo más acertado.