Mario Lissón colgará los spikes esta campaña, pero se va con una sonrisa

Mario Lissón necesita únicamente tres cuadrangulares más en ronda regular con su actual uniforme, para convertirse en el máximo jonronero de todos los tiempos en la historia del Magallanes. Y pese a estar tan cerca de completar lo que para tantos es un sueño, este domingo anunció que no jugará más.

El slugger caraqueño, nacido hace 33 años, convocó una rueda de prensa para dejar caer delante de los reporteros la inesperada noticia, aunque confesó que “tenía tres meses pensándolo”, debido a los nuevos planes, dijo, que están abriéndose ante él.

“Voy a estar con el equipo hasta donde lleguemos”, aclaró el toletero derecho, aunque trazó una raya al parecer inflexible. Ese día que termine la actual campaña de los Navegantes “será mi último juego”.

Lissón llegó a 53 vuelacercas con los 7 que largó en esta última eliminatoria, en la que conectó para .295/.414/.451, con 42 empujadas. Sólo el Jugador Más Valioso del torneo, Jesús Valdez, superó sus remolques en la nave.

El infielder preparó con detalle su posición pública. Apenas terminó su encuentro con los medios de comunicación, subió a la web una carta dedicada a los aficionados, agradeciéndoles por el apoyo durante su trayectoria.

Escrita de su puño y letra, en la misiva habló directamente a la fanaticada: “Luego de 15 años, es el momento de dar un paso a un lado como jugador. Ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida”; “recuerdo como si fuera ayer que estampé mi firma, un 1° de abril de 2002, tantas expectativas, tantas ilusiones”; “me ha tocado llorar, me ha tocado reír”.

Lissón no reveló el nuevo desafío profesional que está por empezar. Únicamente dijo que se le ha presentado “una oportunidad importante” que le convenció de dar el paso, aunque Jorge Urribarrí, ejecutivo del beisbol criollo, aseguró de inmediato, a través de su cuenta personal en Twitter, que se trata de un contrato como coach en la organización de los Nacionales de Washington.

No mostró sinsabores por haberle faltado llegar a las Grandes Ligas. Otrora prospecto de los Reales de Kansas City, llegó a disputar tres campeonatos en Triple A, pero le restó el último paso antes de las Mayores.

“Dios me ha dado la oportunidad de tener una última temporada llena de bendiciones, y me ha permitido retirarme en la que en estos últimos siete años se ha convertido en mi segunda casa, con mi equipo, el equipo de Venezuela”.

Dejó abierta a posibilidad de regresar con los bucaneros, presumiblemente en un nuevo rol, quizás como técnico.

Agradeció a Dios, a su familia, al Caracas y al Zulia, sus otras dos divisas en la LVBP.

“Lo único que tengo pendiente con Magallanes es ganar una Serie del Caribe”, admitió el veterano, que saltó al profesional con los Leones, como campocorto. No renuncia a cumplir esa última meta en 2017. Será, por decisión propia, su última oportunidad, si finalmente se le presenta.

"Por siempre el número 18", escribió en el adiós. "Por siempre Súper Mario".

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