Una idea para mejorar la votación de nuestro Salón de la Fama
The Beatwriter
Como muchos de ustedes sentí tristeza cuando vi los resultados del Salón de la Fama del Béisbol Venezolano.
Estamos viviendo una era especial en las exaltaciones tanto en Venezuela como en Grandes Ligas, porque son los peloteros que fueron nuestros ídolos de la infancia y juventud, quienes están poco a poco dominando las boletas tanto del recinto de Valencia como de Cooperstown.
Para todos nosotros, Omar Vizquel marcó una época en Venezuela. Fue el ídolo de muchos cuando crecíamos mientras cada día nos enamorábamos más de este deporte.
Su inclusión al Salón de la Fama del Béisbol Venezolano debía ser por aclamación absoluta, pero apenas acumuló el 77% de quienes tienen el honor de registrar su voto para inmortalizar la carrera de aquellos criollos que han enaltecido a nuestro principal pasatiempo.
Es decir, el ex campocorto ingresó al olimpo del béisbol de nuestro país, con lo justo. Hubiera recibido dos votos menos y se hubiera quedado por fuera en su primera aparición en la papeleta del Museo de Béisbol de Valencia, como marginados quedaron Edwin Hurtado, Leonardo Hernández, Melvin Mora, Juan Carlos Pulido, Luis Raven y otros que indudablemente tienen méritos para ser exaltados.
Al conocer la noticia recorrí varios portales online, incluso especializados en deportes. Muchos titulares aseguraban que Vizquel fue exaltado al Salón de la Fama de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, cuando no fue así, y ello me hizo comprender, quizás estoy equivocado, pero que es posible que muchos electores tengan la inquietud sobre la esencia del ente del Sambil valenciano.
Muchos, quizás con razón, puedan sentirse frustrados de que después de quince procesos electorales, contando a partir de 2003, aún persista la duda sobre quiénes deben ser entronizados a nuestro Salón de la Fama, pero nada logramos con caernos encima unos a otros cuando puede haber una solución salomónica y cívica que resuelva la inquietud de aquellos que posean esa interrogante.
Después de que la Liga Venezolana de Béisbol Profesional emitiera el comunicado con los resultados, fui a la página web oficial del Museo de Béisbol y no encontré los estatutos en ninguna parte. Tal vez eso no resuelva del todo el conflicto, pero es vital que esa información pueda ser accesible para todos, con lo cual se aclararía cualquier incertidumbre.
Ahora que la votación es electrónica, se puede desarrollar algún algoritmo que antes de ingresar a la papeleta, el elector deba leer las normas o, tal vez, se puede desarrollar un breve video corporativo que explique cómo debe hacerse el proceso y explicando las reglas que contempla la institución para que todos los electores tengan claras las políticas para que ejerzan el honor y responsabilidad que han recibido, correctamente.
Pero como también percibo que existe la duda sobre quiénes deben ingresar al Salón de la Fama del Béisbol Venezolano, y para que no haya confusión alguna, ¿Por qué no proponemos un mecanismo que no dejaría lugar a cuestionamiento alguno sobre este planteamiento?
Si el Museo del Béisbol divide la planilla de votación por capítulos se acaba la diatriba y no habrá imprecisiones sobre su esencia. Como Ignacio Serrano, a quien le agradezco la oportunidad de escribir esta columna, opino que debe aumentarse el voto a diez por elector para saldar la deuda con quienes están rezagados en la boleta.
En consecuencia, pudiéramos crear el Capítulo de Grandes Ligas, el de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional y el del béisbol internacional.
Cada pelotero aspirante a la inmortalidad será incluido en la división en la cuál brilló más, a fin de cuentas, son muy pocos los casos de aquellos que tuvieron una formidable carrera en MLB y en Venezuela o, incluso, en el extranjero y en nuestro país. Son escasos los Miguel Cabrera o Antonio Armas, por citar solo un par ejemplos.
En ese sentido, mi propuesta es que cada elector tenga cuatro votos para el Capítulo de Grandes Ligas, cuatro para la LVBP y dos para el béisbol internacional. Con ello se acaba la polémica sobre quiénes deben ingresar al Salón de la Fama del béisbol venezolano. Es un mecanismo, en mi opinión justo, pues se honra la carrera del que brilló aquí y el que lo hizo en Estados Unidos, Japón, México o Corea del Sur.
Sale ganando Félix Hernández, José Castillo y Alexander Ramírez, cuando le toque el turno a cada uno y esa, al final de la historia, es la misión del Salón de la Fama del Béisbol Venezolano.
Marcos Grunfeld