PSC y ERC pactan no informar a Moncloa sobre sus contactos para evitar filtraciones
- Sin filtraciones para explicar todo junto
- Un cerrojazo similar al del año pasado
- Preacuerdo en julio y cupo vasco
- Moncloa, a ciegas
El Partido Socialista de Cataluña y Esquerra Republicana han acordado un cerrojazo informativo para evitar cualquier filtración sobre las negociaciones para la investidura del candidato del PSC, Salvador Illa. Los encargados de reunirse para conseguir un acuerdo este mes han limitado al máximo con quién tratan los avances y discrepancias de las conversaciones. Ni siquiera Moncloa supervisa los contenidos tratados en cada encuentro, según confirman desde el Gobierno. Moncloa asegura desconocer por completo no solo si existe posibilidad de cerrar un acuerdo en las próximas semanas, sino también los temas que los republicanos han depositado sobre la mesa de negociación.
Sin filtraciones para explicar todo junto
El Gobierno entiende que la bunkerización de las negociaciones forma parte de una estrategia para proteger el acuerdo de la opinión pública antes de tiempo. Las dos formaciones buscan cerrar poco a poco cada punto del texto antes de presentar nada. En Moncloa aseveran que no han recibido siquiera un borrador y tampoco creen que exista todavía.
Las negociaciones avanza, y tanto en Ferraz como en el Ejecutivo se muestran optimistas, pero no por el posible avance de las negociaciones, sino porque ERC se encuentra en un callejón sin salida: o investir a Illa y elecciones; y en el PSOE calculan que una repetición de los comicios hundiría a los republicanos.
Distintos ministros interpretan que tanto ERC como el PSC quieren dirigir la comunicación: explicar y dar a conocer el pacto en su conjunto y evitar que se filtren trozos del mismo que después tengan que ir explicando a rebufo de las informaciones publicadas por los medios de comunicación.
Un cerrojazo similar al del año pasado
Este cerrojazo informativo no resulta una novedad. El pasado verano, tras las elecciones generales del 23 de julio, el PSOE repitió la palabra "discreción" como máxima de todas las conversaciones con Junts. No se conoció el acuerdo para la Mesa y la Presidencia del Congreso de los Diputados hasta dos horas antes de la constitución de las Cortes.
La fórmula se repitió en los meses siguientes hasta la investidura de Sánchez el pasado noviembre. Ferraz pilotó y dosificó toda la información para evitar cualquier filtración a los medios e incluso impidió que el 16 de agosto los periodistas preguntaran a los dirigentes que llegaban a Ferraz para la Ejecutiva Federal socialista. Se estableció un cordón policial y todos los reporteros tuvieron que cubrir la información desde la acera de enfrente.
Preacuerdo en julio y cupo vasco
ERC ya ha anunciado en repetidas ocasiones que su intención pasa por alcanzar un preacuerdo este julio. En agosto el Congreso y Moncloa cierran por vacaciones y no quieren demorar las conversaciones hasta septiembre. Un escenario opuesto al del PSOE. En Ferraz transmiten tranquilidad y ninguna prisa por alcanzar un pacto. Los dirigentes socialistas creen que el tiempo corre en contra de los republicanos.
El partido independentista se debate entre dos almas en estas semanas: la corriente interna que apuesta por alcanzar un acuerdo cuanto antes, representada por Oriol Junqueras, y la que se muestra más reacia, encabezada por el exlíder de la formación, Marta Rovira, más cerna a Junts tras seis años huida de la justicia en Suiza. Los republicanos primarán las cuestiones económicas: ya consiguieron la condonación de la deuda catalana en las negociaciones para investir a Sánchez y ahora tratan de conseguir un pacto que les acerque al cupo vasco.
Moncloa, a ciegas
El Gobierno afirma no conocer nada de las negociaciones, pero tampoco refleja preocupación alguna. El Ejecutivo considera que el acuerdo llegará y anticipa un optimismo que no se basa en el avance de las conversaciones. Moncloa espera conocer el pacto cuando se concrete para revisarlo y dar el visto bueno definitivo porque vaticina que parte dl acuerdo puede incurrir en competencias del Estado, no de la Generalitat.