Los uniformados vuelven a pisar La Moncloa
El Gobierno ha vuelto a delegar en “técnicos uniformados”, como es el caso del general jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Francisco Javier Marcos, las comparecencias de seguimiento del comité de crisis de la DANA.
Como ya ocurrió durante la pandemia, el pasado lunes, con más de una hora de retraso, y vestido como sus compañeros de la UME que están trabajando sobre el terreno en Valencia, Marcos dio las explicaciones de la mayor catástrofe natural de la historia de España en la sala de prensa del Palacio de la Moncloa. Lo hizo acompañado de la secretaria general de Transporte Terrestre, Marta Serrano, tercera en el escalafón del Ministerio de Transportes.
Este martes, los directores generales de la Policía Nacional, Francisco Pardo; de la Guardia Civil, Mercedes González; y de Salud Pública y Equidad, Pedro Gullón, comparecieron también en rueda de prensa en La Moncloa para informar de la reunión del Comité de crisis para el seguimiento de los efectos de la DANA.
El Chivato ha podido escuchar a altos cargos de La Moncloa admitir que la presencia de Marcos, con mucho mayor conocimiento de la gestión de una crisis que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, los dos que han comparecido a lo largo de esta semana, garantiza al Ejecutivo dar una respuesta más técnica de los trabajos que se están desarrollando en las zonas afectadas.
Además, según reconocen en privado, también evita a los ministros y cargos políticos tener que someterse al escrutinio de las preguntas políticas por parte de los medios de comunicación.
La presencia de los técnicos en todas las ruedas de prensa de la pandemia, que causó una gran estupefacción por ver a uniformados del Ejército en la sede de la Presidencia, también perseguía este mismo objetivo de blindar a los cargos públicos del escrutinio de los periodistas.
Hay que recordar que el entonces vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, llegó a criticar la continua presencia de “uniformados” en las comparecencias informativas del Gobierno durante la pandemia, con asistencia diaria de altos mandos de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y de las Fuerzas Armadas, tras las reuniones del llamado Comité Técnico del Coronavirus en el Palacio de la Moncloa.
Otro motivo de discrepancia de Iglesias con Sánchez en aquel momento fue el “lenguaje belicista” -así lo calificó- que estaba utilizando sistemáticamente el presidente del Gobierno en sus primeras ruedas de prensa en La Moncloa, cuando estalló con toda su crudeza la crisis del coronavirus.
El entonces líder de Podemos consideraba que recurría demasiado a conceptos como “guerra”, “combate”, “desafío”, “esta batalla la vamos a ganar”, y lo mismo en su voluntad de “movilizar” a los ciudadanos.
Criticaba que estaba “dramatizando” demasiado el problema, que utilizaba un lenguaje “apocalíptico”, que convenía rebajar, y así lo trasladó directamente al propio jefe del Ejecutivo y a sus asesores de máxima confianza.