Prácticas “terroríficas” en las clínicas estéticas clandestinas
- Un fenómeno que va en aumento
- El tratamiento más demandado: rejuvenecimiento facial
- Competencia desleal
- Centros clandestinos
- Deformidades permanentes
- Las clínicas deben contar con autorización sanitaria
- La Policía desmantela un quirófano ilegal en Carabanchel
- Publicidad en redes sociales y material médico caducado
Los centros de medicina y cirugía estética homologados están viendo aumentar el número de pacientes que acuden para ser atendidos por secuelas derivadas de tratamientos ilegales realizados en establecimientos sin autorización sanitaria.
Infiltraciones de relleno facial defectuosas, cirugías con resultados desastrosos y complicaciones derivadas del uso de materiales sin homologación, son algunas de las consecuencias de una práctica que se extiende en la clandestinidad y que los expertos califican de “terrorífica”.
Un fenómeno que va en aumento
Lola Sopeña, directora de la Sociedad Española de Clínicas de Medicina y Cirugía Estética (SEMYCE), advierte de que el fenómeno se ha intensificado en los últimos años, especialmente en las comunidades autónomas con mayor demanda de tratamientos estéticos.
“Son lugares donde es más fácil pasar desapercibidos”, explica a Confidencial Digital. En estos centros irregulares, los tratamientos los llevan a cabo personas sin formación médica adecuada, utilizando productos sin garantías y en condiciones de higiene deficientes.
El tratamiento más demandado: rejuvenecimiento facial
El tratamiento más demandado en esos establecimientos ilegales es el rejuvenecimiento facial sin cirugía mediante la infiltración de rellenos.
“Si ya en centros sin autorización estos tratamientos suponen un alto riesgo, estamos viendo también cirugías en quirófanos clandestinos. Es terrorífico”, lamenta Sopeña.
Las irregularidades en estos locales incluyen la falta de autorización sanitaria, productos sin homologación y personal sin titulación. “Si un centro no tiene autorización sanitaria, ya se está saltando todas las normativas”, subraya.
Competencia desleal
El auge de estos establecimientos supone una competencia desleal para las clínicas homologadas, que deben asumir los costes de cumplir con la normativa y contar con personal cualificado.
“No podemos competir en precio con un centro clandestino, donde los tratamientos los realizan personas sin formación médica”, señala Sopeña.
Pero más allá del impacto económico, el mayor problema es el riesgo que corren los pacientes. “Si algo sale mal, no tienen a quién reclamar”, advierte.
Centros clandestinos
Las autoridades sanitarias realizan inspecciones constantes, pero el carácter clandestino de estos centros dificulta el control.
“Las consejerías de Sanidad trabajan en la supervisión de las clínicas homologadas, pero estos locales ilegales no están registrados. Solo podemos acabar con ellos si los pacientes denuncian”, sostiene Sopeña.
Deformidades permanentes
Las secuelas de estos tratamientos defectuosos van desde reacciones adversas hasta deformidades permanentes.
“Muchos pacientes acuden a nuestras clínicas con complicaciones por migración del producto o resultados poco estéticos”, indica la directora de SEMYCE. El problema se agrava cuando se desconoce qué sustancia ha sido inyectada.
“Si el tratamiento se ha hecho en una clínica homologada, tenemos un historial con el producto utilizado, su marca y la fecha de aplicación. En centros clandestinos no hay registros y es difícil corregir los daños”.
Las clínicas deben contar con autorización sanitaria
Para evitar caer en manos de establecimientos ilegales, los expertos recomiendan fijarse en tres aspectos fundamentales: la clínica debe exhibir su autorización sanitaria en un lugar visible, contar con un listado de su plantilla médica, y especificar la especialidad de cada profesional.
“Los médicos deben estar identificados y con su titulación clara”, insiste Sopeña. Además, advierte sobre las ofertas demasiado atractivas: “Nadie regala nada. Hay que desconfiar de precios excesivamente bajos”.
La Policía desmantela un quirófano ilegal en Carabanchel
El impacto de estas prácticas irregulares no solo se percibe en las clínicas legales. En las últimas semanas, agentes de la Policía Nacional desmantelaron un quirófano clandestino en el distrito madrileño de Carabanchel.
En este establecimiento, cuatro mujeres ofrecían cirugías y tratamientos estéticos sin autorización ni garantías sanitarias.
La investigación, realizada en colaboración con la Dirección General de Inspección y Ordenación Sanitaria de la Comunidad de Madrid, descubrió que el quirófano se encontraba en la trastienda de una clínica vinculada al domicilio de una de las detenidas. Allí se halló gran cantidad de medicamentos y material quirúrgico.
La operación policial se inició tras recibir una denuncia que alertaba sobre la actividad del centro. Las sospechas aumentaron al observarse una afluencia constante de pacientes, muchos de los cuales entraban por la puerta principal pero salían por un portal contiguo.
Publicidad en redes sociales y material médico caducado
La investigación reveló que las detenidas publicitaban sus servicios en redes sociales, y que varias de sus pacientes habían tenido que ser atendidas de urgencia en hospitales tras someterse a intervenciones como liposucciones y aumentos de pecho.
Durante el registro, los agentes encontraron documentos relacionados con procedimientos quirúrgicos, así como material médico caducado y una agenda con citas de pacientes.
Entre los hallazgos más impactantes figuraban viales escondidos en un congelador junto a alimentos. Se constató que, cuando alguna paciente sufría complicaciones, las responsables ofrecían devolver el dinero a cambio de evitar denuncias.
Las cuatro detenidas fueron acusadas de intrusismo laboral, estafa y delitos contra la salud pública y los consumidores. La Policía mantiene abierta la investigación para identificar más víctimas y esclarecer la magnitud de la trama.
Mientras tanto, los especialistas insisten en la necesidad de reforzar la vigilancia y, sobre todo, concienciar a los ciudadanos. “La mejor manera de evitar estos riesgos es informarse bien antes de someterse a cualquier tratamiento”, concluye Sopeña.