Un estudio global advierte de que una de cada cuatro adolescentes ha sufrido violencia física o sexual de su pareja
Vivir en un país con menos recursos y no haber recibido educación secundaria multiplican el riesgo, de acuerdo con el análisis de la OMS, que utiliza datos de 161 países: en países como Bolivia o Perú el porcentaje supera el 40%
En España - Dos de cada diez adolescentes de 14 a 17 años ha sufrido violencia sexual en el último año
El 24% de las chicas entre 15 y 19 años que han estado en una relación ha sufrido violencia física o sexual por una pareja masculina a lo largo de su vida, según un estudio global de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El texto publicado hoy en The Lancet Child & Adolescent Health revela menos violencia contra las chicas en países con mayores ingresos, tasas más altas de niñas en educación secundaria y más igualdad de género en leyes de propiedad de bienes o sucesiones. Aunque España se sitúa en el grupo de prevalencia más baja, un 12% de adolescentes reportan estas violencias, según datos de 2015.
El estudio ha utilizado datos recopilados entre el 2000 y 2018 para dar por primera vez una visión global en la que destaca una gran variabilidad entre países y regiones. Las más peligrosas para las adolescentes son Oceanía (47%) y África subsahariana central (40%), mientras que las tasas de violencia más bajas se registran en Europa central (10%) y Asia central (11%). En los extremos se encuentran Georgia, con un 6%, y Papúa Nueva Guinea, donde la mitad de las adolescentes (49%) han sufrido violencia por parte de sus parejas varones.
“La violencia infligida por la pareja empieza a una edad alarmantemente temprana para millones de mujeres jóvenes de todo el mundo”, resume Pascale Allotey, directora del Departamento de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS. La violencia durante estos “años críticos” de formación puede causar “daños profundos y duraderos”, advierte Allotey, que recomienda “tomar [la violencia sexual temprana en la pareja] más en serio como un problema de salud pública”.
A pesar de las cifras tan elevadas de violencia —y eso que no recoge la violencia psicológica—, el estudio deja un resquicio de esperanza. Esa es la opinión de María Pilar Matud Aznar, catedrática de Psicología en la Universidad de la Laguna en declaraciones al Science Media Centre: “La alta variación entre regiones, así como la asociación de la violencia en la pareja con los factores contextuales del país, indican que es una violencia que puede ser prevenida y erradicada”.
Recomendaciones para erradicar la violencia
La OMS tira de las orejas a los Estados, pues ninguno “está en vías de eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas” para la “fecha límite de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030”. Estas situaciones de discriminación tienen grandes efectos nocivos, sobre todo en edades tempranas: desde el menoscabo en la salud al mal rendimiento escolar o valores perniciosos interiorizados que afectarán a relaciones futuras. Sobre la salud, la OMS advierte que estas situaciones aumentan la probabilidad de lesiones, depresión, trastornos de ansiedad, embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual (ITS), entre otros.
Para la organización, atajar estas violencias es una “necesidad urgente” y su solución pasa por reforzar los servicios de apoyo y prevención precoz. Además, los Estados deben promover la capacidad de acción y los derechos de las mujeres y niñas desde programas escolares que eduquen tanto a los niños como a las niñas sobre relaciones sanas y prevención de la violencia, hasta protección jurídica y capacitación económica, afirma la OMS. Inciden en este último punto: “Dado que muchas adolescentes carecen de recursos económicos propios, pueden tener dificultades especiales para abandonar relaciones abusivas”.
Para Matud Aznar, la receta para reducir las cifras globales de violencia de género está en los factores diferenciales entre Estados: “Los países deberían proporcionar educación secundaria a todas las chicas, garantizar la igualdad de derechos de propiedad para las mujeres, eliminar las normas de género discriminatorias y erradicar prácticas nocivas como el matrimonio infantil”, afirma.