"Quiero encontrar a sus propietarios": el enigma de las fotos familiares halladas en una cámara comprada en un mercadillo

Marta Stasiukiewicz, propietaria de una tienda fotográfica en la localidad mallorquina de Campos, compró recientemente una videocámara de segunda mano en un mercadillo. Pese a tratarse de un hecho aparentemente cotidiano, la nueva adquisición le aguardaba una sorpresa: el dispositivo contiene centenares de vídeos y fotografías pertenecientes a una familia cuyo rastro está ahora intentando seguir la nueva propietaria. “Me han llamado bastantes personas interesándose por las imágenes, pero de momento ninguna de ellas son los dueños originales. Me encantaría encontrarles”, comenta Marta en declaraciones a elDiario.es.

Pasear entre los puestos del mercadillo de Campos es adentrarse en otra época. Históricamente dedicados a la agricultura, numerosos campesinos ponen a la venta las frutas y verduras recogidas de sus propios huertos, aunque no son los únicos comerciantes que se aglutinan en el centro del municipio.

Principalmente los sábados, cuando el mercadillo se tiñe de un ambiente más festivo y multitudinario, además de atraer la avezada mirada de turistas a la búsqueda de algún recuerdo que llevarse de la isla. Ropa, libros y antigüedades asoman aguardando una nueva oportunidad. Y Marta la encontró el pasado mes de marzo.

Mientras paseaba entre los numerosos tenderetes, la mujer, de origen polaco, reparó en una videocámara JVC Everio. Sin pensárselo, la fotógrafa pagó los 20 euros que el vendedor pedía por ella y se la llevó a casa. A su pesar, la batería estaba dañada y, tras varios meses, logró repararla. Y ahí fue cuando descubrió que el aparato contenía innumerables vídeos y fotografías de hace 15 años, en la mayoría de los cuales aparece una familia reunida alrededor de una mesa en una casa mallorquina, en la comunión de la pequeña de la familia así como de un viaje que todos ellos realizaron a Andalucía en Semana Santa.

Stasiukiewicz ha decidido dar a conocer la historia y se ha propuesto encontrar a los propietarios de las imágenes movilizando el hallazgo en redes sociales. La nueva dueña de la cámara no tiene claro si ésta fue robada en su día o directamente vendida aun con las filmaciones dentro, pero asegura que le encantaría que los protagonistas de las imágenes pudieran volver a reencontrarse con aquellos antiguos recuerdos, convencida de su incalculable valor sentimental.

Las antiguas fotos que inspiraron un libro

En las últimas décadas no han sido pocos los casos en los que, con la expansión de Internet y las compraventas online, coleccionistas de todo el mundo han adquirido cámaras que contenían antiguas fotografías sin revelar. Uno de ellos fue Alex Galmeanu, fotógrafo afincado en Bucarest que en 2016 compró una cámara que albergaba un carrete con fotografías tomadas hacía 45 años, lo que lo llevó a intentar encontrar a los propietarios originales de las mismas.

Galmeanu, tal como explicó en su blog, había adquirido una Balda Baldix fabricada hasta los años 60, y, para su sorpresa, halló en ella un rollo de película vieja, expuesta, pero sin revelar. “Por supuesto, la revelé inmediatamente y, para sorpresa de todos, pude recuperar 10 imágenes de buena calidad, sobre todo teniendo en cuenta su antigüedad”, contaba.

En las últimas décadas no han sido pocos los casos en los que, con la expansión de Internet y las compraventas online, coleccionistas de todo el mundo han adquirido cámaras que contenían antiguas fotografías sin revelar. Uno de ellos fue Alex Galmeanu, fotógrafo afincado en Bucarest que en 2016 compró una cámara que albergaba un carrete con fotografías tomadas hacía 45 años, lo que lo llevó a intentar encontrar a los propietarios originales de las mismas

Las imágenes revelaban una boda discreta en algún un pequeño pueblo o zona rural de Inglaterra, un hecho que dedujo de la apariencia de los coches que aparecían en ellas -uno de ellos, un Austin Maxi fabricado entre 1969 y 1981- así como del entorno y las personas que aparecían en las fotografías. “Conseguimos procesar un negativo de 43 años y recuperar unas imágenes cuyos retratados ni siquiera habían podido ver nunca. Imágenes que sobrevivieron durante décadas en una cámara fotográfica que no se ha abierto en todo este tiempo”, relataba Galmeanu, quien descubrió, asimismo, que la cámara había sido enviada desde Southam (Reino Unido), donde permaneció durante años en la estantería de un coleccionista local. “Por supuesto, se trata de una gran experiencia para un fotógrafo como yo, teniendo en cuenta el hecho de que pude revelar una película en rollo expuesta cinco años antes de mi nacimiento”, subrayaba.

La aventura de Galmeanu inspiró años después a la escritora española Sònia Valiente, quien se puso en contacto con el fotógrafo rumano para que le contase con detalle cómo había ocurrido todo. “Me pareció una historia poderosa”, confesó en su día la autora, que en 2023 publicó finalmente su libro Veintitrés fotografías, en la que una joven adquiere una cámara analógica en el rastro madrileño y, al revelar el carrete, descubre veintitrés fotografías que muestran la boda de una pareja, lanzándose tras ello a investigar el rastro de sus protagonistas.

Imágenes de una época que “desapareció hace mucho tiempo”

Una historia similar le sucedió a Sarah Evans, cuando en abril de 2024 compró por ocho libras una antigua cámara en una tienda benéfica de Aberdare (Gales del Sur) y, al llevarla a casa, descubrió en su interior un rollo de película. “Hace unas semanas compré esta cámara antigua en una tienda benéfica local. Cuando llegué a casa, la abrí y encontré una película dentro. Revelé la película y hoy me llegaron estas fotos”, contó en su cuenta de 'X', mostrando algunas de las imágenes que afloraron tras el revelado: en ellas aparecían dos mujeres, probablemente una madre y una abuela, sosteniendo un bebé junto a dos niños sentados. Habían sido tomadas hacía más de 70 años.

“No parecía que fuera a funcionar, pero de todos modos solo la quería con fines decorativos. Nunca se me ocurrió que realmente habría algo dentro”, comentó después Evans a BBC. Se trataba de una Conway fabricada por Standard Cameras Ltd, con sede en Birmingham, que estuvo en funcionamiento entre 1931 y 1955. Dadas las obsoletas características del modelo, revelar las imágenes no iba a ser tarea fácil, pero, finalmente, una empresa especializada logró el objetivo. Ahora, la mujer quiere encontrar a los descendientes de los antiguos propietarios: “Me encantaría hacerles llegar estas fotografías a ellos o a alguno de sus familiares. Son una verdadera visión de una época que desapareció hace mucho tiempo”.

El hallazgo que tuvo un final feliz

El caso más reciente tuvo lugar en Wichita (Kansas), donde una cámara comprada por cinco dólares en una tienda en liquidación permitió recuperar recuerdos familiares cuya pista había desaparecido hacía más de veinte años. En esta ocasión, el comprador sí logró contactar con la familia a la que pertenecían las fotografías. El nuevo propietario, Seth Boles, encontró el artefacto en Moler's Camera, que llevaba abierta desde 1946 y a la que acudió, ante su inminente cierre, atraído por sus ofertas. Entre los artículos rebajados se hallaba la preciada cámara, que adquirió sin percatarse de que todavía contenía un rollo de película. 

Tras revelarla, comprobó que las fotografías mostraban una reunión familiar de Navidad, probablemente de diciembre del año 2000: los niños aparecían abriendo regalos mientras los familiares se encontraban reunidos en una acogedora sala de estar. La historia fue narrada en un reportaje transmitido a través del canal KSN, dándose la circunstancia de que el exdirector de la emisora, Kevin Crockett, reconoció a su familia en las imágenes y pudo ponerse en contacto con Boles. “Fue un gran momento para nosotros poder recordar ese momento familiar en Navidad. Fue muy bonito que ese hombre se tomara el tiempo de revelarlas y ver qué ocurriría”, confesó.