Marruecos frena de nuevo las aduanas de Ceuta y Melilla y el silencio del Gobierno crispa al tejido económico local

Más de tres años de negociaciones no han servido para conseguir que dos pequeños camiones, uno con electrodomésticos y otro con productos de higiene, atravesaran las fronteras españolas de Ceuta y Melilla en dirección a Marruecos esta última semana. La supuesta apertura de la aduana comercial en las ciudades autónomas norteafricanas mantiene en vilo a sus habitantes, especialmente a empresarios y políticos, molestos por las hipotéticas restricciones que pueda imponer el Ejecutivo marroquí y por la “opacidad” con la que el Gobierno español está tratando la cuestión.

Por el momento, Moncloa no ha llegado a aclarar si el paso abortado de los dos vehículos hacia el país vecino respondía a la entrada en funcionamiento del tan esperado espacio de tránsito de mercancías o era simplemente una nueva prueba como las ya realizadas en años previos.

Los hechos se precipitaron a finales de la pasada semana cuando la Delegación del Gobierno en Melilla empezó a contactar con empresarios anunciándoles la inminente apertura de la aduana. Ya en esos primeros instantes comenzaron a surgir voces preocupadas –incluidas las de colectivos empresariales y la del propio presidente de esa localidad, Juan José Imbroda–, por las condiciones en las que se abriría el paso, que parece incluirán importantes limitaciones en los productos que Marruecos permitirá llegar a su suelo.

Todo desembocó en el intento de que dos furgonetas atravesaran las fronteras del Beni Enzar (Melilla) y El Tarajal (Ceuta) el miércoles. Las trabas por parte de Marruecos fueron constantes. Primero, obligando a mover las cargas a otros vehículos de tipología distinta y después frenando durante horas los transportes en sus aduanas para finalmente darles la vuelta sin llegar siquiera a revisar lo que contenían en su interior.

Lo ocurrido es un duro golpe a las pretensiones españolas y a los anhelos de quienes viven en las ciudades autónomas, que no ha encontrado prácticamente explicaciones por parte de las respectivas delegaciones del Gobierno, a pesar de que las titulares de ambas, Sabrina Moh y Cristina Pérez, estuvieron presentes durante la jornada de marras en los dos pasos fronterizos.

“Es el Ministerio de Asuntos Exteriores quien confirmará oficialmente la apertura de esa aduana comercial. Hoy (por el miércoles) ha cruzado un camión con productos de higiene personal. No podemos asegurar si mañana habrá otra expedición comercial o no. Estos asuntos se gestionan entre Madrid y Rabat”, alcanzaron a señalar fuentes de la representación del Central en Ceuta a este medio antes de que se produjera el rechazo de las mercancías en la frontera marroquí.

Exteriores habla de “cuestiones técnicas”

A partir de ahí, el único miembro del Ejecutivo nacional que se ha pronunciado al respecto ha sido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y no así en ningún caso José Luis Albares, titular de Exteriores, de quien se esperaba una explicación detallada sobre las condiciones de la nueva aduana. “Lo que dejo claro es que el grado de cooperación y colaboración hispano-marroquí es manifiestamente importante, relevante y de la máxima lealtad y fiabilidad”, señaló el representante de Interior, quien achacó a “cuestiones técnicas que deben resolverse” el hecho de que los dos camiones fueran devueltos por el Reino Alauita.

Lo ocurrido este miércoles y la perspectiva de importantes restricciones en las aduanas de las ciudades autónomas preocupa especialmente al sector empresarial, que lleva años sufriendo los efectos de la ausencia de un canal de tránsito de productos con el país vecino. Si la pasada semana ya alzaba la voz la patronal melillense, la ceutí se ha pronunciado en las últimas horas en declaraciones a elDiario.es. “A nosotros no nos han informado de nada, nos pusimos en contacto con la Delegación y nos dijeron que cuando se produzca la apertura nos avisarían”, afea Arantxa Campos, dirigente de la Confederación Española de Empresarios (CEOE) en Ceuta.

Los empresarios entienden que la normativa que rija en los nuevos despachos de mercancías debe “ser la de cualquier otra frontera del mundo” y, en ese sentido, dicen no entender que “España esté preparando una normativa específica para la aduana de Ceuta o que Marruecos la imponga tanto en Ceuta como en Melilla”. Campos advierte de que el desarrollo de una regulación particular debe conllevar necesariamente un procedimiento en el que los empresarios puedan tomar parte “haciendo alegaciones”. A la vista de que “no se ha abierto” ninguna actuación que así lo indique, la patronal se mantiene en que la norma será igual que la que impera en el resto de aduanas.

Con todo, Campos se mantiene cautelosa y alude a la “falta de seguridad jurídica” respecto a los procedimientos que implican al país vecino. “Vemos el régimen de viajeros, cuyo uso está legislado y regulado en todas partes y que aquí en Ceuta no se aplica”, argumenta.

La “opacidad” de la que se quejan los representantes locales de la CEOE casa con el hecho de que solo dos empresarios fueran conocedores de que un camión con productos de higiene iba a tratar de cruzar a Marruecos este miércoles. Así lo han confirmado a este medio fuentes de una de las firmas, Vivera Atlántica, la que prestó el vehículo después de que el Gobierno Alauita considerara que las furgonetas en las que iba a hacerse no cumplían con los requisitos.

El PP pide “transparencia”

No solo los empresarios parecen molestos con el modo en que el Ejecutivo nacional está llevando la puesta en marcha de la aduana ceutí y la reapertura de la de Melilla. El diputado del PP Javier Celaya pidió este jueves “claridad y transparencia al PSOE sobre las negociaciones que se están llevando a cabo con Marruecos”. Habla el representante popular de “confusión total” en lo que rodea a las aduanas y considera que “la prosperidad de Ceuta no puede depender de Rabat”.

A ese mismo argumentario se ha acogido la administración local, también en manos del PP. Los consejeros Nicola Cecchi y Alejandro Ramírez se pronunciaron en los últimos días asegurando que “el futuro económico de la localidad no puede depender de la aduana comercial” y pidieron cautela hasta conocer las condiciones que tendrá el paso de productos entre países para después hacer un análisis a mayores, “escuchando a todas las voces implicadas”.

Mientras, la ciudad de Ceuta respira preocupada. Dueños de negocios locales llevan años recalcando la importancia que tendría para ellos la apertura de la aduana. En ella ven la esperanza de que la ciudad recupere el pulso que perdió cuando se frenó el caótico sistema de porteo, que alimentaba una ciudad llena de bazares y de naves en el polígono fronterizo donde se comerciaba sin mayor regulación con mercancías de todo tipo. De momento, solo les queda la espera, hasta que bien el ministro de Asuntos Exteriores u otro representante del Gobierno de España acabe de aclarar qué será de la gran promesa que a día de hoy siguen siendo las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla.