Doce años en la escuela y sin apenas noticias de Franco
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Supongo que habéis oído que el Gobierno va a conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Franco con actos varios por todo el país durante este año. Entre las actividades que se plantean, el Ejecutivo destaca que se harán actos en institutos. Falta hace, porque en este país, básicamente, no se estudia el franquismo. Cae un poco, si acaso, en la ESO (obligatoria), y puede que en Bachillerato, pero ya es una etapa no obligatoria.
El problema, se intentaba justificar, es que el temario de Historia era muy extenso y para cuando llegaban al SXX ya se había acabado del curso, así que se quedaba fuera. Por eso –entre otras razones– en la Lomloe se decidió que Historia Contemporánea de Bachillerato empiece en 1812, no para dejar fuera a los Reyes Católicos, como denunciaron algunos. Pero aún así el profesorado denuncia que, como queda al final cronológicamente, también depende en parte de la voluntad de cada docente.
La realidad, en cualquier caso, es que no se da o se da poco. “El resultado son aulas en las que, aunque prima la heterogeneidad, son muchos los jóvenes que saben que estas etapas existieron, pero desconocen o confunden muchas de sus características y lógicas internas”, nos cuenta un profesor en este reportaje de mi compañera Marta Borraz.
Además de ser un problema en sí mismo que no hace falta argumentar mucho, tiene un efecto directo y visible: está contribuyendo a la ola reaccionaria que el profesorado detecta en las aulas. Jóvenes, niños, que hablan de Franco y de que con Franco se vivía mejor sin tener ni idea de quién era ni lo que hizo. Antes de que te rasgues las vestiduras, piensa en la reflexión que hace un profesor: “De todas formas, ¿qué les estamos pidiendo a los jóvenes cuando la propia sociedad sigue sin estar formada en esto?”.
Es verdad que a los jóvenes aquella época les queda lejos, pero parece contradictorio que se utilice ese argumento para justificar que no les interese, pero luego reivindiquen aquella época (aunque sea desde el desconocimiento). Hace falta trabajo más estructurado, pero si los actos del Gobierno sirven para avanzar, aunque sea ligeramente, bienvenidos serán.
Ya mismo sigo con otras cosas de estas semanas de Navidad y alrededores, pero antes os cuento que el Govern catalán ha rectificado y decidido que finalmente no va a relegar a las literaturas catalana y castellana a materias optativas de 1º de Bachillerato (ahora son de modalidad en 2º, de manera que van a Selectividad), una medida que ya había anunciado bajo el argumento de que la imponía el ministerio. Pero se armó tal revuelo que ahora ha cambiado de opinión. Es algo enrevesado, pero aquí encuentras la historia entera.
Estas semanas hemos hablado de...
- “Hay una gran desconexión entre el debate educativo y lo que sucede en el aula”. Se llama Juan Fernández, pero la comunidad educativa le conoce como “Juan, el del blog”. Porque Fernández, profesor de Secundaria, se ha hecho un nombre con su espacio personal, que dedica a acercar, traducir, interpretar y recomendar lo último en la investigación científica educativa. Hemos hablado con él de profesorado, investigación, enseñanza y algunas cosas más. Aquí puedes leer la charla.
- Catalunya y Euskadi segregan al migrante; Madrid, al pobre. Uno de cada tres alumnos tendría que cambiar de centro para que los institutos españoles fueran una fiel representación de la sociedad. Porque tal y como están ahora, los centros son pequeños guetos que agrupan (o separan, según se quiera mirar) al alumnado en grupos entre iguales. Dentro de esta situación, Madrid segrega más por renta (los ricos con los ricos, los pobres con los pobres); Euskadi y Catalunya por origen geográfico.
- La policía investiga a un profesor por forzar un beso a una alumna. Sucedió en un centro religioso concertado de Sevilla y la víctima tiene 13 años. Según figura en la denuncia, el profesor de Educación Plástica le pidió a la menor que le diera un beso “al tiempo que se señalaba sus labios” y, ante su negativa, “volvió a insistirle hasta en cuatro ocasiones”. Que la joven girara la cabeza en el último instante fue lo único que evitó el beso finalmente.
Para subir nota
- ¿El fin de la pesadilla que es homologarse el título de Odontología? Cientos (¿miles?) de odontólogos extranjeros llevan años intentando inútilmente validar sus estudios para poder ser dentistas. Digo “inútilmente” porque el sistema es imposible desde 2019, cuando la conferencia de decanos de facultades de Odontología se hizo cargo del proceso. En cinco años no ha habido homologaciones, que se sepa. El Gobierno –que ha tardado todo este tiempo en abordar el asunto– dice que “no es aceptable” y asegura que lo va a solucionar pronto.
- El Gobierno quiere aprobar un plan que garantice la educación en casos de emergencias. El proyecto surge después de que la DANA haya dejado sin centros –y la Generalitat sin clases– a miles de estudiantes y la idea es fijar un marco de actuaciones para que una desgracia no deje las clases al albur (o la capacidad) de una administración concreta, que haya un plan trazado. En Valencia se han vivido estas semanas episodios difíciles de definir, como que la Generalitat haya acusado con comunicados públicos a equipos directivos enteros de no querer abrir sus centros.
- Tres kilómetros andando cada día para coger el autobús escolar. Está pasando en Sojuela, La Rioja, y no son ni uno ni dos los afectados, sino varias decenas. El Gobierno regional, que pone el autobús, dice que esto pasa porque los vehículos convencionales no tienen la maniobrabilidad necesaria para llegar a la parada del pueblo, pero los conductores de los autobuses dicen que podrían al menos acercarse.
¡Hasta la semana que viene!