Un eurodiputado esloveno del PP impulsa a Elon Musk como Nobel de la Paz en pleno desafío a la UE

No es solo la ultraderecha la que ve al magnate Elon Musk como un adalid de los derechos fundamentales, tal y como demostraron los grupos de la familia europea de Vox al presentar su candidatura para el Premio Sájarov a la libertad de conciencia que entrega el Parlamento Europeo anualmente y que finalmente se llevaron los opositores venezolanos Edmundo González y María Corina Machado. El la derecha tradicional también tiene fans. El eurodiputado del Partido Popular Europeo Branko Grims quiere impulsar ese nombre para el Nobel de la Paz y ha iniciado una recogida de firmas entre sus colegas de la Eurocámara.

El parlamentario esloveno argumenta su defensa en la libertad de expresión que, a su juicio, propugna Musk como propietario de la red social X (antes Twitter). “Ha eliminado todas las opciones sistémicas para introducir cualquier tipo de censura política”, dice en la carta que ha enviado a los parlamentarios y a la que ha tenido acceso elDiario.es. “Rechazó sistemáticamente todas las presiones para que las autoridades públicas o cualquier otra persona interfiriera la libertad de expresión de opiniones diferentes y la difusión de ideas y creencias, independientemente de las fronteras nacionales [...]. El impacto positivo de estas decisiones y acciones es extraordinario y global. La mejor prueba de ello es el hecho de que otras plataformas de Internet, en particular tras la elección del señor Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, han seguido claramente su ejemplo”, agrega sobre la decisión de Mark Zuckerberg de eliminar los verificadores de datos en Facebook e Instagram en línea con el modelo impuesto por Musk en X.

Precisamente la Comisión Europea que preside la conservadora Ursula von der Leyen tiene varios procedimientos abiertos contra X por el incumplimiento de las reglas digitales de la UE, que se aprobaron con el voto a favor del Partido Popular Europeo. Ahora Bruselas tendrá que analizar si el sistema que elige Zuckerberg cumple con la obligatoriedad de reducir los riesgos sistémicos en materia de desinformación con la eliminación de los verificadores.

Desde la victoria de Trump, Musk y ahora Zuckerberg han recrudecido la batalla de las grandes plataformas contra las normas de la UE, a la que han llegado a acusar de “censura”. Una acusación que refutan los miembros de la Comisión Europea y especialmente la vicepresidenta ejecutiva para la Soberanía Tecnológica, la Seguridad y la Democracia, Henna Virkkunen, que es sobre la que recae la implementación de las leyes digitales europeas, y que pertenece a la familia del PPE. Virkunnen ha vuelto a rechazar este mismo miércoles que las normas impongan censura.

Más allá de los procedimientos abiertos, que también tienen que ver con el incumplimiento de las obligaciones en la lucha contra la desinformación, Musk se ha convertido en el impulso de una “internacional reaccionaria”, según lo calificó el presidente francés, Emmanuel Macron. El magnate se ha involucrado en la política europea, especialmente después de que Trump ganara las elecciones, y ha mostrado su respaldo total a los ultras de Alternativa por Alemania ante las elecciones del próximo 23 de febrero, además de lanzar una campaña contra el primer ministro laborista británico, Keir Starmer.

Algunos gobiernos han acusado a Musk, que es asesor del presidente electo, de injerencia extranjera. Y también lo ha hecho el candidato de la CDU, Friedrich Merz, después de que el sudafricano dijera que “sólo Alternativa por Alemania puede salvar Alemania”. “No recuerdo, en la historia de las democracias occidentales que haya habido un caso comparable de injerencia en la campaña electoral de un país amigo”, el aspirante de la familia del PPE.