Las ayudas por hijo de hasta 115 euros al mes se disparan aunque aún pueden llegar a un millón de hogares más

Las ayudas por hijo de hasta 115 euros al mes se han incrementado casi un 50% el último año. Se trata del llamado Complemento de Ayuda a la Infancia (CAPI), creado en 2022 y vinculado al ingreso mínimo vital, pero que pueden cobrar muchas más familias que las beneficiarias de la renta mínima estatal. Según los cálculos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), debería llegar a un millón de hogares más, algo que no sucede por el desconocimiento y la confusión sobre esta ayuda, así como debido a la complejidad para solicitarla, entre otros motivos que destacan las ONG.

Las ayudas del CAPI pueden ser de tres cuantías: 115 euros al mes en el caso para los menores de 0 a 3 años, 80,50 euros mensuales para los mayores de tres años y menores de seis y, por último, los 57,50 euros al mes seis años y menores de 18 años.

A fecha de diciembre de 2024, el CAPI llegaba a un total de 472.604 hogares, de los que 220.157 son familias perceptoras del ingreso mínimo vital (IMV) y otros 252.447 hogares perciben solo las ayudas por hijo del CAPI. Es en este segundo grupo donde se ha producido un importante aumento de los beneficiarios en el último año, del “49%”, responde a este medio la Seguridad Social. Es decir, que el CAPI alcanza a unas 82.500 familias más que a cierre de 2023.

De hecho, la expansión de estas ayudas por hijo es la que más explica el empuje del ingreso mínimo vital del pasado año, con un 27% más de beneficiarios, 141.500 hogares más, según el Ministerio que dirige Elma Saiz. En este incremento se incluyen tanto el “IMV básico”, como el “IMV completo” (la renta mínima junto a las ayudas por hijo) y el “IMV-CAPI”, que solo se trata del CAPI pero que la Seguridad Social lo denomina así porque lo considera un tipo de ingreso mínimo vital.

Más conocimiento de las ayudas y más pobreza infantil

Sobre los posibles motivos de este gran incremento de beneficiarios del CAPI, la Seguridad Social recuerda que estas ayudas son más recientes que el ingreso mínimo vital y están “desplegando su potencial”. Mientras que el IMV se lanzó en 2020, en plena pandemia, el CAPI entró en vigor en 2022, sustituyendo las anteriores prestaciones por hijo a cargo, que tenían una cuantía inferior (49 euros al mes). “Su potencial es considerablemente mayor que el del IMV, por lo que es lógico que haya tenido un mayor incremento”, indican en el departamento de Elma Saiz.

En Save the Children consideran que este despliegue responde a “varios factores”. La ONG destaca “un mayor conocimiento del IMV entre las familias más vulnerables, en parte gracias a los esfuerzos de difusión tanto de las administraciones públicas como de las organizaciones sociales”, sostiene Carmela del Moral, responsable de Políticas de Infancia.

Como contexto, pese al descenso general de la pobreza y de la desigualdad en España, los últimos datos oficiales sobre pobreza infantil aumentaron. La tasa AROPE, sobre los niños, niñas y adolescentes que viven en riesgo de pobreza y exclusión social, alcanzó el 34,5% en 2023 (respecto al 32,2% del año anterior). Más de uno de cada tres menores en esta situación, un problema enquistado y que sitúa a España a la cabeza de Europa.

Además, tras la crisis de inflación de los últimos años, se han incrementado algunos de los indicadores de carencia material, como la dificultad para comer carne o pescado, que alcanza al 6% de la población, y los problemas para calentar los hogares, es decir, la pobreza energética, que afecta casi al 21% de la sociedad. Ambos datos están en máximos históricos.

Un millón de familias tienen derecho y no las cobran

Pese al importante empujón del último año, aún hay una gran mayoría de familias con derecho a estas ayudas por hijo que no las perciben. Según las últimas estimaciones de la AIReF, correspondientes a 2023, casi 1,4 millones de hogares tienen derecho al CAPI. Es decir, que las ayudas deberían estar llegando a un millón de familias más.

Si se tiene en cuenta el IMV “completo”, con el CAPI, la cifra de potenciales beneficiarios asciende a un total de 1,8 millones de hogares con niños, calculaba la Autoridad Fiscal.

Las ONG especializadas en pobreza agrupadas en la EAPN insisten desde hace tiempo en la necesidad de darle una vuelta al CAPI para que llegue a más gente. Desde el nombre, que consideran que no facilita la difusión de la ayuda, hasta su propia vinculación con el ingreso mínimo vital, que genera confusión entre quienes no tienen derecho a la renta mínima (pero sí a las ayudas por hijo) y que adolece de los problemas de complejidad y exceso de burocracia que se suelen criticar del IMV.

“Las barreras administrativas representan un gran desafío, especialmente para las familias que se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Procedimientos complejos, requisitos documentales difíciles de cumplir y la falta de acompañamiento durante el proceso de solicitud pueden desincentivar a muchas familias a iniciar o completar los trámites necesarios”, analiza Carmela del Moral.

En Save The Children reclaman avanzar a procedimientos más simples, la automatización de solicitudes para quienes cumplan los requisitos y también piden revisar algunos criterios para acceder a la propia ayuda, “como los ingresos de referencia o la composición de las unidades familiares”. “A menudo, estos parámetros no reflejan la realidad de las familias en situación de riesgo y pueden dejar fuera a personas que necesitan apoyo”, añade Carmela del Moral.

El Ministerio de la Seguridad Social sostiene que “el IMV es una prestación en constante evaluación” y que siempre se está “estudiando posibilidades de mejora” y trabajando “para llegar al mayor número de hogares en situación de necesidad”.

En concreto, el departamento de Elma Saiz destaca varias medidas que están “permitiendo una mayor claridad, agilidad y transparencia” como el teléfono gratuito 020 y el lanzamiento de una nueva página web de la Seguridad Social “para facilitar el acceso a información y trámites sobre prestaciones”. “Acabamos de constituir un grupo de trabajo para facilitar la lectura fácil y que la información sea comprensible para todas las personas al solicitar el IMV y el CAPI”, añaden fuentes del Ministerio.

En Save The Children emplazan también a “analizar si las cuantías actuales del CAPI son suficientes para cubrir el coste de la crianza” y si los umbrales por edades tienen sentido. “Si bien es habitual que las políticas sociales prioricen la etapa infantil, entre los 0 y 3 años, nuestros análisis muestran que el coste de la crianza aumenta con la edad, siendo especialmente alto en la adolescencia debido a mayores gastos en alimentación, educación, tecnología, transporte y actividades extracurriculares”, explica Del Moral.

Además, aunque el ingreso mínimo vital se actualiza cada año (con un aumento del 9% en 2025), no ha ocurrido lo mismo con el CAPI, cuyas cuantías se han mantenido igual que el año pasado. En la Seguridad Social destacan el aumento de las ayudas para los afectados por la DANA, del 30%, como muestra de que se trata de “prestaciones vivas que se van adaptando a los cambios en las necesidades de las familias”.

Desde Save The Children reclaman un sistema de actualización estable que tenga en cuenta los costes de la crianza. “Esto solo proporcionaría mayor estabilidad y predictibilidad a las familias, sino que también fortalecería la eficacia del CAPI como herramienta clave para reducir la pobreza infantil en España”, consideran en la ONG.