Por qué es importante mantener el interior del coche limpio y algunos trucos para lograrlo

Solemos revisar la presión de los neumáticos del coche, comprobar el nivel de líquido e inspeccionar las luces. Sin embargo, ¿somos tan exigentes a la hora de lavarlo? Polvo, arena, hojas, migas… El interior del coche puede convertirse de forma rápida en un auténtico caldo de cultivo para las bacterias si no mantenemos una higiene regular. Además, una sobreexposición al calor y la humedad favorece también la multiplicación de hongos y bacterias porque a menudo tiene que soportar pequeñas desatenciones. 

Tanto es así que, de acuerdo con este estudio, los volantes de los coches pueden llegar a tener hasta cuatro veces más gérmenes que el asiento de un baño público y seis veces más que un teléfono móvil. Les siguen los portavasos, los cinturones de seguridad, la manilla interior de la puerta, la palanca de cambios y el botón de volumen de la radio. Entre las bacterias detectadas se encuentran Pseudomonas y Staphylococcus aureus.

Además, el estudio descubrió que el maletero también alberga niveles significativamente más altos de bacterias, y es probable que se encuentre Escherichia coli en todos los maleteros y en el asiento del conductor, una bacteria fecal que nos debe alertar si guardamos la fruta y la verdura en el maletero después de hacer la compra. También puede estar presente Bacillus cereus, que se introduce con la tierra de los zapatos o de las patas de las mascotas.

La investigación revela además que hay una correlación entre la edad y los años que tiene un coche y los niveles de bacterias que probablemente se encuentren en él: cuanto más viejo y antiguo es, más sucio está (en la mayoría de los casos).

Y es que, muchas veces, un coche puede llegar a convertirse en una extensión del hogar por la cantidad de tiempo que algunas personas tienen que pasar en él para trasladarse a distintos lugares. Si disfrutamos al llegar a casa y encontrar un entorno limpio, ¿cómo podemos hacer lo mismo con el coche?

Cómo mantener el interior del coche más limpio

Los resultados de estudios como el citado revelan la necesidad de limpiar el interior de los coches con más frecuencia, ya que es probable que alberguen bacterias patógenas, aunque es poco factible que una persona con un sistema inmunológico sano no pueda eliminar estos microbios.

Esto no significa, sin embargo, que no debamos dejar de preocuparnos por la limpieza. Y, aunque pueda parecer abrumador, limpiar el coche puede convertirse en algo rápido si sabemos cómo hacerlo. Hay algunos puntos de partida que nos ayudarán a empezar a hacerlo con regularidad.

El primero y más evidente es vaciar el coche de cualquier objeto que haya en los distintos compartimentos, en los bolsillos de los asientos o los espacios de las puertas. A partir de aquí, y con el coche libre de estorbos, ya podemos iniciar el proceso: 

Aspirar el interior con regularidad

Debemos tener en cuenta que los asientos y las alfombras son zonas donde se pueden acumular residuos con mayor facilidad, lo que nos lleva a la necesidad de lavar estas superficies de forma periódica, con un buen aspirador que ayude a limitar el riesgo de alergias y a mejorar la higiene general del interior.

Durante este proceso es importante no olvidarnos de quitar las alfombras para llegar a los rincones donde se acumula la mayor cantidad de suciedad. Con este sencillo gesto no solo eliminamos la suciedad, también el polvo acumulado por todo el coche: superficies, tapizados, alfombrillas o huecos de los asientos. 

A la hora de pasar la aspiradora muchas veces nos olvidamos del maletero, que también puede contener restos de comida de la compra, residuos diversos y, sobre todo, polvo. 

Lavar tapicería, cuero y otros plásticos

Una vez dado este primer paso, podemos pasar a quitar la suciedad de la tapicería. Para ello, debemos saber que hay distintos limpiadores de interiores que están formulados para materiales y superficies específicas, como los productos de espuma de tapicerías, que podemos aplicar directamente sobre la mancha o en una esponja.

Aunque algunas opciones como la lejía doméstica con agua, así como el agua oxigenada o los limpiadores basados en amoníaco son una buena forma de desinfectar nuestra casa, no lo es para el coche, ya que pueden dañar los materiales, que no son tan duraderos como los que podemos encontrar en el hogar.

Una solución casera con menos del 70% de alcohol puede ayudarnos con el interior del coche, para la que necesitaremos casi una tercera parte de alcohol de 96°C mezclada una parte de agua del grifo destilada. Si no queremos perder el tiempo preparando esta solución, también podemos usar alcohol isopropílico para no dañar ninguna superficie del vehículo.

El cuidado del cuero de los coches, por ejemplo, requiere productos completamente distintos a los usados para los textiles. En este último caso, un cepillo puede ser útil para las manchas difíciles, como las de barro. Si no desaparecen, podemos usar una esponja húmeda con un poco de limpiador especial para telas de coche. 

También la limpieza de los salpicaderos y piezas de plástico es una parte importante de la limpieza del coche. La limpieza periódica de esta parte del coche, además de ayudarnos a preservar su aspecto, nos permite prevenir la acumulación de polvo y suciedad. Debemos tener presente también que se trata de unas de las partes que más sufre los efectos nocivos de los rayos UV, que provocan decoloración y agrietamiento de las piezas de plástico cercanas a las ventanillas si no las protegemos con preparados especiales.

Limpiar ventanas y espejos

Son parte importante y esencial de nuestra visibilidad mientras conducimos, por tanto, no debemos descuidar su limpieza desde el interior con un paño suave de microfibra y un producto de limpiacristales. En el caso del parabrisas trasero es mejor siempre frotar en sentido horizontal en dirección a los filamentos de descongelación para evitar dañarlos.

Eliminar malos olores

Los malos olores son otro aspecto que debemos evitar: a tabaco, animales, humedad, comida, entre otros, que pueden acabar incrustándose en el coche. Estos malos olores pueden persistir después de la limpieza y son señal de que las bacterias han hecho del interior de nuestro coche su hábitat. Para eliminarlos es importante limpiar los conductos de aire acondicionado con productos específicos, que pueden ser los mismos que usamos en casa. 

Ventilación tras la limpieza

Una vez hemos resuelto el tema de la limpieza, y para rematar el proceso, podemos ventilar y mantener las ventanillas y el maletero abierto para renovar el aire.