Laura Cámara: "Si abordamos el deseo de las mujeres en menopausia solo desde lo hormonal no vamos a conseguir nada"
La matrona y sexóloga aborda en 'Sexopausia' tabúes y tópicos sobre la menopausia y su relación con el deseo y el sexo: "Necesitamos un cambio hacia una sexualidad no tan coitocéntrica, más pausada"
Las señoras ya no se esconden: la menopausia gozosa también sale del armario
La menopausia tiene mala prensa, especialmente si se trata de hablar de sexo y deseo. Por eso, la matrona y sexóloga Laura Cámara se ha propuesto con Sexopausia (editorial Vergara) crear un libro que sirva como herramienta fácil para desmentir tópicos, abordar tabúes y ofrecer información accesible sobre qué pasa con la menopausia y el sexo. Porque hay cambios inevitables, pero se afrontan mejor con información, argumenta. Y porque hay otras ideas muy extendidas que no son como nos las han transmitido.
Dice en el libro que las mujeres que ahora están entrando en la menopausia o que entrarán en los próximos años tienen que forjar y liderar una revolución sexual de las mujeres menopáusicas. ¿Por qué?
Las mujeres que están entre los 40 y largos o los 50 años son las que ya han tenido esa oportunidad de transformar un poco su vida sexual, de aprender cosas que hasta ahora las generaciones anteriores no habían vivido de esa manera, considerando la sexualidad desde un punto de vista mucho más autónomo, desde la perspectiva de nuestro placer, como sujetos. Ese cambio en la sexualidad se topa ahora con la menopausia. Igual que hemos vivido en estos últimos años una revolución en la salud menstrual, creo que ahora son mujeres de estas edades a las que les toca ver la menopausia y el sexo desde otro punto de vista: vivir la menopausia no solo como un proceso vital fisiológico, sino también como un proceso unido al placer sexual y con otras reglas de juego.
Toca vivir la menopausia no solo como un proceso vital fisiológico, sino también como un proceso unido al placer sexual y con otras reglas de juego
Habla de la diferencia entre ser menopáusica o premenopáusica y tener la menopausia. ¿Por qué apuesta por la segunda manera de hablar, por mujeres que tienen la menopausia y no mujeres que son menopáusicas?
Es un matiz que parece sutil pero que es importante. Si tú dices que eres algo parece que eso te define por completo. En este caso, parece que por delante de todo está la menopausia, soy una mujer menopáusica y por lo tanto me tienes que mirar desde este prisma. Prefiero el 'tengo': soy una mujer que tengo la menopausia y que, además, hago muchas cosas, puedo tener muchas facetas y que estoy en esa fase de la vida, pero eso no me define por completo. Tener o estar en la menopausia no es nada negativo, pero me suena un poquito más peyorativo el mujeres que son menopáusicas al mujeres tienen la menopausia.
La idea que se ha transmitido de la menopausia es la de un proceso casi uniforme para todas, ¿es eso cierto?, ¿hay una menopausia estándar?
Hago mucho la equivalencia con la menstruación. Sabemos que la vivencia de la vida fértil y la menstruación es muy diferente para las distintas personas: puede que haya una que ni se entere de su menstruación y otra que tenga sensaciones dolorosas o auténticos problemas. Esto es lo mismo, hay mujeres con una menopausia que puede ser absolutamente sin síntomas y sin nada traumático, o se puede vivir una menopausia con síntomas leves o también tener una menopausia con síntomas súper invalidantes. El proceso fisiológico en sí es uno, pero de ahí a la vivencia de cada una pues puede ser muy diferente. Por eso me gusta hablar de menopausias en plural, no de una única menopausia.
Hay mujeres con una menopausia sin síntomas o con síntomas leves y otras con síntomas súper invalidantes. El proceso fisiológico en sí es uno, pero la vivencia de cada una puede ser muy diferente
Igual que estamos acabando con algunas ideas que estaban muy asentadas sobre la regla, por ejemplo, que era normal que doliese, ¿hay ideas naturalizadas sobre la menopausia con las que hay que terminar?
Pasan varias cosas a la vez. Por un lado, una invisibilización absoluta de lo que pasa o puede pasar en la menopausia, de manera que había mujeres con síntomas de las que nadie le echaba cuentas. Simplemente era como bueno, esto es de la menopausia, la edad y ya está. Nadie les daba explicaciones o soluciones. Por otro lado, ha habido una asociación de ciertos síntomas como algo inevitable en la menopausia, como los sofocos. Si buscas en Google 'mujer menopáusica', te aparece una mujer con el pelo canoso y un abanico. Y, por ejemplo, sabemos que el tema de los sofocos puede ocurrir, pero que no va a ocurrir en todas las mujeres, ni mucho menos, ni todas las mujeres lo van a experimentar igual o como algo muy negativo para su calidad de vida.
Hemos hecho como una homogeneización de lo que les pasa a las mujeres con menopausia y, a la vez, se ha ignorado o invisibilizado estos síntomas y vivencias. De manera que si asumimos que a todas las mujeres les van a dar sofocos, pues luego no vengas a consulta a quejarte porque esto es lo que hay. Necesitamos que esta visión cambie, ya lo está haciendo. Tenemos que pensar que estos síntomas pueden aparecer o no y pueden aparecer de una forma leve o llegar a ser una jodienda. Y saber que no tienes por qué soportar algo que afecta a tu calidad de vida de esta forma.
Es decir, ni normalizar o ignorar algunos síntomas ni patologizarlos.
Tiene que existir un término medio, porque también hemos vivido una corriente que, hace años, a raíz de las terapias con hormonas, entendía la menopausia como una enfermedad, como algo que va a hacer que te encuentres mal y que hay que luchar contra ello. Es como un intento de no envejecer o de no pasar casi por la menopausia. Esto es imposible, es una etapa de cambio y los cambios suponen moverte de tu zona de confort. De ahí a ver que esos cambios siempre desde una visión negativa, catastrofista, pues hay que evitarlo. Al mismo tiempo, a quien no lleve bien estos cambios, hay que atenderla.
Muchas mujeres llegan a la menopausia en relaciones de 25 años o en las que hay cosas que funcionan mal. Si el sexo ya funciona regular en la etapa fértil, cuando llega la menopausia lo que va a hacer es decirte 'chata, apaga y vámonos'
El libro se centra en el deseo y el sexo, y destaca que una de las ideas más prevalentes sobre la menopausia es que va asociada a la falta de deseo y al dolor en las relaciones. ¿Hasta qué punto son los síntomas más prevalentes y relevantes y hasta qué punto llega el mito?
La disminución del deseo tiene un factor hormonal, relacionado con la disminución de los estrógenos y la testosterona, pero unida a otras causas no hormonales. También el tema del dolor tiene un claro efecto hormonal, es esa atrofia vulvovaginal (o síndrome genitourinario) a la que estamos abocadas. Ahí es cuando nos tenemos que dar cuenta de que no hay una menopausia, sino muchas. El factor hormonal y el paso del tiempo son un factor importantísimo. No podemos obviar que a medida que vayamos cumpliendo años, el cambio hormonal y la propia edad van a ser determinantes en nuestro deseo sexual. Lo que nos dice la ciencia es que cuanto más edad, menos deseo sexual vamos a tener. Pero luego en sexualidad no podemos atender solo al factor hormonal y ahí está la sexualidad desde una perspectiva de género.
Es imprescindible atender a esos cambios en relación a muchísimas cosas: el estilo de vida que llevamos, el cómo llegas tú a la menopausia... Por ejemplo, muchas mujeres llegan estando en relaciones de 25 años de duración, o en relaciones donde hay muchísimas cosas que funcionan mal. Un sexo que ya funciona regular durante la etapa fértil, pues viene la menopausia y lo único que va a hacer es decirte 'chata, si esto ya iba mal, pues ahora apaga y vámonos'. Así que no es solo el factor hormonal, sino que hay que tener en cuenta muchas otras cosas.
Es decir, los cambios hormonales y físicos existen, pero ¿desembocan necesariamente en una falta de deseo?
Las mujeres vamos a pasar 30 años en menopausia en los que nuestros genitales van a sufrir cambios, y eso hace recomendable que modifiquemos el enfoque de nuestras relaciones sexuales. Si no, nuestra vida sexual irá a peor. Si seguimos teniendo una sexualidad totalmente coitocéntrica, heteronormativa, sin un placer que de verdad digas 'esto es para mí'...
Las mujeres vamos a pasar 30 años en menopausia; nuestros genitales van a sufrir cambios y eso hace recomendable que cambiemos el enfoque de nuestras relaciones sexuales. Si no, nuestra vida sexual irá a peor
Necesitamos un cambio hacia una sexualidad no tan coitocéntrica, en la que a lo mejor necesitamos un sexo mucho más pausado, con tiempo suficiente para excitarnos, con una estimulación adecuada para nosotras. Veo mucho cómo las mujeres se creen que tienen unos problemas derivados solamente de este factor hormonal y no es verdad. Claro que tienes un descenso de las hormonas, tu cuerpo va más lento, necesitas una estimulación más lenta, a lo mejor como mucho más centrada en ti, pero no estás enfocando la sexualidad a resolver estos problemas que estás teniendo, sino que pretendemos seguir teniendo la misma sexualidad que antes.
Queremos coitos rápidos, espontáneos, excitación rápida y eso nos va a costar más. Si, por ejemplo, una mujer llega a la menopausia con un enamoramiento pues seguramente va a equilibrar esos cambios. Pero tenemos que darnos cuenta de que muchas veces no estamos atendiendo las necesidades de nuestro cuerpo, de nuestra forma de funcionar, de cómo se despierta ese deseo, la excitación, el tiempo que necesita tu lubricación, y de si realmente quieres ese coito o no.
Entonces, ¿se le echa a veces la culpa a la menopausia de problemas que pueden ser, en realidad, de pareja?
Totalmente. Y por desgracia en este tipo de consultas se ve mucha violencia dentro de las parejas. Hay cosas que son, desde mi punto de vista, inadmisibles, y que van a hacer que el funcionamiento sexual se altere, no solamente por la menopausia –que también– sino porque esta pareja ya está funcionando mal. Pongo un ejemplo: una mujer que tiene una atrofia vulvovaginal, que le esté costando más excitarse, lubricar o que incluso puede tener molestias en el coito, pero tiene una pareja que le exige sexo coital tres veces por semana y no atiende para nada a la esfera afectiva, es un sexo accedido desde el chantaje, desde el 'te pongo malas caras si no tengo sexo'. Muchas mujeres se quejan de cosas así. No le podemos echar la culpa a la menopausia de todo.
Cuando se atiende al deseo solo desde un factor hormonal no se está valorando bien toda la esfera relacional y del estilo de vida. Tenemos mujeres totalmente agotadas por las cargas domésticas, de cuidado, de hijos o mayores, de trabajo fuera de casa y dentro de casa y no tener en cuenta eso es absurdo. Le puedes dar a una mujer 20 kilos de cualquier producto que haya demostrado mínima eficacia, como puede ser la maca, que si no atendemos al estilo de vida y los problemas relacionales no vamos a hacer nada
¿Tienen también los hombres cambios en sus hormonas y en sus niveles de deseo?
Sí, y la caída de sus hormonas provoca cambios que quedan muy invisibilizados porque tienen que ver, por ejemplo, con la potencia, con la calidad de la erección, con la disfunción eréctil, con la bajada del deseo, y todo eso significa tocar la masculinidad de alguna forma. Está más que demostrado, y eso es algo que cito en el libro, que la disfunción sexual de las mujeres se multiplica por tres en parejas donde los hombres tienen una disfunción sexual. Entonces, la edad también pasa para ellos, que también van a sufrir cambios que les cuesta normalizar.
Pensar que la sexualidad va a ser igual a los 20, a los 40 que los 60 es absurdo, porque fluctúa con la vida y con con el paso del tiempo. Entonces, o nos adaptamos a estos cambios o será todo más difícil
En el libro explica que muchas veces las dificultades que experimentan algunas mujeres durante la menopausia en cuanto al deseo y el sexo tienen que ver con los síntomas y dificultades de sus parejas hombres.
Sí, totalmente. El mensaje que me gusta dar es que tanto nosotras como ellos vamos a sufrir cambios. Pensar que la sexualidad va a ser igual a los 20, a los 40 que los 60 es absurdo, porque fluctúa con la vida y con el paso del tiempo. Entonces, o nos adaptamos a estos cambios –y eso tiene que ver mucho con la falta de educación sexual– o será todo más difícil. Durante la edad reproductiva, tus hormonas y tu vitalidad te van a poner las cosas muy fáciles. Pero llega una cierta edad y resulta que ya no es tan fácil. Por eso, es recomendable hacer ciertos cambios y adaptamos a tener una sexualidad que tenga menos que ver con la capacidad para el coito o con el orgasmo como final. Eso sí, tu cuerpo va a ser capaz de producir placer, de erotizarse, de enamorarse, de conseguir orgasmos, de conseguir placer durante toda la vida, pero de forma diferente.
Un capítulo se llama La que tuvo, retuvo. ¿Nos podemos preparar para la menopausia?, ¿tener una vida sexual plena, autoconocimiento... hace que luego la menopausia sea mejor sexualmente hablando?
Totalmente, hay que ser consciente de que en la sexualidad hay que trabajar, porque al final necesitamos incorporar tanto conocimientos como habilidades. Si todo eso lo trabajamos antes de que llegue la menopausia, vamos a tener las cosas más fáciles.