La mitad de las donaciones de semen de España se realizan en Granada
El retraso en poner en marcha un registro centralizado de donantes impide tener datos fiables en el tiempo; las mujeres donan óvulos más en las ciudades, y aunque las donantes femeninas superan a las masculinas, la cantidad de muestras obtenidas es similar
España, el mercado de óvulos de Europa
España es una gran potencia en cuanto a reproducción asistida se refiere. Las clínicas privadas, que controlan el 80% del mercado, se benefician de una de las legislaciones más laxas de Europa. La posibilidad de acceder a tratamientos no disponibles en otros países y el modelo español de donación de semen y óvulos (totalmente anónimo y donde el altruismo permite pagar una cantidad limitada a quienes donan, aunque su material sea utilizado en procesos por los que se pagan miles de euros) tiene mucho que ver. Pero, ¿quiénes donan?, ¿dónde y cuánto lo hacen?, ¿cuántos bebés vivos nacen de su material? Los datos públicos son escasos o bien no ofrecen todos los detalles. Las cifras obtenidas por elDiario.es a través del Portal de Transparencia dan algunas pistas.
El Sistema de Información de Reproducción Humana Asistida (SIRHA) es el mecanismo que obliga a clínicas y hospitales a registrar información relevante de las personas que donan gametos que permite el control y la trazabilidad. Aunque su creación era un mandato de la Ley de Reproducción Humana Asistida de 1988, su puesta en marcha se retrasó 30 años. Y ahí empiezan los problemas. No hay datos centralizados que permitan saber con fiabilidad cuántas personas donaban hace, por ejemplo, veinte años, puesto que, antes del SIRHA, eran las clínicas las que podían hacer ese registro de manera voluntaria. Eso hace imposible saber con certeza de qué manera han evolucionado las donaciones en España a lo largo de los años.
Lo que muestran los datos es un infrarregistro que empezó a cambiar en 2018, cuando se puso en funcionamiento el SIRHA. Desde entonces, las cifras no dejan de crecer porque es obligatorio para las clínicas participar en ese sistema. “Antes el problema era que no se registraba. Se supone que se cumplían los requisitos y la ley, y cada clínica seguramente llevaba un registro interno, porque son necesarios para el trabajo, pero no era obligatorio”, señala la bióloga experta en reproducción asistida Rocío Calonge.
La Ley de Reproducción Humana marca un límite para cada persona donante: que existan seis nacidos vivos de su material biológico. A partir de ese número, nadie puede donar. Sin embargo, la ausencia de un registro centralizado previo a 2018 implica que hasta esa fecha existía una falta de control.
Calonge explica que los datos que publica anualmente la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) sobre el número de ciclos (tratamientos de reproducción asistida) que se hacen con óvulos de donantes pueden hacer suponer que las donaciones de ovocitos han aumentado. “Se ve cómo cada vez hay más ciclos con óvulos de donantes, y esto es porque la edad de las mujeres que son madres va aumentando y eso hace que tengan que recurrir a la ovodonación más que a otras técnicas”, prosigue la también directora científica del Grupo UR. Esa es también una de las razones que explica la diferencia entre el número de donantes de semen y de óvulos, mucho más numerosas que los primeros.
Hasta ahora, hay registradas 47.363 personas donantes de gametos: 40.249 son mujeres y 7.114 hombres. No significa que todas esas personas sean donantes actualmente, sino que lo han sido en algún momento. Sin embargo, el número de donaciones es similar entre unos y otras: de las 105.706 (la mayoría, desde 2018, cuando arrancó el SIRHA), 56.634 son de gametos masculinos y 49.072 de gametos femeninos.
Los hombres repiten más
¿Por qué hay muchas más donantes, pero el número de donaciones es similar al que aportan ellos? Dos factores: la dificultad del proceso para extraer ovocitos y la facilidad para hacerlo con el semen, cuyas muestras pueden, además, servir para más tratamientos. Los hombres hacen, de media, ocho donaciones, mientras que las mujeres, una. La dificultad para encontrar a mujeres que sigan el procedimiento y el hecho de que la mayoría solo vaya a hacerlo una única vez hace que las clínicas necesiten más donantes para la misma cantidad de donaciones que obtienen de semen.
“Sería sencillo encontrar más donantes de semen por la facilidad del proceso, algo que también hace que los hombres quieran repetir, sin embargo, me parece que la media de repetición es elevada y significa que las clínicas tampoco buscan más diversidad de donantes”, analiza Sara Lafuente, investigadora especializada en reproducción asistida y bioeconomía.
Rocío Calonge apunta a que cada muestra de semen puede dividirse en varias dosis que utilizar en distintos tratamientos, “aunque su número es variable, depende de la cantidad y de la calidad”. “Se hacen muchos menos tratamientos con semen de donantes y muchos más con óvulos donados y eso hace que haya escasez de donantes de ovocitos, hay más problemas para encontrarlas”, dice. El proceso para extraer óvulos es mucho más largo y complejo que la donación de semen, requiere de un tratamiento con hormonas que tiene efectos sobre el cuerpo de las mujeres y una intervención en un quirófano. Aunque de un ciclo también pueden extraerse varios óvulos, no siempre todos tienen la calidad necesaria.
¿Dónde se dona?
El mapa de las donaciones muestra diferencias en función de si hablamos de semen u ovocitos, aunque los datos obtenidos no incluyen todas las muestras, puesto que en el sistema no es obligatorio incluir el lugar donde se hacen.
Con las cifras existentes, Catalunya, Comunitat Valenciana y Madrid son las comunidades en las que hay más donantes de óvulos por cada 100.000 mujeres de entre 20 y 35 años (la franja de edad que marca la ley). El 50% de las donaciones de ovocitos tienen lugar en centros que están en Madrid, Barcelona y Sevilla. En número de cesiones, en la Comunitat Valenciana, además de Valencia, destaca Alicante. En el caso de Andalucía, Sevilla lidera pero Málaga es la sexta ciudad de toda España con mayor número de donaciones.
El presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), Juan José Espinós, afirma que las clínicas suelen concentrarse en las grandes ciudades y lo más frecuente es que tengan “programas de donación de ovocitos para consumo propio o para poder venderlos fuera, por ejemplo, a Italia”. Cuantas más clínicas existan en una ciudad, más ciclos de reproducción asistida se hacen allí y más óvulos se necesitan. Los ovocitos suelen, además, utilizarse “en fresco”, esto es, no se congelan sistemáticamente, sino que las clínicas sincronizan a donantes y receptoras para extraer el material cuando vaya a utilizarse.
“En fresco significa que conforme se extraen se utilizan, aunque algunos se congelan o se inseminan y se congelan los embriones. Tiene más fiabilidad un embrión congelado porque ya se sabe que ha conseguido llegar a esa fase. Los tratamientos en fresco hacen que muchas clínicas tengan bancos propios de óvulos y dependan menos de bancos externos”, señala Sara Lafuente.
En cualquier caso, tanto bancos como clínicas con autorización pueden vender el material a los centros que también tengan un permiso especial, a la sanidad pública o bien exportarlos a países donde la donación no está permitida o está restringida. “En función del tamaño de la empresa y del número de tratamientos que haga puede interesar más comprarlos a otros porque tener un programa propio de captación y donación tiene su complejidad. Igual que se externaliza el sistema de limpieza o comida, esto también lo puedes tener subcontratado”, añade Juan José Espinós.
La relevancia de los bancos
El caso del semen es distinto. Puesto que nunca se usa en fresco, las muestras deben congelarse y almacenarse. La existencia de la técnica de congelación de gametos masculina y de bancos que se encargan de ello es más longeva que en el caso de los ovocitos. Los datos ofrecen un resultado llamativo: la mitad de las donaciones de semen que se hacen en España suceden en Granada. Concretamente, 23.096 de las 56.700 donaciones de gametos masculinos entre 2018 y 2023 se hicieron en esa provincia.
La razón: allí se sitúa desde hace 30 años un gran banco de semen, referente en todo el país y que trabaja con cerca de 500 centros. No obstante, el banco también tiene lugares de recogida de muestras en Sevilla y Córdoba, que son otras de las dos ciudades líderes en donación de semen. Son también localidades con una gran población joven, universitaria, y que reciben estudiantes de distintos lugares.
“Hay un efecto llamada, hay más donantes donde más promoción se hace y se concentra en sitios donde hay bancos especializados. De la misma forma que la mayoría de centros de reproducción asistida recogen óvulos, son pocos los autorizados para semen de donantes. Hasta hace nada, el número de tratamientos era también menor y el semen se concentraba en bancos. En Barcelona y Granada, por ejemplo, los hay con mucho prestigio y muchos centros se nutren de ahí”, explica el presidente de la SEF.
Como en el caso de los ovocitos, destacan Madrid y Barcelona. Pero también ciudades costeras, como Valencia o Almería. Euskadi es otro de los puntos donde se concentra un número relevante de donaciones, tanto de gametos masculinos y femeninos. “Valencia es un lugar de referencia para la reproducción asistida, especialmente por el caso del Instituto Valenciano de Fertilidad (IVI). La costa siempre destaca porque son lugares donde se reciben a extranjeros que vienen a los tratamientos, y el País Vasco suele atraer a gente de Francia”, apunta la investigadora Sara Lafuente, que en cualquier caso reclama más transparencia con los datos sobre reproducción asistida y, sobre todo, un cambio en la manera en la que se recaban y transmiten para poder hacer análisis, no solo médicos, sino también sociológicos.