Le toca la lotería, gana más de dos millones y decide no repartir ni un euro con su familia por una vieja rencilla
Al rechazar repartir el dinero, sus allegados le acusaron de arruinar la relación y ser egoísta
Gana la lotería jugando al número de la matrícula de un coche con el que había discutido
Dicen que el dinero no cambia a las personas, solo potencia lo que ya eran. Lo cierto es que, cuando una gran suma entra en juego, las reacciones pueden ser impredecibles. Hay quienes ven en él la oportunidad de mejorar su vida, otros lo derrochan sin medida y no faltan los que, de repente, descubren familiares y amigos que antes ni recordaban.
Lo curioso es que, en muchas ocasiones, el problema no está en quien gana el dinero, sino en quienes lo rodean. Una joven estadonidense de 28 años compartió en Reddit la historia de cómo su premio de más de dos millones de dólares en la lotería no solo le dio estabilidad financiera, sino también una lluvia de exigencias por parte de su propia familia.
De ignorada a imprescindible: el poder de dos millones de dólares
Durante toda su vida, había sido la que menos importaba en casa, mientras sus hermanos recibían toda la atención. La prueba más clara fue cuando su familia organizó un viaje sin contar con ella. “Cuando pregunté por qué no me habían incluido, mi madre me dijo: No creíamos que quisieras venir y, además, tenemos un presupuesto ajustado. Me dolió, pero lo dejé pasar”.
Pero el karma tiene formas curiosas de equilibrar las cosas. Un mes después, compró un boleto de lotería y su vida dio un giro completo. Con el premio, pagó deudas, invirtió y se concedió algún capricho, pero prefirió no decir nada para evitar cambios incómodos en su relación con la familia.
Todo iba bien hasta que se compró un coche y la noticia salió a la luz. Fue entonces cuando empezaron los reproches: “Ahora están furiosos porque no ofrecí compartir la riqueza. Mi madre dijo que era egoísta guardarme todo ese dinero para mí cuando ellos están pasando apuros (algo nuevo para mí, dadas las vacaciones). Mi hermana insinuó que yo debería pagar sus préstamos estudiantiles y mi hermano me pidió directamente que le comprara una casa”.
El que abrió la veda fue el patriarca de la familia. “Es dinero familiar”. En ese momento, entendió que no estaban molestos por su éxito, sino porque no les tocaba parte del pastel. Así que fue clara y directa: no tenía ninguna obligación de repartir nada. “Le expliqué con calma que no estaba obligada a compartir nada solo porque somos parientes, especialmente considerando cómo me habían tratado en el pasado. Mencioné el viaje como un ejemplo de cómo me habían excluido”.
Ahora todos me llaman mocosa ingrata y dicen que estoy arruinando la dinámica familiar
Ante la negativa de compartir pasó de ser la hija invisible a la egoísta oficial de la familia. “Ahora todos me llaman una mocosa ingrata y dicen que estoy arruinando la dinámica familiar”. Aunque sus allegados no estaban demasiado de acuerdo, la joven millonaria encontró el apoyo de la comunidad de Reddit, que le dio la razón en su postura respecto a repartir su fortuna: “No eres un cajero automático ambulante”.