Así es el coche de Trump: 'La Bestia' que protege al presidente de los Estados Unidos

Con la ceremonia de investidura de Donald Trump para su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos, celebrada el pasado 20 de enero de 2024, todos los ojos se centraron no solo en la figura política, sino también en el icónico Cadillac conocido como “La Bestia”. Este vehículo blindado, un símbolo del poder y la sofisticación, volvió a ser protagonista durante la transición de poder. La limusina presidencial es mucho más que un coche: es una fortaleza sobre ruedas, diseñada para proteger al presidente de cualquier amenaza.

Así es ‘La Bestia’

Desde su introducción en 2009, “La Bestia” ha evolucionado para convertirse en uno de los vehículos más avanzados del mundo. Fabricado por General Motors, este Cadillac One es un ejemplo de ingeniería de seguridad y diseño especializado, cuyo blindaje y equipamiento lo convierten en una pieza única en su clase. El vehículo, cuyo peso es de unos 9.000 kilos, aproximadamente, tiene una estructura compuesta de una mezcla de acero, aluminio y titanio, materiales que lo hacen capaz de resistir balas, explosiones, e incluso ataques químicos. De ahí que sea una gran fortaleza móvil. Además, sus ventanas son de vidrio multicapa, lo que impide que cualquier amenaza externa pueda penetrar el habitáculo.

Pero la seguridad no es la única prioridad de este vehículo. En su interior está equipado con tecnología de vanguardia. Los sistemas de comunicación están diseñados para mantener al presidente en contacto constante con sus asesores y las fuerzas armadas. Gracias a sus avanzados sistemas de navegación y monitoreo en tiempo real, el presidente puede tomar decisiones informadas, sin importar lo que suceda a su alrededor. Además, “La Bestia” cuenta con un sistema médico de emergencia, que incluye bolsas de sangre compatibles con el tipo del presidente y un sistema de oxígeno para situaciones extremas.

Un coche armado  

Más allá de su blindaje y tecnología, “La Bestia” también está equipada con medidas de defensa activa. Entre sus herramientas de protección se incluyen lanzagranadas, sistemas para liberar una cortina de humo que dificulta la visión de los atacantes y neumáticos reforzados que permiten que el vehículo siga funcionando incluso si son perforados. Todo esto asegura que el presidente pueda desplazarse con la mayor seguridad posible, sin importar las circunstancias.

La limusina presidencial no es solo una medida de seguridad. Su diseño tiene en cuenta la comodidad del presidente, quien viaja en un habitáculo que ofrece asientos de cuero de alta calidad, aislamiento acústico y una pantalla interactiva para gestionar las funciones del coche. Esta combinación de lujo y protección hace que el vehículo sea una extensión del poder presidencial, un símbolo tangible de la responsabilidad que conlleva el cargo.

Uno más de la Casa Blanca desde la elección de George W. Bush

“La Bestia” ha tenido una larga historia en la Casa Blanca, que comenzó con la administración de George W. Bush. Su sucesor, Barack Obama, también utilizó el vehículo, y posteriormente, fue empleado por Donald Trump durante su primer mandato. Durante su investidura en 2021, el presidente Joe Biden también utilizó la limusina, que continuó siendo un símbolo de poder en el gobierno estadounidense. 

Si bien fue el presidente número 43 de los Estados Unidos quien eligió a “La Bestia”, Cadillac ha sido la marca de confianza de la Casa Blanca desde 1919. Woodrow Wilson, 28º presidente, usó un Cadillac Series 53. El vehículo de General Motors experimentó un cambio a partir de 2001, el mismo año del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, ya que cambiaron el concepto al producir un coche que fuera, desde cero, una fortaleza capaz de resistir cualquier amenaza. Y es que antes no se hacía así, ya que se adaptaba una limusina a las medidas de seguridad que requería la protección del máximo mandatario de los Estados Unidos.