Un estudio revela cuál es la clave para que la carne vegetal compita con la carne animal
Para ello, realizaron dos experimentos con más de 2.100 participantes en Estados Unidos para analizar cómo las personas perciben y eligen diferentes tipos de hamburguesas según su precio y características
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El precio es el factor más influyente en la elección de los consumidores entre carne y alternativas vegetales (PBMA, por sus siglas en inglés). Así lo afirma una reciente investigación realizada por científicos de la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg, la Universidad Humboldt de Berlín y la Universidad Georg August de Göttingen y publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences. Para ello, realizaron dos estudios con más de 2.100 participantes en Estados Unidos para analizar cómo las personas perciben y eligen diferentes tipos de hamburguesas según su precio y características.
¿Carne o alternativas vegetales? Depende del precio
El primer experimento mostró que, en condiciones de precio estándar, tres de cada cuatro personas eligieron la hamburguesa de carne, mientras que la alternativa de falafel, que no imita el sabor ni la textura de la carne, fue la segunda más popular. Las hamburguesas diseñadas para parecerse a la carne, como las versiones análoga y semianáloga, obtuvieron menos aceptación de lo esperado, lo que contradice la creencia de que los consumidores solo adoptarán PBMA si son lo más parecidas posible a la carne.
En el segundo experimento, los investigadores analizaron cómo las diferencias de precio influían en las decisiones de compra. Se descubrió que bajar el precio de una hamburguesa vegetal análoga en un 10% aumentaba su demanda en un 14%. Si las alternativas vegetales costaran la mitad de lo que cuesta la carne, la cantidad de personas que las elegirían se duplicaría. Por el contrario, una reducción en el precio de la carne no tuvo un impacto significativo en la preferencia del consumidor.
Diferencias entre género y educación en la elección de PBMA
El estudio también encontró diferencias de comportamiento según el género y el nivel educativo. Los hombres, aunque son los mayores consumidores de carne, fueron más propensos que las mujeres a cambiar su elección por una PBMA si esta era más barata. Las personas con educación universitaria también mostraron una mayor disposición a considerar alternativas vegetales, mientras que los consumidores que nunca habían probado PBMA eran los más reacios a elegirlas, aunque su aceptación aumentaba si el precio era atractivo.
Además, los datos sugieren que los consumidores que eligen una PBMA suelen estar dispuestos a probar otras. Esta relación de complementariedad indica que ampliar la variedad de productos podría fomentar una mayor aceptación del mercado. Sin embargo, los investigadores advierten que no todas las PBMA pueden crecer al mismo ritmo; en algunos casos, el aumento en la oferta de una categoría de PBMA podría desplazar la demanda de otra, en lugar de reducir el consumo de carne.
¿El precio es la única barrera? Comparación con otros estudios
Aunque este estudio demuestra que la asequibilidad es clave para aumentar la demanda de PBMA, investigaciones previas han identificado otros factores que influyen en su aceptación. Según un informe del proyecto Smart Protein, que encuestó a 7.500 personas en 10 países europeos, las tres principales barreras para adoptar productos basados en plantas son el precio (38%), el sabor (30%) y la desinformación (25%). Además, este informe señala que el 47% de los consumidores reduce el consumo de carne por razones de salud, seguido por preocupaciones ambientales (29%) y bienestar animal (26%).
En España, un estudio de Heura Foods reveló que el 85,6% de los encuestados estaría dispuesto a consumir carne vegetal si tuviera un alto valor nutricional, un sabor similar al de la carne animal y un menor impacto ambiental. Sin embargo, persisten dudas sobre su valor nutricional e impacto ambiental, así como sobre su sabor y textura.
¿Hacia un futuro con menos carne?
El estudio pone en evidencia que, aunque la demanda de carne sigue siendo dominante, existen condiciones en las que los consumidores están dispuestos a cambiar sus hábitos. La clave para la adopción masiva de PBMA no es solo replicar el sabor y la textura de la carne, sino hacer que estas alternativas sean más asequibles y atractivas desde un punto de vista económico.
De hecho, algunos países ya están explorando medidas políticas para incentivar el consumo de PBMA, como la posibilidad de imponer impuestos a la carne o subsidiar las alternativas vegetales. Sin embargo, los investigadores advierten que la paridad de precios por sí sola no será suficiente para cambiar significativamente los hábitos de consumo; las alternativas vegetales deben ser claramente más económicas para catalizar un cambio de comportamiento. Para ello, será fundamental una combinación de estrategias comerciales, innovación tecnológica y posibles intervenciones gubernamentales.