La casa de “La casa en llamas” no está en Cadaqués pero puedes alquilarla
La villa se llama Can Rovira y está en la también encantadora Canet de Mar, localidad de la costa barcelonesa
'Casa en llamas', la ácida comedia que llena las salas con su retrato de una familia catalana en la Costa Brava
El próximo sábado tal vez se hable y mucho de “Casa en llamas”, una de las películas favoritas a llevarse muchas estatuillas en la gala de entrega de los Premios Goya, ya que la cinta, dirigida por Dani de la Orden, está nominada en ocho categorías. La protagonista del largometraje es una casa que aparentemente está en Cadaqués pero… ¿dónde se hizo realmente el rodaje? ¿Esa casa existe?
El equipo de De la Orden apostó por una trama basada en el pueblo en el que se instaló Dalí, una localidad mundialmente conocida y que está al norte de la provincia de Girona. Y en medio de la trama aparecen orillas, rocas, paisajes y una villa que, en realidad, no está en Cadaqués sino en Canet de Mar, otro precioso pueblo de la costa catalana, pero que en este caso está situado en la provincia de Barcelona.
De hecho parte del hilo argumental es que la matriarca de la familia, una inconmensurable Montse interpretada por Emma Vilarasau, quiere reunir en la casa a toda una familia que lleva tiempo rota por fuera y por dentro. Los papeles de Alberto San Juan, Clara Segura, Macarena García, Enric Auquer o Maria Rodríguez Soto rozan también la perfección exhibida por Vilarasau.
Mucho más que una casa
El rodaje en sí se produjo en Can Rovira, villa ideada y diseñada por José Antonio Coderch y que es una de las muchas joyas de la arquitectura que regala la localidad de Canet de Mar a todo aquel que la visita. Porque, además de la casa que aparece en gran parte de la película de Dani de la Orden, uno puede disfrutar de edificios diseñados por otros grandes de la arquitectura catalana como Lluís Domènech i Montaner.
Lo curioso es que la mencionada villa está al alcance de quien quiera alquilarla unos días. En varias plataformas aparece como disponible para disfrutar de estancias cortas y se pueden ver fotos de los diferentes espacios de la casa. Hay una cosa que no exageran las mencionadas fotografías: las vistas del Mediterráneo desde la casa son impagables.
Así que quién sabe si, a partir del sábado, se organizan en Canet de Mar tours para visitar los diferentes rincones de las localizaciones de la película. Lo que es seguro es que el metraje pone una vez más de manifiesto la belleza de la costa catalana, en la que la arena y el mar se funden con calles empedradas y un estilo modernista que tantas huellas dejó.