Dimite el presidente de Rumanía para rebajar la tensión ante la repetición electoral
La oposición pretendía forzar la destitución de Klaus Iohannis, que seguía en el cargo de forma interina tras anularse las elecciones presidenciales de diciembre
La Justicia anula en Rumanía la primera vuelta de las elecciones presidenciales que ganó el candidato prorruso
El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, anunció este lunes de forma sorpresiva su dimisión, con lo que pone fin a su mandato antes de las elecciones presidenciales previstas para mayo. El Parlamento estaba a punto de iniciar un proceso de destitución del mandatario, que seguía en el cargo de forma interina tras anularse las elecciones presidenciales de noviembre. Con la decisión busca evitar una crisis, según ha afirmado al dar a conocer su decisión.
La crisis rumana se desencadenó tras la victoria el 24 de noviembre en la primera vuelta de los comicios para elegir al sustituto de Iohaannis del prácticamente desconocido candidato Calin Georgescu, de tendencia ultraderechista y prorruso. Georgescu se hizo popular en gran medida a través de la red social TikTok y aseguró que no gastó ni un céntimo en su campaña. El Tribunal Constitucional anuló el escrutinio tras la denuncia de los servicios secretos de una supuesta operación extranjera de apoyo.
Tras la anulación, Iohannis alargó su permaneció en el cargo de forma interina, ya que su mandato caducaba el 21 de diciembre. Su decisión recibió el aval posterior del Tribunal Constitucional, que determinó que debía continuar en funciones hasta la toma de posesión de su sucesor. La oposición de ultraderecha cuestionó esta decisión e impulsó un proceso de destitución a través del Parlamento cuyo calendario podía coincidir con las nuevas elecciones presidenciales, previstas para 4 de mayo.
“Todo esto tendría consecuencias a nivel interno y, lamentablemente, también a nivel externo. Ya no habría más debates sobre las próximas elecciones presidenciales. No habría discusión sobre cómo avanza Rumanía”, advirtió Iohannis, el primer presidente que dimite en el país, de 19 millones de habitantes.
Iohannis calificó el proceso de destitución en su contra de “totalmente innecesario”, argumentando que, en cualquier caso, habría dejado el cargo en pocos meses y que nunca violó la Constitución. Sin embargo, afirmó que dimitir era la mejor decisión para evitar una crisis política de grandes consecuencias. “Ninguno de nuestros socios comprenderá por qué Rumanía destituye a su presidente. Seríamos efectivamente el hazmerreír del mundo”, justificó Iohannis en una declaración televisada.
Según la Constitución, la presidencia interina recaerá en el actual presidente del Senado, Ilie Bolojan, del gubernamental Partido Nacional Liberal (PNL, centroderecha), quien asumirá la jefatura del Estado hasta las elecciones presidenciales de mayo.
En la oposición de extrema derecha está la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), el segundo partido más votado en las elecciones legislativas del pasado 1 de diciembre —una semana después de las presidenciales anuladas— y que considera una victoria la renuncia de Iohannis, un político liberal con una clara posición a favor del rumbo euroatlántico del país. Los partidos del Gobierno, formado por conservadores, socialdemócratas y liberales, consideran que el proceso de destitución era de carácter político y carecía de fundamento.