Comisión 17-A, el artilugio de Junts para agitar la teoría de conspiración de los atentados de Barcelona
El partido de Puigdemont intenta rentabilizar la investigación parlamentaria sobre los ataques de la Rambla y Cambrils que el PSOE aceptó a cambio de sus votos e incluso la emplea para hacer oposición a Illa
Un yihadista condenado por los atentados de Barcelona alienta sin pruebas la teoría de la conspiración en el Congreso
Una comisión de investigación parlamentaria es una de las peores vías para esclarecer cualquier asunto. Este viejo dicho vuelve a confirmarse con el uso que ha realizado Junts de la comisión del Congreso sobre los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017. Media docena de sesiones han bastado para que los de Carles Puigdemont la empleen para agitar la teoría de la conspiración sobre los ataques. El colofón fue la comparecencia este jueves de uno de los yihadistas condenados, Mohamed Houli.
La teoría conspirativa sobre la pretendida (y falsa) responsabilidad del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en la radicalización de los jóvenes de Ripoll a manos del imán Abdelbaky Es Satty no es nueva. Primero la reivindicaron sectores marginales del independentismo, con la pretendida hipótesis de que los servicios de inteligencia no controlaron, ya fuera a conciencia o por descuido, a Es Satty para perjudicar al independentismo en vísperas a la consulta soberanista.
Sin embargo, desde hace años la teoría ha ganado peso en Junts. La comisión en las Cortes ha proporcionado al partido de Puigdemont un escenario y un altavoz inéditos para propagarla, aunque sea a base de dar pábulo a personajes cuanto menos controvertidos, como el comisario jubilado José Manuel Villarejo o un yihadista condenado que es, en palabras de su abogada, “fácilmente vulnerable”.
Junto a una nueva comisión sobre la Operación Catalunya, la investigación parlamentaria sobre los atentados fue una concesión del PSOE a Junts a cambio de retener la presidencia del Congreso tras las elecciones de julio de 2023. Se aceptó que la comisión incluso llevara en su título la mención al “derecho a saber la verdad” de un caso ya juzgado y sentenciado tras una investigación minuciosa de los Mossos d'Esquadra durante años.
Este sapo resultó mucho más difícil de tragar que otros, pero los de Pedro Sánchez lo asumieron. Y lo asumieron tanto que una vez en marcha los trabajos preparatorios de esa comisión accedieron a presentar una lista conjunta y acordada de comparecientes.
Es habitual que los grupos parlamentarios que impulsan un espacio de trabajo de este tipo pacten no vetar las propuestas del prójimo. Y así ocurrió también esta vez: cada grupo registró sus nombres y la lista, con Houli incluida, fue aprobada con los votos a favor del PSOE, Junts, ERC y Sumar, con la abstención del PNV y con el voto en contra del PP y Vox.
La sorpresa llegó el miércoles por la mañana. Todos los portavoces parlamentarios consultados por elDiario.es admiten que los miembros de la comisión daban por descontado que la comparecencia del preso yihadista condenado por pertenecer a la célula terrorista que atentó en Barcelona y Cambrils se produciría por vía telemática desde la cárcel. Pero el presidente de la comisión, Txema Guijarro, trasladó a los grupos 24 horas antes de esa comparecencia que por decisión del juez de vigilancia penitenciaria el terrorista acudiría presencialmente al Congreso, para lo cual necesitaba desplegar un amplísimo dispositivo policial.
Leyendo un papel y sin aportar prueba alguna, Houli aseguró que el CNI permitió que el imán “comiera la cabeza” a los jóvenes radicalizados de Ripoll. Se negó a contestar al resto de preguntas de los diputados sobre su papel en la célula yihadista pese a ser el terrorista que grabó al resto mientras fabricaban explosivos en el chalé de Alcanar (Tarragona). “¡Faltaría algo de metralla!”, dice Houli en uno de los vídeos.
Minutos después de su aparición en el Congreso, Carles Puigdemont difundió en sus redes un mensaje en el que daba credibilidad al terrorista pese a la falta de pruebas. “Más claro no lo puede decir, y probablemente pocas personas como él puedan estar en condiciones de formular esta acusación”, aseveró el expresident.
El desmentido más contundente al terrorista lo ha pronunciado este viernes su abogada durante el juicio en la Audiencia Nacional. Carmen González de Lario, en declaraciones a Rac-1, ha advertido del peligro de que Houli fuera manipulado. “Lo que ha manifestado tiene tintes claramente políticos”, ha sostenido, tras recordar que en ningún momento del procedimiento su cliente le comentó lazo alguno de la célula con el CNI.
La implicación del CNI en los ataques no fue la primera teoría sin pruebas lanzada desde el entorno de Junts. El exparlamentario y exabogado de Puigdemont, Jaume Alonso Cuevillas, a su vez letrado de una de las víctimas del 17-A, viene azuzando desde hace años la hipótesis de que Es Satty sigue vivo, pese a la rotundidad de las sentencias y los análisis biológicos de la causa.
Dos jefes de los Mossos d'Esquadra en etapas distintas y con discrepancias conocidas en otras carpetas como los comisarios Eduard Sallent y el major Josep Lluís Trapero no han dudado en desmentir, en varias ocasiones, con contundencia las teorías de la conspiración lanzadas desde la órbita de Junts.
A la revisión de la muerte del imán, le siguió la manipulación del vínculo del CNI con el imán. Para ello Junts se sirvió de elementos conocidos y reales. El propio centro admitió pocos meses después de los atentados que, siguiendo los protocolos de detección de radicales, contactó con Es Satty mientras cumplía una pena de prisión por tráfico de drogas. Los documentos desclasificados por el Gobierno, tras la exigencia de Junts, este mes de enero confirmaron estas explicaciones, pero la formación neoconvergente los empleó para retorcerlos en su propio interés.
“Teníamos razón, el cerebro de los atentados de agosto de 2017, un mes y medio antes del referéndum de independencia de Catalunya, tenía tratos con los servicios secretos españoles”, señaló en un tuit Puigdemont. El expresident omitió que el CNI descartó profundizar en las entrevistas con el imán al no verle fiable. Sí introdujo el expresident el recordatorio de que los atentados se produjeron 45 días antes de la votación soberanista.
Junts también ha aprovechado las palabras de otro condenado, el comisario jubilado José Manuel Villarejo. En 2022, el excomisario, llegó a responsabilizar al CNI de un “error” con los atentados para “dar un susto a Catalunya”, pero en sede parlamentaria el pasado mes de noviembre rebajó ese error a “una negligencia, más que un deseo de no evitarlo”.
Junts orilló el conocido y público enfrentamiento de Villarejo con el CNI, al que culpa de todos sus procesos judiciales, para emplear las palabras del comisario jubilado sobre los atentados como carpeta de oposición al president de la Generalitat, Salvador Illa. El secretario general de Junts, Jordi Turull, exigió, en base a la alocución de Villarejo, que Illa compareciera en el Parlament por su “complicidad con el silencio de Estado” ante los ataques. Este viernes, tras las palabras de Houli, Turull se ha reafirmado en su petición. En el momento de los atentados, Illa era secretario de organización del PSC y no ocupaba ningún cargo público de primera línea