El uso habitual del catalán desciende a un 32% de la población en Catalunya
El catalán pierde peso porcentual en cinco años pero suma 267.000 personas que lo dominan gracias a la inmigración, clave en la evolución del idioma para los próximos años
Òmniun y los nuevos catalanoparlantes piden más cursos para aprender la lengua
Solo uno de cada tres residentes en Catalunya tiene el catalán como lengua habitual. Este porcentaje supone un descenso en los últimos años –en 2018, eran el 36%–, pero al mismo tiempo esconde una realidad paralela: el número de catalanoparlantes en total suma adeptos en términos absolutos –unos 117.000 hablantes activos– gracias al volumen de inmigración recibido, que ha incrementado la población en su conjunto.
Los datos proceden de la encuesta que cada cinco años realiza la Generalitat para tomar el pulso del idioma en Catalunya, la Encuesta de Usos Lingüísticos de la Población, elaborada con una muestra de 9.000 catalanes de más de 15 años. La han presentado este miércoles el conseller de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila junto al director del instituto de estadística Idescat, Xavier Cuadras.
La evolución del uso y conocimiento del catalán está fuertemente marcado por el crecimiento de la inmigración en los últimos años, según ha descrito Vila, algo que hace que en conjunto el idioma gane conocedores, pero al mismo tiempo estos sean cada vez menos en porcentaje sobre el total. Desde 2018 la población catalana ha crecido en unas 400.000 personas. Al mismo tiempo, en ese período la Generalitat ha detectado que crece el número de conocedores del idioma en 267.000 personas, y en 117.000 los que lo usan habitualmente.
Aun así, en términos porcentuales, el peso de catalanes que se consideran hablantes habituales se reduce al 32%, por el 46% del castellano y el 9,4% de los que mezclan ambas habitualmente.
Vila ha situado el aprendizaje del catalán por parte de la población recién llegada como la clave para aumentar su uso en los próximos años. “La predisposición existe para aprender la lengua y tenemos la necesidad de extender su conocimiento mucho más que hasta ahora”, ha expresado. “La gente debe tener presente que el principal incentivo para aprender la lengua es tener a alguien delante que te la hable”, ha declarado.
Los datos que apuntan a este potencial por parte de la inmigración se observan si se pregunta a la población por la intensidad de uso del catalán. Aunque los hablantes llamados habituales se mantienen estables en las últimas dos décadas –en torno a los tres millones–, crecen los que lo usan de forma ocasional o esporádica. Los que dicen recurrir al catalán entre el 1% y el 50% de sus interacciones han pasado de ser 1,7 a 2,2 millones.
Los responsables de la Generalitat han querido rehuir el pesimismo y han celebrado otros datos, como por ejemplo el amplio conocimiento del catalán entre los jóvenes –los que lo saben hablar y escribir sigue estando por encima del 90%– o el crecimiento de la transmisión de padres a hijos. “Esto no es un proces de sustitución lingüística, en el que los padres dejan de transmitir la lengua; no existe esta ruptura”, ha declarado Vila.
El retroceso en el uso social del catalán, que se ha detectado también en las aulas —a pesar de que oficialmente se enseña en esta lengua–, ha sido uno de los caballos de batalla de los partidos independentistas tras el procés. Si Junts exigió la oficialidad del catalán en la Unión Europea en las negociaciones con Pedro Sánchez, ERC para investir a Illa pidió también impulsar la lengua en ámbitos como el educativo, el audiovisual o con la propia creación del Departamento de Política Lingüística, dirigido por un conseller, Vila, que fue alto cargo de ERC el pasado mandato.