¿Por qué los osos panda prefieren comer bambú? Un nuevo estudio da más detalles sobre su dieta
El microARN derivado de plantas puede ingresar a los sistemas de estos animales y regular la expresión genética, ayudando a la adaptación de su alimentación, principalmente a base de plantas
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Los osos panda tienen un tracto gastrointestinal propio de los carnívoros, pero basan su alimentación casi exclusivamente en el bambú, unas alargadas plantas de color verde de la familia herbácea de las poáceas. Y esto se explica por las pequeñas moléculas de microARN que entran en su torrente sanguíneo cada vez que lo ingieren, porque son capaces de regular el sentido del olfato y del gusto de estos animales, según un nuevo estudio publicado en la revista Frontiers in Veterinary Science.
“Nuestro estudio demostró que el bambú utilizado como alimento para los pandas gigantes afecta al cambio de los hábitos alimentarios”, explica el investigador de la Universidad Normal del Oeste de China y autor principal del estudio, Feng Li.
El bambú no solo educa el paladar de los osos pandas, según los hallazgos, sino que el trabajo encontró que los microARN derivados de estas plantas pueden regular diferentes procesos fisiológicos, incluido el crecimiento y el desarrollo, los ritmos biológicos, el comportamiento y las respuestas inmunes.
Los osos panda se adaptan al sabor del bambú
Para llegar a esta conclusión, el equipo partió de la siguiente premisa: todos los organismos vivos tienen ADN, donde se almacena la información genética en una célula; y ARN, encargado de transportar esa información. En este sentido, también se puede hablar de microARN, pequeños ARN no codificantes que desempeñan un papel importante en la expresión génica, que no es otro que el proceso de convertir la información codificada de un gen en una función.
A partir de esta idea, los investigadores exploraron si el microARN derivado de plantas puede ingresar a los sistemas de los pandas gigantes y regular la expresión genética, ayudando a la adaptación de una dieta basada en bambú y alejada de la carne. Y así fue.
Los investigadores tomaron muestras de sangre de siete pandas gigantes, incluidas tres hembras adultas, tres machos adultos y una hembra joven. En esas muestras, encontraron 57 microARN que probablemente se derivaban del bambú. “El miRNA del bambú puede ingresar al cuerpo de los pandas gigantes a través de la dieta, ser absorbido por el intestino, ingresar a la circulación sanguínea y luego regular cuándo el ARN del panda gigante transfiere información, desempeñando así un papel en la regulación de la expresión genética de los pandas gigantes”, explica el autor en un comunicado.
Tras su análisis, creen que, a medida que comen, ciertos microARN se acumulan, modulan la expresión genética y ayudan en la adaptación al sabor del bambú. Además, podrían influir en su sentido del olfato y permitirles distinguir los trozos más frescos y nutritivos.
Este descubrimiento tiene más implicaciones, aseguran los autores. Por ejemplo, puede abrir puertas para estudiar el tratamiento y la prevención de enfermedades animales: “Los microARN de las plantas también pueden participar en la regulación del sistema inmunológico animal, mejorando la resistencia de los animales a las enfermedades”. Sin embargo, reconocen que se necesita más investigación para sacar conclusiones definitivas sobre el potencial de los microARN.