Senderismo en Cuerda Larga, la más mítica de las rutas de la Sierra de Guadarrama
Si te gustan las rutas largas y los paisajes infinitos, la Cuerda Larga te va a enamorar. Un recorrido de más de 20 km enlazando cumbres de más de 2.100 m, con esfuerzo garantizado y una recompensa a la altura. Desde Navacerrada hasta La Morcuera, esta ruta es de las que no se olvidan
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Si te gusta el senderismo y te mueves por el centro de España, tarde o temprano vas a oír hablar de la Cuerda Larga. Es una de las rutas más clásicas y exigentes de la Sierra de Guadarrama, un cordal de más de 20 kilómetros que conecta el Puerto de Navacerrada con el Puerto de la Morcuera, enlazando hasta nueve cumbres por encima de los 2.100 metros. No es una caminata para improvisar: requiere preparación, buena forma física y cierta logística. Pero si te animas, la recompensa será espectacular.
La travesía, que se completa en unas nueve o diez horas de caminata, acumula un desnivel positivo cercano a los 1.100 metros y un negativo similar, lo que la convierte en un reto tanto para el cuerpo como para la mente. La altitud mínima se sitúa en el Puerto de La Morcuera, a unos 1.800 metros, mientras que el punto más elevado se alcanza en la imponente Cabeza de Hierro Mayor, que se eleva hasta los 2.383 metros. Esta combinación de esfuerzos y recompensas paisajísticas ha hecho de la Cuerda Larga un clásico del montañismo madrileño, una ruta que enamora tanto a principiantes como a expertos.
La ruta: información clave
- Distancia y desnivel. Aproximadamente 20,7 km, con un desnivel positivo de 1.097 m y un desnivel negativo de 1.161 m.
- Duración. Entre ocho y 10 horas, según el ritmo y las paradas.
- Puntos destacados. Subirás a nueve picos, desde la famosa Bola del Mundo hasta La Najarra, pasando por las Cabezas de Hierro, el techo de la ruta con 2.383 metros.
- Dificultad. Media/Alta. No es técnicamente complicada, pero es una travesía larga y sin apenas sombras. En invierno puede estar cubierta de nieve y requerir material técnico.
- Logística. Es una ruta lineal, por lo que necesitarás dejar un coche en La Morcuera antes de empezar desde Navacerrada, o coordinar un transporte de regreso.
De Navacerrada a Morcuera, paso a paso
La mayoría de los excursionistas optan por comenzar la ruta en el Puerto de Navacerrada, aprovechando su fácil acceso, ya sea en coche o mediante transporte público. Desde este punto, el camino se inicia de manera gradual. El sendero, señalizado con las marcas blancas y amarillas del PR-M 11, nos lleva hacia el primer gran desafío: ascender a la cumbre conocida popularmente como Bola del Mundo, inconfundible por sus antenas rojas y blancas. Aunque el tramo inicial puede parecer accesible, es en este punto donde la ruta empieza a demostrar que requiere cierta preparación.
Ascenso y primeros picos
Una vez alcanzada la cima de Bola del Mundo, ubicada a unos 2.257 metros, el sendero continúa en un recorrido que combina tramos de subida y bajada por terreno pedregoso. La ruta se adentra entonces en el área de los picos, donde se encuentra el Alto de Las Guarramillas, seguido de una serie de ascensos que nos llevan hasta el Cerro de Valdemartín, a 2.278 metros. Aquí, el paisaje se abre para ofrecer unas vistas espectaculares del valle del Lozoya, así como de otras formaciones montañosas emblemáticas como Peñalara y los Montes Carpetanos.
La conquista de las Cabezas de Hierro
El siguiente tramo es quizá el corazón de la travesía. Tras un breve descenso desde Valdemartín, el itinerario vuelve a subir para alcanzar las famosas Cabezas de Hierro. Primero se sube a la Cabeza de Hierro Menor, que exige cierta técnica por sus rocas irregulares, para luego llegar a la cumbre más alta de la ruta, la Cabeza de Hierro Mayor, con sus 2.383 metros. Desde este punto, la sensación de haber conquistado la montaña es inmediata, recompensada con una panorámica que solo termina allí donde alcanza nuestra vista.
El tramo intermedio: Loma del Pandasco y cumbres intermedias
Continuando el recorrido, el camino se vuelve ligeramente más llano, pero no por ello menos bonito. La ruta bordea la Loma del Pandasco, a 2.247 metros, punto estratégico para disfrutar de un merecido descanso y de unas vistas que incluyen el emblemático macizo de La Pedriza y otros enclaves naturales. Seguidamente, se atraviesan cumbres intermedias como Cima de Navahondilla (2.234 m) y Asómate de Hoyos (2.242 m), este último muy popular para la pausa del almuerzo gracias a sus vistas privilegiadas.
El tramo final: de Bailanderos a La Najarra y la bajada hacia Morcuera
La segunda mitad de la ruta se caracteriza por un descenso paulatino que nos lleva a través del Collado de Pedro de los Lobos hasta llegar a Bailanderos (2.133 m). Este tramo, aunque menos exigente en cuanto a ascenso, requiere atención por su terreno irregular y la cercanía de grandes bloques de roca que obligan a mantener el cuidado en cada paso. A estas alturas el cansancio ya aflora, así que hay que extremar las precauciones a cada paso. Finalmente, se alcanza La Najarra, a 2.120 m, el último pico que marca el final del desafío vertical. Desde aquí, el sendero se encamina hacia el Puerto de La Morcuera, donde se cierra la travesía con un descenso que, aunque pronunciado en algunos tramos, resulta gratificante por las últimas vistas panorámicas de la sierra.
La opción nocturna: un espectáculo bajo la luna
Si bien la Cuerda Larga es todo un reto en pleno día, también ofrece una experiencia aún más mágica a quienes se atreven a realizarla de noche. Imagina recorrer el cordal con la luna llena iluminando el sendero y un cielo totalmente despejado. Esta modalidad, especialmente recomendable en verano, aporta una alternativa totalmente diferente: el silencio de la montaña, la sensación de soledad y la espectacular vista del amanecer al final del trayecto. Es fundamental contar con un equipo de iluminación adecuado, como un frontal potente, y estar preparado para las bajas temperaturas que se registran durante la noche a esas alturas.
Unas recomendaciones para la Cuerda Larga
- Calzado adecuado: lleva botas de montaña o zapatillas de trekking que ofrezcan buen soporte para los tobillos.
- Ropa y protección: opta por ropa técnica que se adapte a las variaciones de temperatura. En verano es imprescindible la protección solar y, en invierno, ropa abrigada y materiales específicos como crampones o piolet si se espera nieve o hielo.
- Agua y alimentos: la ruta carece de fuentes, por lo que es vital llevar, al menos, tres litros de agua por persona. Además, prepara un kit de alimentación con frutos secos, barritas energéticas y algo de comida ligera para reponer fuerzas en las paradas.
- Respeta la naturaleza: recuerda que en la montaña dejamos solo nuestras huellas. Es esencial no molestar al ganado, no dejar basura y cuidar el entorno natural.
- Previsión meteorológica: consulta el pronóstico del tiempo antes de iniciar la ruta. La alta montaña puede presentar cambios bruscos y es mejor evitar condiciones adversas que puedan poner en riesgo la seguridad.
- Pausas y ritmo: aunque la emoción te invite a avanzar rápido, respeta el ritmo de la caminata. Realiza pausas cada dos horas y aprovecha para disfrutar del paisaje sin prisas.
- Ruta nocturna: si optas por la versión nocturna, además de un buen frontal, lleva ropa de abrigo, una manta térmica y un botiquín básico. La oscuridad y la posible niebla requieren mayor precaución en cada paso.
La Cuerda Larga es un reto accesible para aquellos que se preparan adecuadamente, tanto físicamente como logísticamente. Aunque no presenta obstáculos difíciles para senderistas de nivel medio, su longitud y desnivel hacen imprescindible tener experiencia en montaña o contar con la compañía de alguien que conozca bien la zona. Teniendo esto en cuenta, podrás disfrutar de cada tramo de la ruta, desde las primeras horas en Navacerrada hasta la satisfacción del final en Morcuera, ya sea bajo el sol del día o la magia de una noche iluminada por la luna.