La ley del silencio: a 15 días de presentarse las candidaturas una calma tensa precede a la tempestad sucesoria en el PRC

“Parece mentira que, siendo un cazador tan experimentado, a Guillermo Blanco le hayan usado como liebre”, ironizaba el otro día un destacado militante regionalista. Alguien, probablemente alguno de sus hipotéticos adversarios internos, precipitó interesadamente los acontecimientos y lanzó al exconsejero de Ganadería y persona de la máxima confianza de Miguel Ángel Revilla antes de lo previsto a la carrera electoral del PRC ante el escaparate público.

La confirmación de que Blanco, mano derecha de Revilla –no se le puede negar el título, después de acumular cerca de dos décadas siendo su sombra mientras ejercía como su jefe de Gabinete– se postula como el primer aspirante a sucederlo, solo como candidato electoral, sacudió al partido como un calambrazo y sobre él llovieron una multiplicación de reproches, aunque solo en privado. Su paso al frente provocó una efímera catarsis que se desinfló con rapidez. Un fulminante dramatismo porque Blanco se anticipó a los tiempos cuando todavía el aparato del PRC no había aprobado el calendario de la transición.

Guillermo Blanco, en realidad, ha sido el único que se ha atrevido a ser honesto anunciando en público sus legítimas aspiraciones –primero lo hizo ante los alcaldes regionalistas, pero también lo reconoció después a preguntas de los periodistas cuando se filtraron sus primeros contactos–, mientras los otros interesados permanecen en silencio, aunque todos han hecho y siguen haciendo visibles movimientos para fortalecerse. Eso sí, con más sigilo y prudencia. Las corrientes son más intensas de lo que afloran a la luz pública, aunque los regionalistas quieren protegerse de los perversos efectos que ha tenido en el PSOE de Cantabria un proceso de primarias con luz y taquígrafos que degeneró en un espectáculo poco edificante ante la ciudadanía.

En apenas dos semanas, entre el 22 y el 28 de marzo, se abre el plazo de presentación de candidatos y alguien tendrá que dar un paso al frente

Pero el tiempo se agota. En apenas dos semanas, entre el 22 y el 28 de marzo, se abre el plazo de presentación de candidatos y alguien tendrá que dar un paso al frente. De momento, a falta de confirmación oficial, solo parece decidido Guillermo Blanco, a quien Revilla autorizó para recabar apoyos, pero todos saben que no será el único.

Las quinielas

En las quinielas, desde el inicio, se ha señalado también a los otros dos vicesecretarios del partido: Francisco Javier López Marcano y Paula Fernández. Ninguno de ellos, ni de sus entornos, confirma que estén dispuestos a dar el paso definitivo. Tampoco que hayan establecido negociaciones para inspirar una candidatura conjunta de consenso como reclama Revilla insistentemente con la lógica de proteger las siglas. Los tres conviven en el grupo parlamentario de donde se presume que saldrá el aspirante.

En paralelo, durante estos meses se han sucedido las apuestas sobre el 'heredero' –el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, hijo de Francisco Javier López Marcano, también aparece en todas– y ahora se aceleran e intensifican las especulaciones. También han sonado los nombres de alcaldes como Pablo Diestro y Óscar Villegas, –con cómodas mayorías absolutas en Reocín y Puente Viesgo, respectivamente– hasta ahora sin mucha convicción y a la espera de que en 15 días se precipiten los acontecimientos. En estos momentos cualquiera que eleve un poco la voz es visto como un posible aspirante. Véase Felipe Piña, secretario general del PRC en Santander, que en el último Comité Ejecutivo cuestionó que se diese a votar un documento sin tiempo para estudiarlo. Un momento fugaz de protagonismo que está siendo profusamente analizado.

Dentro del PRC se vive un inquieto estado de silencio, recelos y cautela. Se percibe un extraordinario temor a que el proceso se dinamite en las arenas públicas de los medios de comunicación. Pero, a la vez, todos están esperando a que el otro haga algún movimiento interno o externo. Como si una calma tensa precediese a la tormenta sucesoria que inevitablemente acabará por desatarse, aunque el aparato confíe en neutralizar sus efectos y pactar una candidatura única.

Todo se resume en que nadie quiere dar un paso en falso y que hay una enorme presión por no romper la baraja y presentar un candidato único que no haga ruido y garantice una transición pacífica

Todo se resume en que nadie quiere dar un paso en falso y que hay una enorme presión por no romper la baraja y presentar un candidato único que no haga ruido y garantice una transición pacífica. Curiosamente, nadie parece preguntarse qué perfil funcionará mejor electoralmente. Es más, se va a elegir al futuro candidato antes de conocerse qué proyecto político va a defender, según los resultados del trabajo realizado por una consultora de Madrid y las directrices de las ponencias que se aprueben en un próximo Congreso.

No debilitar el partido

La prioridad es, por tanto, mantener una cohesión interna que no debilite al partido. Lo segundo, en un escenario más lejano, será armar un proyecto electoral ante un escenario político complicado. Revilla justificó hacer presidenta a María José Sáenz de Buruaga (PP) y aprobar posteriormente sus dos presupuestos hasta la fecha para impedir la influencia de Vox y sus políticas de la extrema derecha, algo que recientemente se ha visto desbaratado en el Parlamento de Cantabria.

En realidad, la estrategia del PRC probablemente siempre fue salvarse a sí mismos tras un estrepitoso desastre electoral reivindicando su utilidad, aunque fuese frente al PP. Pero esa ficción ha hecho aguas desde que el Gobierno de Buruaga se ha aliado con Vox para impulsar la Ley de Simplificación Administrativa.

Esta jugada, el cambio de socio, todavía puntual, obliga al PRC a cuestionar su postura que hasta ahora, por otro lado, rayaba en la contradicción: entre el acuerdo y el desacuerdo en función de los intereses propios de supervivencia política o los intereses de sus alcaldes para quienes se han negociado y comprometido actuaciones e inversiones en unos presupuestos para Cantabria que, extrañamente, pasaban por alto algunas otras cuestiones relevantes como la sanidad o la vivienda con las que luego se hace oposición.

Escenario de incertidumbre

Dentro del PRC, la impaciente expectación es máxima ante un escenario de incertidumbre. En el entorno de la actual secretaria de Organización, Paula Fernández, nadie confirma que vaya a dar el paso, pero todos lo deducen porque aglutina a su alrededor un nutrido grupo de partidarios con cierto peso e influencia interna. Un equipo fuerte que podría empujarle a dar el paso.

En el círculo de Marcano, también de veterana y poderosa influencia, se mantiene la incógnita sobre su postura y el papel que jugará en la sucesión en favor propio o de su hijo, que ocupa el bastón de mando municipal en la Alcaldía más importante del PRC, Torrelavega. El único aspirante que trabaja de manera abierta para fortalecer sus apoyos es Guillermo Blanco, ayudado por la exdiputada Ana Obregón; la alcaldesa de Polanco, Rosa Díaz, y el alcalde de Valderredible, Fernando Fernández, entre otras adhesiones.

Cualquiera de los aspirantes tendrá que conseguir que le avalen al menos 16 miembros del Comité Ejecutivo regionalista, el 20% de los miembros de este órgano de dirección, tal y como se pactó en la última reunión, así que en esta primera fase los esfuerzos se centrarán en convencer a los que forman parte de este aparato interno del PRC.

En paralelo, ante el velo de la incertidumbre, comienza a cuajar la convicción de que, tal vez, el dilema sucesorio pueda resolverse más allá de los diputados del grupo parlamentario regionalista y que pueda zanjarse con un aspirante nuevo que descarte a la terna de la actual cúpula. Quizá por ello algunos se afanan en mantener en las quinielas a algunos alcaldes jóvenes, una tercera vía. Algunas de las fuentes consultadas defienden que una parte importante del partido podría respirar aliviada si alguno de ellos se postulase para capitanear la transición y neutralizase las primarias, las filtraciones a los medios y hasta los egos. Mientras tanto, todos guardan silencio. “Penélope, nos vemos en Ítaca”, se limita a expresar Marcano.