El Gobierno abre la puerta a acelerar el aumento del gasto en defensa para llegar al 2% antes de 2029
El desafío de Trump, que ha dejado claro que no se hará cargo de la seguridad de Europa y su abandono a Ucrania, precipita el "plan de rearme" de los 27 y crece la presión sobre España, que es uno de los países que menos gasta
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El aumento del gasto militar es un asunto delicado en el seno del Gobierno de coalición y Pedro Sánchez tiene complicado sacar adelante todo lo que tenga que ver con eso por el rechazo que le genera a la mayoría de grupos parlamentarios a los que necesita en el Congreso, como ERC y Podemos. Pero la presión internacional crece a medida que Donald Trump se aleja de sus aliados históricos y abandona a Ucrania a su suerte. El presidente de EEUU ha dejado claro que ya no se hará cargo de la seguridad del Viejo Continente y pide a los aliados que aumenten el gasto en defensa. En ese contexto, y con sus lazos estrechados con Vladímir Putin, los 27 se ven obligados a incrementar el gasto en defensa.
Y España, que es uno de los países que menos gasta en esas partidas (1,28% del PIB), se ve arrastrada y el Gobierno abre la puerta a acelerar el ritmo previsto. Pedro Sánchez había planificado una hoja de ruta para llegar al 2% en 2029. Esa cifra era el compromiso alcanzado por los miembros de la OTAN para 2024. Ahora, con el nuevo contexto y la presión, en el Gobierno admiten que se va intentar dar pasos más rápido y llegar a esa cifra lo antes posible.
De hecho, la intención de los aliados en la cumbre de la OTAN de junio es que el objetivo del 2% aumente, al menos al 3%, pero hay países europeos que emplazan a hacer más. Polonia ya gasta más del 4% y Lituania ha empujado para llegar al 6%. El presidente de ese país ha planteado incluso que ls países europeos den un 0,25% de su PIB a Ucrania. Esa cifra supondría 43.000 millones de euros de ayuda en un momento en el que la de Washington está más que en duda.
Lo que señalan fuentes gubernamentales es que España está dispuesta a acelerar en la senda marcada hasta 2029, pero quiere que se tengan en cuenta también otros factores, como su aportación a misiones de la OTAN o su presencia en países del este. Otro argumento que esgrimen en Moncloa a la hora de justificar que el porcentaje de gasto sea menor que el de otros países es que el PIB de España crece más y que por eso el incremento es más difícil.
Otro de los factores que el Gobierno quiere que se valore es que el concepto de seguridad sea más amplio que el de la defensa por sí misma. Lo que sostienen países como España, pero también Italia, es que tienen gastos derivados de la seguridad en las fronteras del sur, como los que tienen que ver con el fenómeno migratorio, por ejemplo, y que deberían computar de alguna manera.
Para pisar el acelerador en el incremento del gasto en defensa, además, el Gobierno analizará las herramientas que la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa para facilitarlo y que depende, prácticamente en exclusiva, del esfuerzo nacional. Así, de los 800.000 millones del “plan de rearme” de Ursula von der Leyen, 650.000 millones corresponderían al incremento del 1,5% por parte de los estados miembros gracias a la flexibilización de la disciplina fiscal, y otros 150.000 millones a una herramienta de endeudamiento conjunto para proyectos de defensa de varios países que tendrían que devolver después, aunque en principio a una mejor financiación en el mercado.