'Mujercitas': el clásico atemporal de la literatura que su autora no quiso escribir
Louisa May Alcott quería escribir literatura gótica al estilo ‘Frankenstein’
Celebra el día de la mujer leyendo libros escritos y protagonizados por mujeres excepcionales
El 6 de marzo de 1888 fallecía la escritora Louisa May Alcott a los 55 años por un derrame cerebral, y lo hacía tras haber alcanzado la fama en vida en la literatura al haber sido la autora de uno de los clásicos más atemporales de la cultura norteamericana como es Mujercitas. Sin embargo, ella nunca habría escrito un libro así, fue obligada por las circunstancias y su obra triunfó a su pesar.
Louisa May Alcott no quiso escribir Mujercitas
A pesar de que Louisa May Alcott alcanzó la fama y notoriedad en la literatura por haber escrito Mujercitas, ella misma no quería escribir un libro así, y las circunstancias le obligaron a dar vida a uno de los clásicos más atemporales y enfocados en el público juvenil que han traspasado varias generaciones. Parte de culpa la tuvo la situación de su familia, por la que optó cumplir con el encargo de la que sería su novela estrella.
La escritora nació el 29 de noviembre de 1832 en Filadelfia fruto del matrimonio entre una mujer que venía de clase distinguida de Boston y un educador progresista, que dejó a sus hijas con una libertad poco propia de su época y a las que educó en valores democráticos, siendo él un firme defensor de la abolición de la esclavitud.
Las ideas liberales y progresistas de su padre, sin embargo, hicieron que su familia no tuviera estabilidad económica y pasara por penurias, lo que llevó a sus hijas a tener diferentes trabajos para que la familia pudiera mantenerse. La propia Louisa, por ejemplo, fue costurera, así como enfermera durante la Guerra Civil y vendía historias a revistas femeninas, así como distintos encargos de escritura.
Así fue como el editor y amigo de la familia, Thomas Niles, le propuso a Louisa May Alcott publicar una novela suya, pero con la condición de que esta fuera para público femenino y juvenil, un sector en el que veía una falta de oferta. Ella aceptó solo porque así también verían la luz otros textos suyos y uno de su padre.
Mujercitas, un clásico atemporal y realista
No es de extrañar que escribiera Mujercitas sin ganas y rápido. Empezó en mayo y la terminó a mediados de julio. Lo que no esperaba es que fuera el éxito rotundo que fue desde su salida al mercado, con una primera edición que pronto se agotó y la fama le sobrevino sin quererla ni buscarla, siendo presionada para otra nueva historia con las hermanas Meg, Jo, Beth y Amy como protagonistas por los propios lectores, que la perseguían y le escribían al verla.
Y es que Alcott lo que quería era escribir literatura gótica, como venía haciendo con un pseudónimo, el de A.M Barnard, bajo el que publicó una treintena de novelas de suspense, para emular una obra que le había cautivado: Frankenstein de Mary Shelley. “No estaba contenta de escribirla, porque no era lo que quería escribir”, contaba la escritora Susan Cheever, autora de Louisa May Alcott, A Personal Biography, a BBC en una entrevista. Sin embargo, el libro la hizo una de las mujeres más famosas de EE. UU. de su tiempo y uno de los nombres ilustres de la literatura realista.
Tras unos meses de éxito, en enero de 1869 ya entregaba a su editor la segunda novela basada en las hermanas que había retratado basándose en su propia historia, al ser ella misma la segunda, como Jo, su alter ego, de cuatro. También porque ella misma reconoció no conocer a muchas chicas y lo que tenía en casa era de lo poco que se le ocurrió para un género que no le atraía.
Mujercitas, muy a pesar de Louisa May Alcott, ha demostrado ser uno de los clásicos más atemporales de la literatura, con el que comenzó el realismo estadounidense. La sencillez y aspectos cotidianos que narra sobre cuatro hermanas ha traspasado generaciones 150 años después de su publicación, que ha influenciado a futuras obras, pero también ha sido fruto de numerosas adaptaciones cinematográficas, la última estrenada en 2019 y dirigida por Greta Gerwig.