¿Por qué a los aficionados del Real Madrid se conocen como 'vikingos'? Esta es la historia real

El rugido de los vikingos aún se escucha en la historia. Guerreros, exploradores y comerciantes, dominaron los mares y saquearon ciudades desde el siglo VIII hasta el XI por toda Europa.

Su imagen ha quedado grabada en la cultura popular como la de hombres altos, de largas cabelleras rubias y barbas imponentes, que imponían su ley con fiereza. Pero, curiosamente, este término ha acabado vinculado a un equipo de fútbol, a miles de kilómetros de las costas escandinavas: el Real Madrid.

El apodo de vikingos con el que se conoce a los aficionados madridistas no tiene un origen del todo claro. Existen dos teorías que explican cómo surgió esta denominación, ambas con orígenes en el siglo XX.

Un equipo que conquistó Europa como los antiguos guerreros

La primera de ellas se remonta a 1960 y proviene de un artículo publicado en el periódico británico The Times. En él, el club blanco fue descrito con una frase muy elocuente: “El Real Madrid se pasea por Europa como antes se pasearon los vikingos, arrasándolo todo a su paso”.

Este símil hacía referencia al dominio del equipo en las competiciones europeas, comparándolo con las incursiones vikingas que devastaban pueblos y territorios.

Por aquel entonces, el Real Madrid ya había logrado una supremacía indiscutible en la Copa de Europa. Entre 1956 y 1960, conquistó cinco títulos consecutivos, una hazaña sin precedentes.

Su juego arrollador, liderado por figuras como Alfredo Di Stéfano y Paco Gento, llevó a la prensa internacional a buscar paralelismos históricos. Fue en ese contexto cuando The Times estableció la comparación con los vikingos, reforzando la idea de un equipo imparable que avanzaba por el continente sin encontrar oposición.

Los fichajes que reforzaron el mito

Sin embargo, este no es el único motivo que explica la asociación entre el Real Madrid y los legendarios guerreros del norte. Para encontrar la segunda teoría, hay que avanzar hasta la década de los 70, cuando el club comenzó a reforzarse con futbolistas procedentes del norte de Europa.

Durante esos años, la entidad madrileña incorporó a jugadores del norte de Europa como Günter Netzer, Paul Breitner y Uli Stielike, todos ellos alemanes, además del danés Henning Jensen. Su llegada al equipo, sumada a su aspecto físico, que recordaba al estereotipo vikingo en mayor o menor medida, pudo contribuir a la consolidación de este apodo entre los aficionados.

El fichaje de estos futbolistas no solo influyó en la imagen del equipo, sino también en su estilo de juego. Netzer, por ejemplo, era un centrocampista con una gran capacidad de pase y visión, mientras que Breitner destacaba por su potencia y despliegue físico. Stielike, por su parte, aportó equilibrio y garra en el centro del campo, convirtiéndose en un referente del equipo.

Esta presencia nórdica reforzó la idea de que el Real Madrid no solo jugaba con la intensidad de los vikingos, sino que también tenía en sus filas a jugadores que, por origen o apariencia, podían encajar en esa comparación.

Un equipo con espíritu guerrero

A lo largo de los años, la relación entre el Real Madrid y el término vikingos ha ido calando en el imaginario colectivo. Aunque la conexión histórica entre Madrid y los pueblos escandinavos es prácticamente inexistente, la fuerza del apodo ha perdurado hasta hoy en día.

La imagen de un equipo que avanza sin miedo, conquistando hasta quince Champions Leagues, ha hecho que el término siga vigente entre los aficionados y en los medios de comunicación.

Actualmente, la palabra vikingos sigue apareciendo en cánticos, pancartas y redes sociales cuando se habla del Real Madrid. Lo que comenzó como una metáfora en un artículo periodístico y una coincidencia en los fichajes ha terminado convirtiéndose en parte de la identidad del club.

Un equipo que, década tras década, mantiene su ambición intacta y sigue conquistando títulos con la resolución de aquellos guerreros que surcaban los mares en busca de gloria.