Pugna interna por el poder

La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum tiene carta abierta por parte de la población y de los sectores productivos del país para conformar su gabinete y perfilar sus principales líneas estratégicas de su plan de gobierno que permitan recobrar la confianza entre los inversionistas. Sobre todo si se reconsidera la estrategia de seguridad pública, se fortalece el Estado de derecho y se asegura el abasto de energía y agua, entre otros requerimientos básicos para recobrar el crecimiento económico que permita atender la premisa fundamental de”por el bien de todos, primero los pobres”.

Ante el barullo que causó el empecinamiento del presidente López Obrador por llevar al Congreso en septiembre la reforma judicial, y que provocó la devaluación del peso, la caída de las bolsas de valores y el incremento de las tasas de interés, se enturbió el arranque del nuevo gobierno, sin embargo, la revelación de los primeros integrantes del gabinete de Claudia Sheinbaum, apaciguó las aguas.

Nadie duda que en el segundo grupo de nombramientos que se dará a conocer el próximo jueves, se verá la injerencia de AMLO al colocar a sus incondicionales en varias carteras de relevancia, como la Secretaría de Gobernación, Energía, Bienestar, y otros cargos del gabinete ampliado como Pemex y la CFE; y con esta conformación híbrida del gabinete arrancará la primera mujer presidenta de México su administración.

En este escenario, subyace el malestar de los llamados “puros” o radicales de Morena, quienes ya se sienten desplazados y ofendidos por dos nombramientos en particular, el de Marcelo Ebrard en la Secretaría de Economía y el de Ricardo Monreal como inminente coordinador parlamentario de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, personajes que no encuentran cabida en ese círculo de los “duros” que coparon al presidente López Obrador desde su primer círculo de colaboradores.

Ese grupo fue el que desplazó a Omar García Harfuch de la candidatura de Morena y aliados para la jefatura de Gobierno de la CDMX y el que se encargó de hacer pedazos al propio Ebrard, luego de que denunciará el piso disparejo en torno al destape de las “corcholatas”.

Los “puros” defienden sus cotos de poder sin importar que ello afecte el proyecto de transformación del presidente López Obrador e incluso de la virtual presidenta electa.

Anote al clan Batres, Jesús Ramírez, Mario Delgado, Citlalli Hernández, Pablo Gómez, Epigmenio Ibarra y otros tantos que reman a contracorriente para frenar más nombramientos de perfiles afines a la doctora, pero que son aborrecidos por aquellos que se ostentan como dueños del pandero.

En este contexto va a ser muy interesante conocer el segundo paquete de nombramientos que dará a conocer mañana Claudia Sheinbaum, y observar el juego de vencidas que se dará en el seno de poder del oficialismo.

Seguramente los “puros” tendrán algunas victorias pírricas, pero en unos meses perderán fuerza conforme avance la gestión de la nueva administración.

Tanto José Ramón de la Fuente, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Omar García Harfuch y el mismo Rogelio Ramírez de la O, entre otros personajes que gozan de la confianza de la doctora, están sometidos al fuego amigo que pretenden acotar sus responsabilidades y sobre todo el rango de operación política que tienen y tendrán en el futuro.

Luego de las elecciones que en algún momento se tornaron conflictivas por el grado de agresividad de la oposición hacia la candidata de Morena, PVEM y PT, lo que se sigue viviendo en el seno del oficialismo es el “canibalismo puro” por mantener sus privilegios.

Desde luego, el presidente no es ajeno a esta polarización interna, e incluso en ciertos momentos la ha alentado en función de sus filias y fobias, y sobre todo, de mantener incólume su liderazgo político, incluso más allá del término de su gestión.

Dicen los malosos que el tabasqueño está dejando varios candados, por si alguien se le quiere salir del redil como la propia revocación de mandato o la incrustación de los “puros” en posiciones estratégicas del gobierno que van desde Gobernación, Fuerzas Armadas, SHCP, Bienestar, hasta en algunas instituciones que fungen en teoría como contrapesos del Poder Ejecutivo como la misma Comisión Nacional de Derechos Humanos.

La primera mujer presidenta tiene todo para convertirse en la mejor, aunque el enemigo lo tenga en casa y no me refiero a AMLO, sino a ese grupúsculo de izquierdosos que han crecido en este sexenio hasta niveles de poder insospechados.