¿Podrá Sheinbaum aprovechar la ciencia?
Es quizá su mejor propuesta. Hacer ciencia que sí use la gente es el mejor negocio. Pregunten a Google o a Microsoft.
La presidenta electa Claudia Sheinbaum quiere que México se convierta en una “potencia” tecnológica a partir de la creación de una nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
El obstáculo para esa meta puede estar lejos de sus capacidades como científica. La reforma judicial discutida tanto en estos días debe considerar su propósito.
Vamos por partes. Como otros, advierto deficiencias que requieren cambios para, digamos, brindar verdadera autonomía a los “policías de los jueces”.
La mayoría son honestos, pero los que fallan por mañas o incompetencia son revisados por el Consejo de la Judicatura Federal… que responde a la presidencia de la Suprema Corte.
Vaya, si una instrucción viene “de arriba” ¿qué tanto puede hacer un funcionario de “la Judicatura” frente a un ministro? Ahí conviene hacer ajustes.
¿Estamos poniendo atención donde se debe? Hasta ahora el foco es la elección de jueces. Tiene sentido. Pónganse en el lugar de quien abre un negocio y contrata gente. Tal vez prospera y abre más establecimientos, hasta que el mercado cambia inesperadamente. Piensen por ejemplo en quienes inauguraron restaurantes un poco antes de la pandemia.
Se acabaron los clientes, no hubo dinero, a cerrar y a ver de dónde sale para pagar la renta de los locales. Para protegerlos a ellos y a sus empleados, existe un proceso llamado Concurso Mercantil. Sirve igual para empresas pequeñas y grandes.
Para llevarlos a cabo, abogados y jueces deben saber de leyes, pero también de finanzas y del sector bancario. Por eso hay pocos especialistas.
Si la reforma garantiza que lleguen individuos calificados para esa y otras funciones, bienvenida. ¿Pero qué sucederá cuando un juez bien intencionado y popular ignore cuál es el proceso de un “due dilligence”?.
¿Cargará con la responsabilidad de tomar decisiones acertadas ante fuertes presiones?
Comercial Mexicana y Grupo Vitro, amén de bancos como Credit Suisse, han participado en estos procesos en México con escuadras de abogados que quieren influir en decisiones del visitador, que realiza auditorías; el conciliador, que reestructura la empresa; el Interventor, que puede designar la autoridad; el IFECOM o los acreedores, y el síndico, que toma decisiones administrativas, cobra créditos, vende activos y paga pasivos.
¿Quien llegue al juzgado, podrá con la carga de mediar entre tiburones?
Ahora, lo de la ciencia. Veamos en qué año estamos parados. Hablamos todos los días de inteligencia artificial como si todos la entendiéramos del tema.
Si ustedes ya practican en Anthropic, Chat GPT o Gemini, les conviene saber a quién pertenece un prompt si es diseñado por ustedes, más, si significa millones de pesos. También deben estar atentos al uso de propiedad intelectual que a veces puede ser un video viral o la imagen de una máquina. ¿Y si usan eso indebidamente? ¿Caerá una demanda?
¿Tenemos lista la legislación nacional en la materia? ¿Quién aplicará esa Ley cuando dos se pongan intensos y peleen por la creación de un producto?
¿De no tener todo claro, quién abrirá aquí una nueva empresa de la industria digital, teniendo Estados Unidos al lado?
Súbanle tres rayitas, como lo hizo acertadamente el legislador morenista Jesús Roberto Briano Borunda, un ingeniero aeroespacial de Chihuahua que ya vio crecer la industria espacial que vale más que el mercado mundial de la cerveza.
Él consiguió la aprobación inicial de cambios constitucionales en el espacio ultraterrestre, incluso en la Luna. ¿Cuando eso sea ley, quién la aplicará?
La única manera de que los mexicanos dejen la pobreza es que trabajen en industrias de altos salarios y eso ocurre en las firmas tecnológicas. Tender camas en hoteles no permite llevar a los niños bien alimentados a la escuela y eso perpetúa la pobreza familiar.
Es extraordinario que finalmente tengamos una mandataria que entiende el camino, pero es indispensable que presione para que lleguen jueces calificados para atender negocios.
Bienvenidos los cambios, si cuidan ese propósito. Es la base, sobre eso se estructura todo. ¿Podrá Claudia Sheinbaum y podremos todos aprovechar realmente la ciencia?