Política sexual e identidad de género. Lo personal es político
“Su llegada a la Presidencia es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres… Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era”¹
Ifigenia Martínez. En memoria.
¿Puede gobernar mejor una mujer que un hombre?
Sin fallar, en todas las entrevistas que concedió, le preguntaron a la candidata Claudia Sheinbaum en qué se iba a diferenciar de su antecesor. Siempre comenzó su respuesta diciendo: “para empezar, soy mujer…”
Una jefa de Estado o de Gobierno puede ser mejor o peor gobernante que un hombre. Capacidades personales, perfiles y lealtades del equipo, correlación de fuerzas interna, cultura política, contexto financiero internacional o geopolítico, condiciones climáticas, movimientos sociales o telúricos y situaciones sanitarias pueden convertirse en factores que pongan a prueba a un gobierno y determinen la eficacia del gobernante, sea hombre o mujer.
En cualquier caso, una mujer gobernará diferente que un hombre y las consecuencias de sus decisiones, de su agenda, de su capacidad ejecutiva y de su liderazgo pueden modificar la esfera de lo público en beneficio de la categoría social representada.
Algo ha empezado a cambiar en México si las titulares de los tres poderes de la Unión son mujeres. Mucho más cambiará si la presidenta de la República mantiene su discurso y su agenda en favor de la igualdad sustantiva y en contra de toda clase de discriminación y exclusión.
Lo personal es político
En su discurso de investidura visibilizó a “las heroínas anónimas” y se refirió a cada una de “las invisibles”: indígenas, trabajadoras del hogar, tías, abuelas, hermanas, hijas, compañeras de lucha… buscando representar a cada una, con una agenda para todas. Fue la parte emotiva del discurso, pero no fue ingenua. Tuvo todo un sentido político.
Con el movimiento de liberación de la mujer en los sesenta, surgió el concepto “lo personal es político”, acuñado por Carol Hanisch, como una respuesta al machismo e intolerancia de una izquierda que desestimaba los derechos de las mujeres. Largo recorrido ha tenido el concepto para colectivizar su lucha. En México, desde el siglo XIX, las mujeres que demandaban mejores condiciones individuales o familiares (educación, trabajo, maternidad, relaciones de pareja, relaciones sociales en el hogar, identidad) convirtieron reivindicaciones personales en banderas colectivas políticas. Las decisiones normativas sobre esas relaciones fueron configurando al Estado mexicano.
Agenda de género
Al discurso de Sheinbaum le acompañó un primer paquete de reformas legislativas en el que se prefigura su política sexual (Kate Millet) y la incorporación de la perspectiva de género en materia de derechos humanos, laborales, políticos, de seguridad y justicia. Se establece constitucionalmente la igualdad sustantiva y se propone: erradicar la brecha salarial de género; la paridad de género en la administración pública federal, estatal y municipal; protección a mujeres en materia de violencia digital (Ley Olimpia); garantías para que el agresor salga de casa; protección frente a la violencia vicaria; fiscales de investigación de delitos por razón de género en todo el país; actuación con perspectiva de género en instituciones de seguridad y justicia; creación del Registro Nacional de Medidas de Protección de las mujeres, adolescentes, niñas y niños.
Lo que no se nombra, no existe
Presidenta con A se incluye en el diccionario académico de la lengua desde 1803, pero no ha sido suficiente. El lenguaje incluyente contribuye a eliminar el borrado de las mujeres y de las identidades de género que son cada vez más importantes para las nuevas generaciones. Somos testigos de un incipiente cambio cultural y civilizatorio. El 3 de octubre se presentó el libro Una Presidenta, de Gabriela Jauregui, con poemas —demandas— sobre la presidenta que desea una parte del activismo feminista de nueva generación. Saldrán a la luz las resistencias a la transformación con perspectiva de género, pero Sheinbaum podrá apoyarse en las posiciones más avanzadas y radicales.
Lecturas sugeridas: Lo personal es político. Las mujeres en la construcción del ámbito político. Lucrecia Infante, Adriana Maza y Martha Santillán (NA); Política Sexual. Kate Millet. (Cátedra); Guía de comunicación no sexista. Instituto Cervantes (Debate); Una Presidenta, Gabriela Jauregui (Ruta del Castor-Miau Ediciones).
¹Discurso para la toma de protesta que no pudo pronunciar por su salud delicada.