Sheinbaum —marca propia— en 100 días
La presidenta informará el próximo domingo los resultados de sus primeros 100 días de gobierno y, aunque no se espera que los 100 compromisos de campaña estén cumplidos en estos tres meses, el contraste entre lo prometido y lo logrado será crucial. Asimismo, para poder presumir las prioridades de su administración, habrá que observar en qué áreas pone el acento.
Por lo pronto, de manera anticipada al informe, me parece interesante analizar los avances de estos 100 días en comparación con la administración anterior del presidente López Obrador, para advertir, objetivamente, el cambio de fórmulas, proyecciones y acciones de gobierno.
En sus primeros 100 días, Sheinbaum continuó con los Programas para el Bienestar establecidos y, adicionalmente, lanzó tres nuevos con enfoques diferentes: “Mujeres Bienestar”, “Beca Rita Cetina” para estudiantes de secundaria y “Salud Casa por Casa”. Así, en programas sociales podemos hablar de continuidad reforzada para beneficiar a distintos sectores poblacionales en situación de precariedad, pero ahora con un impulso extra, ya que estos programas cuentan con proyecciones distintas y pueden generar empleos y derrama económica.
En segundo lugar, los primeros tres meses de Sheinbaum se han distinguido por su enfoque renovado y de mayor profundidad en transición energética y sostenibilidad ambiental. Con marcada diferencia de AMLO, la presidenta ha puesto énfasis en temas ambientales, presentando, por ejemplo, el Plan Nacional Hídrico 2024-2030 con el que, reconociendo la gravedad de la crisis nacional de agua, se proyectan soluciones para zonas de escasez y se anuncian medidas para dejar de concebir el agua como una mera mercancía. En este tema se destaca el Acuerdo Nacional del Agua como un logro de consenso entre gobierno y empresas. Por último, en el rubro ambiental, podemos anticipar que sus políticas de movilidad seguirán la misma planeación sustentable que marcó su gestión en CDMX.
Otra diferencia importante entre ambas administraciones es su enfoque sobre el nearshoring. Mientras que el gobierno de AMLO centró este proceso principalmente en el norte del país, Sheinbaum ha mostrado un compromiso adicional con el desarrollo del sur. Además, ha subrayado la necesidad de integrar criterios ambientales, de necesidad social y de estrategias de planeación para aprovechar el nearshoring como una oportunidad para fortalecer la manufactura tradicional, pero con impulso en industrias relacionadas con las energías renovables y las tecnologías sostenibles.
También resalta la creciente presencia internacional que Sheinbaum ha logrado forjar en sus primeros meses de gobierno. A diferencia de AMLO, en la primera coyuntura política internacional de este sexenio, México participó en la Cumbre del G-20, donde destacó por promover el programa “Sembrando Vida” como una contribución al combate global contra la pobreza.
Con bastante contundencia, la estrategia coordinada de seguridad es otro de sus aspectos diferenciadores. La creación de un nuevo Sistema Nacional de Inteligencia, una mayor coordinación con los estados y el fortalecimiento de las capacidades de prevención y proximidad de las policías locales han permitido que el número de detenciones, decomisos y aseguramientos —en tan solo tres meses— haya superado las cifras de sexenios pasados.
La digitalización y simplificación de trámites será otro de los sellos de su gobierno. Con esto se moderniza al país, se fomenta la inversión y además se combate la corrupción y el tráfico de influencias.
Así, modernización, sostenibilidad ambiental, igualdad de género, seguridad nacional y presencia internacional son puntos de encuentro para partidarios y opositores. Por ello, podemos concluir que Sheinbaum, en tan solo 100 días, y sin desmarcarse ideológicamente de la Cuarta Transformación, ha implementado políticas, directrices y proyecciones distintas que reflejan éxitos propios del gobierno de la primera presidenta de México.