Araceli González: La llegada de Trump y los retos para México
A tan solo 10 días de que el nuevo inquilino de la Casa Blanca asuma el poder, muchas son las incógnitas y sobre todo los temores que se han generado respecto a las implicaciones que traerá para México esta segunda administración de Donald Trump.
Desde su campaña, y de manera más contundente en fechas recientes Trump ha hecho reiteradas declaraciones en las que deja ver sus amplias aspiraciones expansionistas, pues no solo ha vuelto a expresar su interés por “comprar” Groenlandia pues representa un elemento central para la seguridad nacional estadounidense, según él, sino que además ha insistido en volver a hacer de Panamá un territorio bajo la tutela de Washington, lo mismo que convertir a Canadá en el Estado 51 de La Unión e incluso cambiar el nombre al Golfo de México.
Estas declaraciones sin duda han despertado una amplia gama de reacciones que van desde aquellos que las ven como disparates propios de un hombre senil, hasta quienes las consideran como serios riesgos a la estabilidad, no sólo regional sino en el equilibrio hegemónico mundial ya que en esta ecuación geopolítica aparecen Rusia y China.
La retórica expansionista de Donald Trump, así como su tesis de América First (Primero América) y MAGA, (hacer América grande otra vez) por sus siglas en inglés, tuvieron un alto impacto en sus votantes y seguidores durante la campaña electoral, no obstante, después de las elecciones que le dieron el triunfo, estos discursos siguen muy presentes en su posicionamiento político y en lo que parece serán algunos ejes de su administración.
A estas declaraciones expansionistas se suman una larga lista de amenazas, unas de carácter comercial frente a Canadá y México, que han llevado incluso a señalar que el tratado trilateral comercial (TEMEC) está en riesgo y que en su lugar podrían establecerse acuerdos bilaterales, ya que además Trump ha anunciado su interés de imponer aranceles superiores al 25% a sus dos socios.
Otras amenazas han sido en el ámbito militar y político, particularmente contra China al tiempo que ha anunciado cambios importantes respecto al apoyo que dará a Zelenski en su guerra con Rusia, así como en el Medio Oriente hacia Israel.
Particular relevancia tienen las declaraciones que ha hecho respecto a México, pues no solamente ha expresado su intención de imponer altos aranceles a las mercancías mexicanas que cruzan la frontera entre las que destacan aranceles de hasta el 100% a los autos de origen chino producidos en México, sino a un gran número de mercancías, pues sostiene que el déficit en la balanza comercial representa una subvención, cuyos costos son muy elevados para el presupuesto norteamericano.
Las amenazas también incluyen dos temas centrales en la relación bilateral México-Estados Unidos: migración y narcotráfico
Por una parte, en el tema migratorio, Trump ha hecho eco de un discurso en extremo nacionalista en el que presenta a los migrantes como una amenaza a la seguridad estadounidense, de ahí que afirme que tendrá mano dura frente a los migrantes, y ha acusado al gobierno mexicano de hacer poco o nada en este rubro.
Tal es la importancia de este tema que se refleja en los nombramientos que ha hecho en los principales puestos relacionados a cuestiones migratorias y de seguridad fronteriza. Todos funcionarios de mano dura y con visiones antiinmigrantes ampliamente reconocidas como es el caso de Thomas Homan como “border zar” quien ha hablado de deportaciones masivas, incluyendo la separación de familias y otras acciones además de limitar el derecho de asilo, el derecho a la reunificación familiar y a la residencia legal.
Respecto al tema del narcotráfico, Trump ha insistido en la necesidad de señalar a los carteles de la droga como terroristas, lo cual justificaría acciones militares en territorio mexicano.
Las respuestas a las declaraciones de Donald Trump no se han hecho esperar desde los gobiernos de Canadá, Dinamarca y Groenlandia. Estos últimos han remarcado que su territorio no está en venta. Por su parte, el primer ministro canadiense, parece haber perdido la batalla en sus intentos para negociar con Trump al punto que en días pasados tuvo que presentar su dimisión al cargo.
En tanto esto ocurre la respuesta de Claudia Sheinbaum ha sido bastante tibia, ya que está más enfocada en seguir destacando en su retórica el respeto a la soberanía, la no intervención y otros principios además de amenazar con una “guerra de aranceles” al declarar que a un arancel estadounidense vendría otro del lado mexicano.
Lo cierto es que la llegada de Trump al poder de la primera potencia mundial, exigirá que la presidente deje a un lado la ironía tal y como lo ha hecho en su respuesta a la declaración de Trump de cambiar el nombre del Golfo de México y lleve a cabo verdaderas políticas de Estado que combatan férreamente a los cárteles de la droga, que garanticen la seguridad en todo el país e impulsen el crecimiento y estabilidad económica y que coadyuven en consolidar sólidas estrategia de política exterior más allá de populismos y visiones maniqueas.
La autora es Doctora en Relaciones Internacionales, especialista en Asuntos Globales y Política Internacional. Profesora investigadora de la Escuela de Gobierno y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey.