El auto eléctrico con dron volador ya es una realidad. ¡El futuro nos alcanza a toda velocidad!
El Land Aircraft Carrier es un vehículo aéreo terrestre híbrido que combina las funciones de un automóvil convencional y un dron de gran tamaño que se convierte en una aeronave personal. El objetivo es poder superar las limitaciones del tráfico urbano y ampliar las posibilidades de transporte en entornos complejos.
El vehículo terrestre está equipado con seis ruedas y cuenta con un sistema de suspensión 6x6 con dirección en las seis ruedas, mejorando la capacidad de carga y el rendimiento todoterreno. Su batería utiliza tecnología avanzada de carburo de silicio con una plataforma de alto voltaje de 800 V, lo que permite una autonomía combinada superior a los 1,000 km por carga.
Cuando estemos en un espacio seguro, oprimimos un botón y se separará el módulo aéreo de la parte trasera en cinco minutos, quedando listo para volar. Este proceso se realiza de forma automática gracias a la integración del sistema. El módulo está equipado con rotores y un sistema de hélices de fibra de carbono que le permite despegar y aterrizar verticalmente, similar a un dron. Esto lo hace ideal para operar en espacios reducidos y zonas urbanas. La cabina tiene un diseño envolvente de 270 grados fabricado en policarbonato de alta resistencia, que es hasta 200 veces más resistente a impactos que el vidrio convencional. Cuenta con un fuselaje fabricado en fibra de carbono, lo que asegura ligereza y resistencia estructural.
El “auto” mide aproximadamente seis metros de longitud y pesa cerca de 1,936 kilogramos. Aunque la autonomía específica del dron gigante no ha sido revelada, se espera que tenga una capacidad para dos pasajeros y una autonomía de vuelo de 35 minutos a una velocidad máxima de 130 km/h.
En términos prácticos, Land Aircraft Carrier no es simplemente un automóvil volador; es un prototipo de cómo podría evolucionar la movilidad personal en el futuro, integrando tecnología automotriz y aeronáutica para superar las barreras del tráfico terrestre. Su desarrollo busca facilitar una transición hacia un transporte más eficiente y flexible, aunque su implementación masiva todavía depende de la regulación, infraestructura y aceptación social. Un precio aún no oficial podría rondar alrededor de los 150,000 USD, accesible y le compramos con los precios de los superdeportivos o aeronaves ligas actuales.