El incremento al salario mínimo 2026
El pasado miércoles 3 de diciembre, la Presidenta Claudia Sheinbaum anunció que la Conasami llegó al acuerdo de incrementar el salario mínimo en 13% para todo el país y 5% en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN). Con este incremento el salario mínimo general alcanzará para adquirir 2 canastas básicas con lo que, por primera vez, una persona trabajadora puede mantenerse a sí misma y a un dependiente económico.
El salario mínimo acumula un crecimiento de 154%, por arriba de la inflación desde 2019, fecha en que inició lo que hemos llamado “la Nueva Política de Salarios Mínimos”. Es importante repetir esto: el incremento es por arriba de la inflación, es decir, ya está tomando en cuenta la variación de los precios, y el salario mínimo aumenta muy por arriba de éstos. Asimismo, esta política beneficiará a 8.5 millones de personas trabajadoras, por lo que sigue siendo muy relevante para las y los trabajadores que menos ganan en el país.
Me parece sorprendente que, después de siete años de incrementos al salario mínimo de doble dígito, prevalezcan las mismas voces que tanto se opusieron cuando fueron gobierno, así como la comentocracia, repitiendo los argumentos falsos del pasado: que “primero hay que subir la productividad para que no haya desempleo” y que “el salario mínimo va a provocar inflación”. En verdad, no entiendo cómo, después de siete años, en donde no ha ocurrido nada de lo que auguran, insistan con lo mismo. Continúan sin revisar la evidencia ni los resultados, como si se hubieran quedado congelados en el tiempo, usando argumentos del siglo pasado.
Hace unos días escribí un artículo y varios hilos en X (antes Twitter) sobre cómo el argumento de la productividad es absurdo, ya que en México la productividad manufacturera se ha incrementado 164% desde 1980 y, en ese mismo periodo, los salarios reales lo hicieron en apenas un 15.6%. La conclusión es que la causalidad se ha roto y tenemos que subir el salario para que eventualmente iguale el incremento en la productividad. Además, estudios recientes muestran que la relación es al revés, cuando el salario sube, esto hace que aumente la productividad.
Ahora, en este artículo toca revisar el argumento de que el salario mínimo sea inflacionario tras el incremento del 13%. Hemos visto en varios estudios (Campos y Esquivel, 2020; Conasami, 2023) que cuando el salario mínimo subió 100% en la ZLFN su efecto en la inflación fue de 0%. El nulo impacto se explica por lo bajísimos que son los costos laborales en México, ya que los productos analizados en este estudio son aquellos que no tuvieron reducciones en el IVA. Esto lo podemos ver estimando el impacto en el costo laboral usando datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); al contar cuántas personas trabajadoras ganan por debajo de lo que será el nuevo salario mínimo en 2026 y calcular la masa salarial adicional que se requiere para incrementarles su salario. Haciendo esto, el costo laboral para todo el país es de 1.9%, una cifra bajísima, pero es aún más baja considerando que el costo laboral (este se puede calcular usando el Censo Económico 2024) representa sólo el 12.1% del costo total, por lo que el impacto del salario mínimo en el costo total para el país será de 0.23%.
Sin duda, la probabilidad de que un incremento en el costo total de 0.23% afecte la inflación es casi nula. Sobre todo, considerando que el incremento de 100% aplicado en el norte en 2019 no tuvo efecto alguno o fue extremadamente pequeño; menos lo tendrá este aumento del 13%. En el caso de las microempresas (1 a 5 trabajadores), que con frecuencia se utilizan como argumento para afirmar que no pueden absorber los costos de los incrementos, el impacto también es muy bajo. Si bien el incremento del costo laboral asciende a 7.5%, la proporción de éste respecto al costo total es menor que el promedio nacional (aproximadamente 10.9%), por lo que el efecto real del salario mínimo en su costo total es de 0.82%; ni siquiera llega a un punto porcentual. Y para empresas pequeñas, medianas y grandes, son aún más bajos.
El incremento para el 2026 sumará el octavo de doble dígito al salario mínimo y, si bien es cierto que no ha ocurrido nada de lo que estos argumentos catastrofistas siguen divulgando, lo que sí es cierto es que el salario mínimo ha sido una de las políticas más importantes para reducir la pobreza y la desigualdad. Gracias sólo al salario mínimo se redujo la pobreza en 6.6 millones entre 2018 y 2024, al igual que la brecha de género en un 25% y la desigualdad de ingreso en general. La Conasami seguirá revisando siempre de manera responsable y rigurosa cada incremento, brindando garantías para todos los sectores involucrado y seguir mejorando la vida de millones de personas.
