Así es el F-35, el caza de combate que quiere comprar el Ejército del Aire y la Armada
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Conocido es el interés del Ejército del Aire español y de la Armada por el F-35, el avión fabricado por Lockheed Martin, una aeronave de quinta generación, monoplaza y con capacidad furtiva, desarrollado bajo el programa Joint Strike Fighter para reemplazar a nuestros ya obsoletos F-18 y al AV-8B en misiones de ataque a tierra, reconocimiento y defensa aérea. Fue diseñado en tres versiones distintas: el F-35A para despegue y aterrizaje convencional (CTOL), que es el quiere el Ejército del Aire, el F-35B capaz de realizar despegues cortos y aterrizajes verticales, que es el que necesita la Armada española para su buque “Juan Carlos I”, y el F-35C que es una variante naval capaz de operar en portaaviones.
De hecho, fuentes de Defensa reconocen que es la única alternativa para sustituir a los Harrier de despegue y aterrizaje vertical a bordo del “Juan Carlos I”, aunque tienen el inconveniente de su elevado precio.
En este sentido, el medio especializado estadounidense Janes publicaba la pasada semana que varios países europeos, entre ellos España, habrían iniciado conversaciones para interesarse por el F-35, citando para ello a un funcionario de la administración americana. Así, según estas fuentes, nuestro país podría optar a 25 F-35A convencionales de despegue y aterrizaje (CTOL) para el Ejército del Aire, en sustitución de los F-18 Hornet actualmente en servicio, fabricados por Beoing, y otros 25 F-35B de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL) para la Armada, para reemplazar al McDonnell Douglas AV-8B Harrier, que operan actualmente en el portaaviones “Juan Carlos I”. “Se planea una selección de tipo para 2025, y las entregas comenzarán aproximadamente en 2027″, explica este medio, aunque Defensa ha reconocido en alguna ocasión que, en caso de que se confirmase la compra, no sería antes de 2028.
De contar con los F-35, el Ejército del Aire pasaría a contar, junto con los Eurofighter, con dos de los aviones de combate más sofisticados del mundo y aun podría prolongar la vida útil de los F-18.
En lo que se refiere a la Armada, España tiene actualmente 12 AV-8B Harrier de despegue vertical, que alcanzarán en torno a 2030 el final de su vida, con lo que de adquirir los F-35 pasaría a duplicar las unidades aumentando significativamente el poder tanto ofensivo como defensivo de nuestra marina de guerra. Su fin es embarcarlos en el LHD “Juan Carlos I”, el barco de proyección estratégica español y buque insignia de la Armada.
Las “dramáticas consecuencias” para la Armada si no adquiere el caza F-35
Según Lockheed Martin, fabricante del caza, cada unidad tiene un coste de unos 77 millones de dólares, en el caso del F-35A, mientras que el F-35B, de aterrizaje y despegue vertical, es 101 millones de dólares. España tendría que gastar cerca de 4.000 millones de euros, aunque fuentes de Defensa no descartan que pueda haber retorno industrial, como ya ha ocurrido con Bélgica.
Así es el F-35
Pero, cómo ¿es este avión de combate polivalente que presta sus servicios en algunos de los principales ejércitos occidentales, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Israel, Noruega o Italia?
Este avión es el descendiente del X-35 presentado por Lockheed-Martin en el programa Joint Strike Fighter (JSF), en el que compitió contra el X-32 propuesto por Boeing. El 24 de octubre de 2001 el prototipo X-35 fue anunciado como vencedor del concurso, que traía aparejado un contrato de 200.000 millones de dólares para fabricar el nuevo avión.
En la financiación del programa colaboran, además de los Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Australia, Canadá, Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Turquía, que aportaron fondos adicionales, razón por la cual a España le costaría más cara su compra, al incorporarse a un proyecto en el que no ha participado desde el inicio. Además, también los han adquirido Israel, Japón y Corea del Sur.
En su diseño y fabricación han colaborado un grupo de empresas aeroespaciales liderado por Lockheed Martin, con BAE Systems y Northrop Grumman como socios principales. El F-35 realizó su primer vuelo el 15 de diciembre de 2006.
En lo que se refiere al modelo concreto que quiere la Armada, el F-35B STOVL, actualmente presta servicio en la Marina de Estados Unidos y en la de Reino Unido, teniendo sus bases en las bases aéreas de Yuma (Arizona) y Beaufort (Carlonia del Sur), en el caso estadounidense. La Fuerza Aérea italiana también ha incorporado algunos de estos aparatos.
El F-35 es un caza de peso medio y monomotor, similar a una versión más pequeña, más convencional y con un solo motor, del Lockheed Martin F-22 Raptor pesado y bimotor, y de hecho ambos modelos comparten muchos elementos comunes.
La versión STOVL F-35B está diseñada para reemplazar a la segunda generación del Harrier, que fue el primer avión operacional de aterrizaje vertical y despegue corto, cuya participación en la Guerra de las Malvinas en 1982 demostró su efectividad en las operaciones de guerra desde portaaviones ligeros.
La RAF y la Armada Británica utilizan este avión para reemplazar a los Harrier GR9 en sus portaaviones, mientras que el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos usará los F-35B para sustituir a los AV-8B Harrier II y a los F/A-18 Hornet.
El F-35B es similar en tamaño al F-35A de la Fuerza Aérea estadounidense, pero carece del cañón automático, que es opcional y debe ser transportado externamente en un contenedor bajo el fuselaje, ya que su lugar tras la cabina del piloto está ocupado en el F-35B por el impulsor vertical, innovación que fue uno de los factores decisivos en la selección del diseño ganador del programa JSF.
Para el despegue/aterrizaje vertical el F-35B utiliza un sistema distinto a las toberas giratorias del motor Pegasus de los Harrier. Consiste en una turbina, patentada por Lockheed Martin, desarrollada por Rolls-Royce y muy similar al sistema empleado en el Yakovlev Yak-141, en el que un turbopropulsor incrustado verticalmente en el centro del fuselaje proyecta su chorro de propulsión hacia abajo por medio de dos toberas situadas a cada lado del fuselaje, al mismo tiempo que se abren una pequeñas compuertas en la parte superior del avión para dejar pasar el aire al motor. Este sistema se complementa con la tobera del motor principal, de empuje vectorial y situada en la cola del avión.
La planta motriz del F-35B actúa como un multiplicador del flujo, de manera similar a un turbofán y consiguiendo el mismo efecto que la turbina principal del anterior caza Harrier. Sin embargo todo este mecanismo adicional es un peso muerto durante el vuelo normal del avión y reduce la capacidad de carga de armas y combustible del avión, así como limita su capacidad de ejecutar maniobras de altas G.
Durante el diseño, se utilizaron dos estructuras para realizar las pruebas de esta versión: el Lockheed X-35A (que más tarde sería convertido en el X-35B) y el X-35C, de mayor envergadura. 55 Una de las primeras demostraciones de la capacidad del X-35 fue durante las pruebas de vuelo para la calificación en el programa JSF, en LAS que el X-35B despegó tras una carrera de menos de 150 metros, alcanzó velocidad supersónica y aterrizó verticalmente. Un logro que el modelo de Boeing no pudo igualar.
El F-35B realizó su primer vuelo el 25 de febrero de 2009 y el 3 de octubre de 2011 comenzó sus pruebas iniciales de toma vertical sobre la cubierta del buque de asalto anfibio, de tipo LHD, USS Wasp.5758
Uno de los mayores inconvenientes de este avión, al menos para España, es su elevado precio, pues cada unidad costaría entre 90 y 130 millones de euros, sin contar el motor.
Características
Tripulación: 1 piloto; longitud: 15,67 m; envergadura: 10,7 m; altura: 4,33 m; velocidad máxima operativa (Vno): 2 205 km/h (1 370 MPH; 1 191 kt) (Mach 1,8);
autonomía: 2 220 con combustible interno; techo de vuelo: 18 288 m (60 000 ft)85
Armamento
Cañones: 1× cañón rotativo de 4 cañones General Dynamics GAU-22/A Equalizer de calibre 25 mm, montado internamente con 180 proyectiles
Puntos de anclaje: 6 pilones subalares con capacidad para 6.800 kg y 2 bodegas internas con cuatro pilones cada una con una capacidad total de 8.100 kg para cargar una combinación de bombas de propósito general: Mark 82, Mark 83 y Mark 84; bombas de racimo: Mk 20 Rockeye II, con capacidad de guiado WCMD; bombas guiadas por láser de la serie Paveway; bombas guiadas por satélite de la serie JDAM; GBU-39 Small Diameter Bomb; bomba nuclear B61
Misiles aire-aire:
De corto alcance: AIM-132 ASRAAM, AIM-9X Sidewinder e IRIS-T
De medio/largo alcance: AIM-120 AMRAAM, MBDA Meteor (pendiente de ser integrado) y el futuro JDRADM (a partir de 2020)
Misiles aire-superficie:
Misiles de crucero: AGM-154 JSOW, AGM-158 JASSM y SOM (Turquía)
Misiles antitanque: Brimstone
Misil antibuque JSM
Reformas en el “Juan Carlos I”
Según informaba el digital infodefensa.com hace unos meses, la Armada española ha empezado a estudiar cómo sería el proceso de implantación y entrada en servicio del caza F-35B, que obligaría a acometer una serie de reformas en la base naval de Rota y en el LHD Juan Carlos I para asegurar la operatividad e implicaría además otros desafíos desde el punto de vista de la seguridad, el mantenimiento y el personal.
Desde el punto de vista logístico, sería necesario un nuevo hangar para el sistema ALIS (Automatic Logistics Information System) y los trabajos de mantenimiento, además de un nuevo edificio de simulación con cuatro cabinas FMS (Full Mission Simulator). Ambos estarían en las instalaciones de la Flotilla de Aeronaves (Floan) en Rota y deberían cumplir con los estrictos requisitos de seguridad del programa.
El LHD Juan Carlos I también necesitaría obras de adaptación. En este caso, habría que reforzar la cubierta de vuelo para evitar la degradación con las altas temperaturas que provocan los gases de salida del motor en las tomas verticales y crear espacios para el sistema logístico ALIS a bordo y para el planeamiento de la misión. La Armada también tendría que hacer una actualización de las líneas de presión de combustible y de las tomas de corriente para el mantenimiento. Todos estos trabajos estarían recogidos en un plan de acción, si España finalmente apuesta por el F-35B.