Quién es Lismar, la joven de 19 años que participa en la sesión 60 de Bizarrap
El productor vuelve con otra colaboración, esta vez junto a una joven artista dominicana
Bizarrap ha conseguido algo muy complejo, y es que sus sesiones suelen dar cierto sello de calidad a los artistas con los que colabora. Más bien, les otorga de fama, de visión internacional, pues puede crear una canción con un artista muy conocido en su país de origen, pero quizá no en otros lugares. Y el estudio de Bizarrap sirve de altavoz instantáneo, de difusión mundial de nuevos talentos. Ya son 59 las sesiones que el productor ha realizado con diferentes nombres: desde Arcangel hasta Shakira, pasando por Young Miko, Nathy Peluso, Petazeta, Nicky Jam, Nicki Nicole, Peso Pluma, Quevedo, Villano Antillano o Milo J. Ahora, ha anunciado la próxima y 60ª edición, que lanzará junto a Lismar: ¿de quién se trata?
Su nombre es Elvira Montana, cultiva el género del rap, y tiene tan solo 19 años. Si bien en España no se conoce de forma extensa su música, sí domina actualmente la escena musical urbana dominicana. La artista mostró su pasión por la cultura desde más joven aún, llegando a estudiar guitarra, canto, baile, pintura o piano. Su pasión por la actuación y el espectáculo la viene demostrando desde niña, cuando participaba en todo acto escolar o familiar.
Fue en redes sociales donde se comenzaron a conocer las primeras aportaciones musicales de Lismar, ganando sus vídeos cada vez un mayor reconocimiento entre el público joven. Entre sus canciones más conocidas, destacan "A mi mamá", "Se llenan", "Biografía", "Modo avión" o "Nota". Es, con esto, la gran apuesta del rap en femenino, y su talento destaca entre su alrededor gracias a una fusión que hace del rap o el hip-hop con sus raíces dominicanas.
Ahora, se une a Bizarrap para hacer de su música una más global, según lo ha anunciado el productor en sus redes sociales. La noticia la ha hecho pública a través de un vídeo de unos siete minutos, en el que utiliza unas gafas de Inteligencia Artificial, a través de las cuales el artista intenta descifrar cuál será su próxima colaboración. No se siente satisfecho hasta que a través de las gafas se vislumbra a Lismar, rapeando, y cautivando al exigente productor.