Tour de Francia: Pogacar se sienta en el Olimpo del ciclismo
El Monte Olimpo es el punto más alto de Grecia. Con sus 2.918 metros, la leyenda que le rodea ha pervivido a lo largo de tres milenios y llega hasta nuestros días. En la mitología helena, una de las bases de nuestra civilización, allí arriba vivían todos los Dioses, que controlaban los designios y azares de los humanos.
Pues bien, el Olimpo ciclista también existe y ahora tiene un nuevo miembro. Se llama Tadej Pogacar y ayer tomó asiento en la mesa de los mejores corredores de la historia. Al menos, cruzó la primera puerta ganando de forma oficial su tercer Tour de Francia. Aunque, honestamente, la carrera ya era suya desde hace al menos una semana.
No es solo por el hecho de haber ganado la carrera, que ya está al alcance de muy pocos. Es que lo conseguido por Tadej con sólo 25 años lo sitúa, en muchos aspectos, entre los diez mejores ciclistas de la historia de este deporte. Y, posiblemente, el mejor de este siglo ya junto con Chris Froome.
En toda la historia sólo hay ocho corredores, contándolo a él, que han logrado al menos tres Tours. Con este triunfo, Pogacar se pone ya a la altura de Greg LeMond – ganó en 1986, 80 y 90- y Louison Bobet, éste de forma consecutiva en 1953, 54 y 55. Precisamente Froome sería el siguiente peldaño, pues tiene cuatro, y con cinco sigue el cuarteto histórico formado por Anquetil, Merckx, Hinault y Miguel Indurain.
Por si esto no fuera suficiente, también se ha convertido en el primer ciclista del presente siglo que ha conseguido hacer el doblete Giro y Tour en la misma temporada, además siendo uno en mayo y otro en julio. Y el octavo en la historia. El último fue Pantani en 1998 y, antes de él, Indurain, Stephen Roche, Anquetil, Coppi, Merckx e Hinault. El registro a batir aquí es de nuevo el de Merckx, que logró esa doble corona en tres ocasiones. Algo prácticamente impensable en el ciclismo actual. Para cualquiera, excepto para Pogacar.
Con el añadido de que, tras hacerse ayer con la crono de Niza, se convierte en el primer ciclista de la historia que gana el Giro, el Tour y además acumula 12 etapas entre ambas, en el mismo año. Rompe de ese modo un registro que estableció el mismísimo Eddy Merckx en 1970. No en vano ya hay quien lo llama "el nuevo Caníbal".
Hubo muchos que lo intentaron en el ciclismo reciente. Alberto Contador, por ejemplo. Geraint Thomas también fracasó. Tom Dumoulin no ganó ni uno ni el otro la vez que probó suerte en el desafío. Y el propio Froome se hizo con el Giro 2018, pero terminó sucumbiendo en el Tour y se tuvo que conformar con ser tercero. El británico sí que logró hacer la dupla Tour y Vuelta en 2017.
Más registros a tener en cuenta: a lo largo de su trayectoria deportiva, el esloveno suma un total de 40 días vestido de amarillo. Ya es el sexto de la historia que más tiempo ha ido líder en la ronda francesa, y todavía le quedan muchos años de ciclismo al máximo nivel. Todavía, eso sí, lejos de los 97 que acumuló Eddy Merckx a lo largo de su carrera.
Voces críticas
Hubo una época, que ahora parece lejana, en que el Tour era la más aburrida de las tres grandes. Todos los equipos llevaban a sus primeros espadas -lo que es normal-, pero direcciones y ciclistas asumían tan pocos riesgos y corrían de forma tan conservadora que todo iba bloqueado casi hasta el final. Fueron, también, los años del "Trenecito Sky" que tanto sirvió a Froome, Wiggins y Thomas.
La generación actual ha borrado de un plumazo aquel recuerdo, y hoy el Tour vuelve a disputarse con la grandeza de antaño. Ataques lejanos, fugas tácticas, líderes que no temen asumir el peso de la carrera… y Pogacar tiene mucha responsabilidad en eso. Pero como hay quien no está contento con nada, pronto empiezan a surgir las voces que siembran la sospecha, por un lado, y las que atacan la voracidad del campeón, por el otro.
El propio Armstrong ha llegado a tildar de "innecesarios" algunos ataques de Pogacar en este Tour. O Tejay Van Garderen, que lo definió como "el campeón más insaciable que he visto. No deja nada para los demás", explicaba el estadounidense.
Pero, lejos de hacer mella en su popularidad, la aumenta. Pogacar es el ciclista total. Por físico y por actitud. Corre para ganar, corre para el aficionado y corre para hacer historia. Ya es parte de ella. Con su nombre en mayúsculas.