Economía circular en Moncloa
Pedro Sánchez, como portavoz de cambio climático, en su etapa anterior a dirigir el partido, debió de quedar impactado por la economía circular que permite aprovechar los recursos para darles otra vida y devolverles al mercado con una forma nueva. La economía circular se desarrolla principalmente en la utilización de productos biodegradables y en la gestión de los residuos.
Pero Sánchez la ha llevado a otro nivel, al nivel financiero de las subvenciones para optimizar los recursos y mejorar el ambiente en su entorno, en sus amistades y entre los miembros del gobierno. Si la economía circular conlleva compartir, compartimos. Si la economía circular conlleva reutilizar, reutilicemos. Si el fin último de la economía circular es proteger el medio ambiente, protejamoslo.
Begoña Gómez pide dinero a una empresa; la empresa se reúne en la Moncloa con ella y su marido; ella pide por carta al Ggobierno, que preside su marido, que se le de dinero a esa empresa; el gobierno le adjudica dinero público a la empresa; la empresa le da dinero a Gómez. Es la mejor reutilización de los recursos públicos. Lo que sale por un lado, entra por otro.
Si la deportista de élite británica Ellen MacArthur recibió el Premio Princesa de Cooperación en 2022 por ser la impulsora de la economía circular, llegando a acuerdos con grandes empresas como Google, Danone, H&M, Nike o Renault, a ver qué premio le cae a Pedro Sánchez, descubridor de la economía financiera de las subvenciones y muñidor de grandes acuerdos con el empresario Barrabés.
¿El premio Nobel de Economía, la Princesa de Cooperación o finalmente se quedará con el que le otorgue el juez Peinado? El mejor posible, convocar elecciones, parece imposible porque, como decía Tácito: «En un espíritu corrompido, no cabe el honor».