Un año de locura para un bronce enorme de foto finish de Diego Domínguez y Joan Antoni Moreno en piragüismo
Las medallas son un premio al trabajo de toda una vida y la de bronce que han logrado en París 2024 en C2 500 de piragüismo Diego Domínguez y Joan Antoni Moreno también lo es, pero en su caso el acelerón lo han dado en un último año de locura. “Era poner toda la carne en el asador”, explica Domínguez. Y el “asado” les ha salido riquísimo. Lograron el tercer puesto en un final de infarto, de foto finish. China mandó como quiso en la prueba y después había que ver la llegada igualadísima de Italia, Hungría y España. La plata fue para los transalpinos y los magiares celebraban el bronce, pero en la revisión de tiempos... España estaba delante: el tercer metal era para Domínguez y Moreno, que patearon el agua del canal de Vaires-sur-Marne como locos.
A veces de una derrota sale algo grande. En el selectivo para el Mundial absoluto de 2023, Joan Antoni compartía barco con Adrián Sieiro y Diego con su hermano Noel y les fue mal. Como habían perdido, decidieron juntarse para intentarlo en el sub 23 (Diego tenía en ese momento 20 años y Joan Antoni, 23). “Cuando nos juntamos, el barco empieza a ir muy bien. Hicimos el selectivo, ganamos el selectivo, ganamos el Campeonato del Mundo [de la categoría] y además sacándole casi un segundo a los segundos. Entonces se plantea el decir, la duda, ¿qué hacemos?, ¿mantener nuestros compañeros que hemos tenido en 2023 o probamos este barco nuevo que está yendo muy bien y que igual si le das más continuidad y entrenas todo el año puede ir incluso mejor? Y se decidió probar.”, cuenta Diego. La conversación con su hermano fue fácil, casi no hicieron falta palabras.
Madrid - Pontevedra - Mallorca
Pero para ello tenía que irse a Mallorca. Otro viaje más en la carrera del madrileño, que ya había dejado la capital con 17 años para formarse en el centro de Alto Rendimiento de Pontevedra. Pero era año olímpico, el año de arriesgar.
Llevaba cinco en Galicai, pero no dudó en plantarse en Puerto de Alcudia, pueblo de Mallorca que en invierno está vacío. Es otra de las "bases" del piragüismo nacional. Allí estaban también Tano García y Pablo Martínez, que fueron los que lograron la plaza olímpica, que no es nominal, después hay que ganarla en el selectivo, pues tal es el nivel que hay en España. Incluso Diego compartió piso con Tano durante casi todos esos meses de preparación, aunque en este caso eran rivales.
Domínguez se adaptó a una nueva metodología distinta y a un nuevo entrenador, Kiko Martín, que ya dirigió al medallista olímpico Sete Benavides, ahora uno de sus ayudantes. El barco con Moreno creció y creció tanto que consiguieron quitar la plaza olímpica a los que la habían conseguido.
En memoria de su madre
¿Cuál es la clave? “Yo creo que hay como dos factores muy claves. El poderío físico que tiene Joan, que es una barbaridad, es una bala, no sé ni cómo explicarlo, que se junta a mi punto fuerte que es la mentalidad. Yo no estoy más fuerte que nadie, pero confío mucho más en mí que el resto. Se ha juntado ahí... Yo tengo un perfil más resistente, él uno más explosivo, entonces como que hemos cohesionado muy bien, el barco va muy bien, va muy fino, no se mueve nada, entonces es como que todo ha encajado perfecto”, explica Diego, que dedicó la medalla a su madre, que falleció hace cuatro años.