Edificación y obra civil, la familia profesional con mayor abandono en FP
La Formación Profesional en nuestro país ha avanzado mucho los últimos años, y ha ganado peso dentro del sistema educativo. Uno de cada tres estudiantes de enseñanza post obligatoria se decanta por esta opción, y es la modalidad educativa con mayor tasa de crecimiento en alumnos matriculados. Este mayor protagonismo se refleja también en el mercado de trabajo, en el que un tercio de las ofertas laborales demandan perfiles de FP.
Ahora, por primera vez en España, un estudio ha abordado las causas que llevan al abandono de estos estudios, con el objetivo de mejorar el rendimiento académico y reducir esa tasa de abandono. El informe, a cargo de CaixaBank Dualiza y la Universidad de las Islas Baleares, refleja que el abandono de estos estudios presenta niveles preocupantes, sobre todo en los grados básico y medio, en los que más de un tercio de los alumnos que empezaron en el curso 2016-2017 abandonaron antes del cuarto año. Estas tasas superan el nivel medio de abandono temprano en el sistema educativo español, ya de por sí superior a la media europea.
El mayor porcentaje se produce en el grado básico (41,7%), seguido del grado medio (30,7%), mientras que el superior el porcentaje cae hasta el 18,8%. Respecto al abandono por familias profesionales, Edificación y Obra Civil en grado básico es la que mayor tasa de abandono tiene de toda la FP (53,9%), mientras que Servicios Socioculturales y a la Comunidad en grado superior es la que menos (11,2%).
A nivel general, el estudio muestra que a menor nivel de FP se produce un mayor abandono. Así, la mayor tasa de abandono tiene lugar en el primer curso del grado básico. Los hombres presentan mayores niveles de abandono que las mujeres, y en todos los niveles formativos titula más el alumnado español que el extranjero.
El estudio divide los motivos del abandono en tres grupos: los relacionados con la organización de la educación y la formación, los individuales, y por último los contextuales.
Los primeros, como un bajo rendimiento educativo previo a la llegada a la FP, serían los que más incidencia tendrían en provocar que el estudiante acabara dejando los estudios. Junto a ellos, una mala orientación, un desconocimiento de lo que supone afrontar una FP o la falta de lazos con el profesorado y el resto de alumnado también pueden afectar.
En el capítulo de factores personales, la investigación subraya que el bajo nivel educativo familiar, la situación económica de la misma, un débil apoyo familiar o los bajos niveles de autoestima inciden de modo directo en generar un mayor abandono.
Por último, los factores contextuales responderían al mercado de trabajo. Aquellas profesiones donde las condiciones laborales son precarias al finalizar los estudios, o donde las empresas no demandan cualificación para los puestos provocan que quienes las hayan iniciado se sientan más proclives a dejarlas.
Para conseguir reducir las cifras, los investigadores plantean una serie de propuestas para actuar desde el inicio, ya que el informe prueba que aquellas autonomías que dedican más esfuerzo a grado básico obtienen mejores resultados también en grado medio y en superior. En este sentido, las comunidades que poseen una mayor porcentaje de abandono (las tres en grado básico) son Madrid y Asturias (ambas con un 49,5%), seguidas por Canarias (45,45). Por contra, los menores niveles, esta vez en el grado superior, se encuentran en Navarra (13%), Andalucía (14,1%), País Vasco (14,9%), Extremadura (15,7%) y Galicia (16,5%).
Entre las medidas que propone el documento, un primer bloque giraría en torno al refuerzo de la orientación académica y profesional, con una orientación individualizada, eficaz y continua, o con una generalización de departamentos de orientación en centros de Formación Profesional.
Del mismo modo, la intervención socioeducativa en los propios centros sería clave para una detección temprana del alumnado en riesgo de abandono, y para una individualización de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Junto a ellos, los autores también señalan otros puntos como una reducción del número de estudiantes en algunos ciclos, o una mayor implicación de las familias en los itinerarios formativos del alumnado.