Rusia libera por segunda vez al asesino de una anciana para enviarlo a combatir en Ucrania
Un criminal ruso que salió de la cárcel para luchar [[LINK:TAG|||tag|||6336146e1e757a32c790bb29|||en la guerra de Ucrania]], y que después de pasar por el frente y regresar a su casa violó y mató a una anciana, ha sido liberado por segunda vez para volver a combatir, según han denunciado los familiares de la mujer asesinada, identificada como Yulia Byuskikh. «El asesino de la abuela ha escapado al castigo por su crimen –otra vez– y se ha ido a luchar a la guerra», declaró la nieta de la víctima, Anna Pekareva, en una entrevista reciente con la BBC.
En 2022, el asesino, que responde al nombre de Ivan Rossomakhin, salió de prisión, donde cumplía una condena de 14 años por otro asesinato, para enrolarse en las filas del Grupo Wagner. Meses más tarde, y tras haber contribuido en la denominada «operación militar especial», las autoridades rusas le permitieron regresar a su casa del distrito de Vyatskiye Polyany, en la región rusa de Kirov. Allí, a las pocas semanas, atacó y mató a Yulia, una mujer de 85 años, en su propia residencia.
El asesinato se suma a la larga lista de crímenes cometidos por delincuentes que habían abandonado las cárceles de toda Rusia para unirse al grupo de mercenarios Wagner, hoy conocido como Africa Corps tras la muerte de Yevgueni Prigozhin. En abril de este año, Rossomakhin, de 29 años, fue declarado culpable de la violación y asesinato de Yulia y condenado a 22 años de prisión en una cárcel de alta seguridad, posteriormente aumentados a 23 años.
El tribunal señaló que el asesinato «implicó una brutalidad extrema». Sin embargo, según la versión de su nieta Anna, el director de la prisión ha notificado ahora a la familia que Rossomakhin fue puesto en libertad el 19 de agosto, justo una semana después del inicio de su condena. «Mi primera reacción fue de terror. Leí los informes forenses y sé lo que esta persona le hizo a mi abuela. Es monstruoso que le hayan vuelto a poner en libertad», ha trasladado Anna a la corporación británica. «El hecho de que esto ocurra en el siglo XXI... ¡no hay palabras que puedan describir lo que está pasando!».
Un documento oficial firmado por el director de la prisión, al que tuvo acceso la BBC, acredita que el recluso fue puesto en libertad en relación con una ley rusa específica que permite a las Fuerzas Armadas reclutar convictos para enviarlos al frente. Por lo tanto, es la segunda vez que el asesino convicto sale de la cárcel para luchar en Ucrania.
Poco después del inicio de la invasión a gran escala, Wagner empezó a reclutar convictos en las cárceles para luchar en Ucrania. Si los reclusos accedían a alistarse, recibirían un indulto oficial del presidente ruso, Vladimir Putin. Miles de violadores, asesinos y otros delincuentes, entre los que figuraba el propio Ivan Rossomakhin, fueron liberados y posteriormente enviados a la línea del frente, donde muchos murieron durante los brutales asaltos a ciudades ucranianas como Bajmut.
Tras el fallido motín de Prigozhin hace justo un año, en el que miles de mercenarios de Wagner marcharon sobre Moscú, el Ejército ruso asumió el reclutamiento de presos de las cárceles. La práctica se formalizó en una ley federal oficial en marzo de este año, y ahora parece que el reclutamiento se está intensificando. Según la ley, a los delincuentes convictos que se alistan para luchar se les suspende el resto de su condena mientras dure el servicio militar. Algunos podrían incluso recibir un indulto oficial si ganan premios, por ejemplo por «valentía» en el campo de batalla.
La voluntad del Kremlin de liberar a criminales altamente peligrosos como Rossomakhin y enviarlos a la guerra indica que el Ejército ruso necesita desesperadamente más reclutas. «Es evidente que no hay personal suficiente», asegura Anna. «A las autoridades les importan un bledo los civiles pacíficos si permiten que personas que han cometido delitos graves sean exoneradas y salgan de prisión. Eso nos dice que nadie puede sentirse seguro en Rusia».
La nieta de la anciana asesinada considera que la excarcelación de Rossomakhin significa que su familia corre ahora un peligro extremo: «Si vuelve, intentará vengarse de nosotros, por nuestros esfuerzos para que le condenaran a cadena perpetua. Me asusta saber que no es el único. Aunque no vuelva, ¿cuántos asesinos y psicópatas más andan sueltos por ahí?». Quiere abandonar el país, y anticipa que otros miembros de su familia se esconderán para evitar represalias.